¿Soy Perfeccionista por Presión Social o por Decisión Propia?

Muchas personas creen ser perfeccionistas porque quieren, pero en realidad lo hacen por presión.

¿Soy Perfeccionista por Presión Social o por Decisión Propia?

Muchas personas hablan de nuestra actualidad como una era caracterizada por la búsqueda constante de excelencia y éxitos, influenciada notablemente por las redes sociales y la vivencia de vidas aparentemente perfectas en nuestras pantallas. Cada vez en mayor medida, se propaga la presión social por alcanzar estándares cada vez más altos e inalcanzables, tanto en nuestra vida personal como en nuestra carrera profesional.

En este sentido, el perfeccionismo puede abrirnos muchas puertas y fomentar la consecución de metas elevadas, pero también puede acabar con nuestra autoestima cuando está guiado por las opiniones de otras personas.

El perfeccionismo se define como la búsqueda constante e incesante de la perfección, de todo aquello que tenga un alto valor objetivo, personal o social. Si bien puede motivarnos a esforzarnos por conseguir una meta, también puede generar agotamiento, ansiedad e insatisfacción generalizada. Buscando el origen de lo que nos lleva a ser perfeccionistas, surge una duda, ¿es una elección consciente que hacemos por nuestro bien, o es una respuesta automática a las expectativas socialmente impuestas?

En este artículo, buscaremos dar respuesta a esta duda, desentrañando las complejidades del perfeccionismo, desde su definición y manifestaciones en la vida cotidiana hasta su impacto en la salud mental y bienestar general. Analizaremos cómo la sociedad y sus expectativas pueden influir en nuestro deseo de alcanzar la perfección, al igual que la decisión personal que nos lleva a adoptar este enfoque.

¿Qué es el perfeccionismo?

El perfeccionismo, ese ideal elusivo de alcanzar la perfección en todos los aspectos de la vida, es un término que todxs conocemos y muchxs hemos experimentado en algún momento. Sin embargo, antes de adentrarnos en la complejidad de las razones detrás del perfeccionismo, es esencial comprender qué implica exactamente esta cualidad y cómo se manifiesta en nuestra vida cotidiana.

En su forma más básica, el perfeccionismo se define como la búsqueda incesante de la perfección y la insistencia en alcanzar estándares extraordinariamente altos. Quienes son considerados perfeccionistas tienden a establecer objetivos inalcanzables, exigen resultados impecables y a menudo se autoimponen una presión desmesurada para lograrlo. Puede manifestarse en diversas áreas de la vida, desde el trabajo y los estudios hasta las relaciones personales y las actividades recreativas. No es necesariamente una característica negativa por sí misma; puede motivarnos a esforzarnos por alcanzar nuestro potencial máximo, pero la línea que separa el perfeccionismo saludable del perfeccionismo perjudicial puede ser difusa y subjetiva.

El perfeccionismo saludable implica el establecimiento de estándares realistas y la búsqueda de la mejora continua sin caer en la trampa de la autoexigencia desmedida. En este contexto, el perfeccionismo puede actuar como un motivador positivo que nos ayuda a crecer y desarrollarnos. Por ejemplo, una persona que busca alcanzar la perfección en su arte o música puede lograr un alto nivel de maestría gracias a su dedicación y atención al detalle.

Por otro lado, el perfeccionismo perjudicial lleva a una búsqueda implacable de la perfección, independientemente de las consecuencias negativas que esto pueda tener en la salud mental y emocional. Las personas que experimentan este tipo de perfeccionismo suelen sentir una constante insatisfacción consigo mismas y pueden experimentar ansiedad, estrés crónico y depresión. Las expectativas poco realistas que se imponen a menudo les impiden disfrutar de sus logros y experimentar la gratificación personal.

El rol de la presión social

Entendiendo el perfeccionismo como la búsqueda de metas excelentes y que sean bien valoradas, no puede comprenderse simplemente como un rasgo individual, sino que también está profundamente influenciado por el entorno y las expectativas sociales que nos rodean. La sociedad moderna, con su énfasis en el éxito, la productividad y la imagen personal, genera un caldo de cultivo fértil para el perfeccionismo. Pero, ¿en qué medida somos perfeccionistas debido a la presión social?

La presión social por la perfección se manifiesta en numerosos aspectos de la vida, desde el aspecto físico hasta los logros académicos y profesionales. Las redes sociales, en particular, han exacerbado esta presión, ya que constantemente se nos bombardea con imágenes de personas aparentemente perfectas que llevan vidas impecables. Esto puede llevar a comparaciones destructivas y una sensación de inadecuación, impulsando a las personas a esforzarse por alcanzar estándares irreales.

El perfeccionismo inducido por la presión social puede ser especialmente dañino. Las personas pueden sentir que deben cumplir con las expectativas de los demás para ser aceptadas y valoradas, lo que a menudo resulta en altos niveles de estrés y ansiedad. Las decisiones de carrera, las elecciones educativas y las metas personales pueden estar fuertemente influenciadas por lo que se considera socialmente deseable en lugar de lo que realmente desean.

Los estudios psicológicos también respaldan la idea de que la presión social puede alimentar el perfeccionismo. La necesidad de pertenecer a un grupo social y la búsqueda de aprobación pueden motivar a las personas a perseguir la perfección como una forma de obtener validación externa. Este tipo de perfeccionismo puede ser agotador y llevar a una falta de autenticidad en la vida de una persona, ya que se esfuerza constantemente por cumplir con las expectativas de los demás en lugar de buscar su propia autorrealización.

Efectos del perfeccionismo en la salud mental

El perfeccionismo, ya sea más influenciado por la presión social o entendido como una elección personal, puede tener un impacto significativo en la salud mental de quienes lo experimentan. A continuación, exploraremos en detalle cómo la búsqueda constante de la perfección puede afectar negativamente el bienestar psicológico de las personas.

1. Ansiedad y estrés

Una de las consecuencias más comunes del perfeccionismo es el aumento de los niveles de ansiedad y estrés. Aquellos que se esfuerzan implacablemente por alcanzar estándares inalcanzables suelen vivir en un estado constante de preocupación y tensión. La autoexigencia desmedida y el temor al fracaso pueden llevar a un ciclo de ansiedad que interfiere en la capacidad de disfrutar de la vida y cumplir con las responsabilidades diarias.

2. Depresión

El perfeccionismo también está vinculado a la depresión. La sensación de que nunca se es lo suficientemente buenx puede llevar a sentimientos de desesperanza y desvalorización personal. Las personas perfeccionistas a menudo experimentan una profunda insatisfacción con sus logros, lo que puede contribuir a la aparición de síntomas depresivos.

3. Baja autoestima

El perfeccionismo tiende a socavar la autoestima. Las personas que se esfuerzan por la perfección a menudo basan su autoestima en sus logros y en la aprobación de los demás. Cuando no alcanzan sus estándares extremadamente altos, su autoimagen se ve afectada negativamente, lo que puede llevar a sentimientos de inadecuación.

4. Rigidez mental

El perfeccionismo puede hacer que las personas sean inflexibles en su pensamiento y comportamiento. La necesidad de seguir reglas y estándares estrictos puede dificultar la adaptación a nuevas circunstancias o la aceptación de errores. Esta rigidez puede limitar la capacidad de aprender de las experiencias y crecer como individuo.

5. Aislamiento social:

La búsqueda constante de la perfección puede llevar al aislamiento social. Las personas perfeccionistas pueden sentirse incómodas mostrando vulnerabilidad o cometer errores en presencia de otros. Esto puede llevar a relaciones interpersonales tensas o la evitación de actividades sociales.

6. Burnout

El perfeccionismo puede ser un factor contribuyente al agotamiento o burnout. Aquellos que se esfuerzan constantemente por alcanzar metas extremadamente altas pueden experimentar un agotamiento físico y emocional debido a la presión constante y la falta de descanso adecuado.

Buscando un equilibrio

A medida que hemos explorado las complejidades del perfeccionismo y sus efectos en la salud mental, surge la pregunta: ¿cómo podemos encontrar un equilibrio saludable entre la búsqueda de la excelencia y la liberación del perfeccionismo tóxico? A modo de conclusión, proporcionaremos estrategias y consejos para abrazar una relación más saludable con el perfeccionismo:

1. Autoconciencia

El primer paso para encontrar un equilibrio es la autoconciencia. Reflexiona sobre tus propias tendencias perfeccionistas y reconoce cuándo estás siendo demasiado duro contigo mismo. Presta atención a las situaciones o áreas de tu vida en las que tiendes a perseguir la perfección de manera desmedida.

2. Establece metas realistas

En lugar de buscar la perfección en todo, establece metas realistas y alcanzables. Reconoce que cometer errores es parte del proceso de aprendizaje y crecimiento. Aprende a celebrar tus logros, incluso cuando no sean perfectos.

3. Aprende a decir "no"

Aprende a establecer límites y decir "no" cuando sea necesario. No puedes hacerlo todo a la perfección, y es importante priorizar tu bienestar y salud mental. La sobrecarga de trabajo puede llevar al agotamiento y al perfeccionismo perjudicial.

4. Practica el autocuidado

Prioriza el autocuidado en tu vida. Esto incluye cuidar de tu salud física y emocional, hacer ejercicio regularmente, dormir lo suficiente y dedicar tiempo a actividades que te relajen y te hagan feliz.

5. Desafía las expectativas sociales

Cuestiona las expectativas sociales poco realistas y la presión externa que puedan estar influyendo en tu perfeccionismo. Recuerda que tu valía no está determinada por el cumplimiento de estándares irrazonables.

6. Aprende de los errores

En lugar de castigarte por cometer errores, utiliza esos momentos como oportunidades para aprender y crecer. Los errores son parte de la experiencia humana y no deben ser motivo de vergüenza.

7. Fomenta la flexibilidad

Practica la flexibilidad mental y emocional. Aprende a adaptarte a las circunstancias cambiantes y a ajustar tus objetivos cuando sea necesario. Puedes hacer esto buscando actividades y estímulos que se alejen de tu zona de comfort y para las cuales no tengas un plan de acción definido.

8. Busca ayuda profesional

Si sientes que el perfeccionismo está afectando gravemente tu salud mental y tu calidad de vida, considera buscar la ayuda de un profesional de la salud mental. La terapia puede proporcionarte herramientas y apoyo para abordar estas preocupaciones de manera efectiva.

  • González, M., Ibáñez, I., Rovella, A., López, M., & Padilla, L. (2013). Perfeccionismo e intolerancia a la incertidumbre: Relaciones con variables psicopatológicas. Behavioral Psychology/Psicología Conductual, 21(1).
  • Marcehsini, M. P., & Gutiérrez, M. (2021). Emociones positivas y bienestar, una revisión sistemática en personas con perfeccionismo. Acta Psiquiátrica y Psicológica de América Latina, 67(2).

Psicólogo

Javi Soriano es graduado en Psicología por la Universidad de Valencia y está acabando un Máster en Investigación Psicosocial. Le interesa todo lo que tiene que ver con las personas y la sociedad, pero le encanta leer y escribir sobre temas relacionados con el género, la sexualidad y las minorías. Es una persona muy curiosa a la que le encantan los debates y aprender de los demás.

Psicólogo/a

¿Eres psicólogo?

Date de alta en nuestro directorio de profesionales

Artículos relacionados

Artículos nuevos

Quizás te interese