10 Libros de Viajes más famosos de la Literatura

Repasamos algunas de las obras de literatura de viajes más conocidas.

10 Libros de Viajes más famosos de la Literatura

Viajar, esa gran pasión. No vemos el momento de que lleguen las vacaciones para agarrar la maleta y marcharnos a ese lugar soñado para evadirnos y recuperar energías. Pero, aunque parezca que el viaje es patrimonio de nuestra era de la globalización, nada más lejos de la realidad. Se viaja desde que el ser humano existe, y no siempre por necesidad u obligación, sino también por el puro placer de descubrir nuevos mundos.

En este artículo os ofrecemos 10 títulos clásicos de la literatura de viajes que no os podéis perder si sois amantes del género.

10 libros de viajes famosos

Desde la Antigüedad al siglo XIX, pasando por los viajeros medievales y los ilustrados que recorrían Europa durante el Grand Tour… Muchos han sido los hombres y las mujeres que han plasmado por escrito sus experiencias. Veamos cuáles son 10 de los libros de viajes más famosos de la literatura.

1. Viaje al Oeste en la gran dinastía Tang, de Xuanzang

A menudo, nuestra visión occidentalizante del mundo nos hace creer que el ansia de exploración de lo desconocido y, por tanto, la literatura de viajes, es patrimonio exclusivo de los viajeros europeos. Nada más lejos de la realidad. De hecho, durante los primeros siglos de la Edad Media abundaron los viajeros orientales que dejaron por escrito una memoria de sus aventuras.

Es el caso de Xuanzang (602-664), un monje budista chino que realizó un peregrinaje por Asia y plasmó sus vivencias en su obra Viaje al Oeste en la gran dinastía Tang, redactado hacia el año 646 por petición expresa del emperador.

Xuanzang

En él, Xuanzang relata su recorrido por China, Asia central e India; el documento constituye, pues, un testimonio valiosísimo de cómo era la sociedad de los distintos pueblos asiáticos de la época.

2. Itinerarium ad loca santa o El Itinerario de Egeria

Y si el prejuicio de que “sólo” los occidentales viajan todavía persiste, qué decir del tema de las mujeres viajeras. La mayoría de ellas han quedado relegadas al olvido, aunque, afortunadamente, poco a poco se va rescatando su memoria.

Es el caso de la monja Egeria, que vivió durante el siglo IV, aunque no se pueden precisar las fechas de su nacimiento y muerte. Sí se conoce que era originaria de la provincia de la Gallaecia romana (actual Galicia), y que debía pertenecer a una familia hispanorromana acomodada.

Hacia el año 381 parte de su Gallaecia natal hacia Tierra Santa, en un larguísimo viaje de peregrinación de tres años de duración que le llevará a recorrer la Galia, la Italia del norte, Constantinopla, Jerusalén y Egipto, entre otros. El Itinerarium ad loca santa (literalmente, Itinerario a los lugares santos), también conocido como Itinerario de Egeria, es el testimonio por escrito que dejó de su viaje; está redactado en latín vulgar y en él Egeria describe escrupulosamente tanto las costumbres y las gentes de los lugares que visita como sus propias impresiones.

3. El Libro de las maravillas o Il Milione, de Marco Polo

Si existe un viajero que nos venga a la mente cuando hablamos de literatura de viajes, ese es Marco Polo. Nacido en el seno de una rica familia de mercaderes venecianos, a los quince años acompaña a su padre a un viaje hacia el corazón de Asia que durará nada menos que veintitrés años. Durante este largo trayecto, Marco trabajará al servicio de Kublai Khan, el emperador de los mogoles, y recorrerá en calidad de embajador las exóticas y misteriosas tierras de Mongolia, China e India.

Cuando el viajero regresó, por fin, a su Venecia natal, fue capturado por los genoveses y obligado a permanecer recluido durante un año. En ese tiempo, y en colaboración con otro preso, Rustichello de Pisa, un conocido escritor de romances de caballerías, Marco Polo compuso el libro que lo catapultaría a la fama: El libro de las maravillas, conocido por sus contemporáneos como Il Milione (El Millón), probablemente en referencia a la cantidad de fantasías que contiene.

El libro de los viajes de Marco Polo supuso un éxito fulgurante en la época, y aún hoy es considerado el máximo exponente del libro de viajes medieval escrito por un europeo.

4. Rihla. A través del Islam, de Ibn Battuta

Los árabes de la Edad Media fueron insignes viajeros. De hecho, los musulmanes conocían mucho mejor las tierras extranjeras que los propios europeos, quizá por su propia trayectoria expansionista desde la Península Arábiga. Uno de estos grandes viajeros fue Ibn Battuta, considerado el gran cronista de viajes del Islam medieval.

Su impresionante viaje de más de dos décadas a través del mundo musulmán, recogido en su obra Rihla (cuyo nombre hace referencia al género de viajes de la literatura árabe, y conocida en Europa como A través del Islam), es una de las grandes epopeyas de la época.

Nacido en Tánger en 1304 en el seno de una familia pudiente, a los veintidós años decide emprender la obligada peregrinación a la Meca; una peregrinación que enlazará con un impresionante viaje a través de los territorios conquistados por el Islam y más allá de ellos: La Meca, Tierra Santa, Persia, Asia central, India, África Occidental, China… Se calcula que el viaje de Ibn Battuta abarca nada menos que 120.000 km, muchos más de los que recorriera su (casi) contemporáneo Marco Polo.

5. Le antichità di Roma, de Andrea Palladio

Palladio es hijo de otros tiempos. En 1537, año en que acompaña a su mentor en un viaje por el norte de Italia, los ecos de las mirabilia medievales son prácticamente inexistentes. Es la época de los grandes descubrimientos y de los avances científicos; el público ya no desea relatos con tintes fantásticos, como el de Marco Polo, sino descripciones exactas de los lugares.

A mediados del siglo XVI, Andrea Palladio escribe unos textos muy interesantes donde detalla los monumentos de la antigüedad clásica en Roma. Uno de estos textos, Le antichità di Roma, fue publicado en la ciudad de los papas en 1554 y representa un estudio científico de las características de estos monumentos. Lejos estamos ya de las descripciones medievales que, según el mismo Palladio, no eran más que “extrañas mentiras”. Para componer su estudio, el humanista se sumergió en la obra de escritores clásicos como Plutarco o Tito Livio. Estos testimonios de los viajes romanos de Palladio son sin duda uno de los más perfectos ejemplos de la sincera vocación de los intelectuales renacentistas de desentrañar la verdad del pasado de los lugares que visitan, lejos de leyendas, cuentos y fantasías.

6. Viaje a Italia, de Goethe

Es sin lugar a duda el libro de viajes más famoso en lo que respecta a Italia. Johann Wolfgang von Goethe (1749-1832) es uno de los máximos exponentes del Romanticismo alemán, conocido principalmente por sus obras Fausto y Werther. El libro de viajes que comentamos se enmarca en el llamado Grand Tour, el viaje obligado por Italia que debían realizar durante el siglo XVIII todos los jóvenes de buena cuna.

Por supuesto, Goethe no va a ser menos. Durante más de un año, de 1788 a 1789, el escritor recorrió toda la Península Itálica, recalando varias veces en Roma. El fruto de ello fue Viaje a Italia, publicado en 1816 y que es una recopilación de las cartas y los diarios que Goethe escribió durante su periplo italiano.

7. Cartas de la embajada turca, de Lady Mary Montagu

En el siglo XVIII europeo conviven dos pasiones: la primera, hacia una idealizada Italia, esplendor de la antigüedad; la segunda es una indiscutible atracción hacia todo lo “exótico”. El Imperio Otomano, con sus trajes, sus palacios y sus harenes, despiertan auténtico furor entre los europeos del momento. Y si existe un género que constituye el denominador común en todo esto, es el género epistolar, el pilar de la literatura dieciochesca.

Lo utilizó Goethe en su Viaje a Italia; lo usó también Cadalso en sus Cartas marruecas, y será el género escogido por Lady Mary Montagu, la intrépida dama inglesa que, de la mano de su esposo, Lord Wortley Montagu, embajador inglés, viajó a la lejana Constantinopla. Las cartas que Mary escribió desde la capital turca contienen interesantísimas descripciones de la sociedad y las costumbres del Imperio Otomano; de hecho, Lady Mary fue la primera mujer occidental a quien se permitió el acceso al harén real.

Como dato adicional (y sumamente importante) diremos que fue esta mujer quien sentó el precedente de la vacunación contra la viruela: a su regreso de Constantinopla, hizo inocular a su hijo, siguiendo una práctica que había observado durante su viaje a Estambul. Esto le acarreó fuertes críticas por parte de la sociedad inglesa, que no veía con buenos ojos esa práctica tomada de los musulmanes. Sin embargo, la historia le daría la razón. Años más tarde, Edward Jenner, que perfeccionó el sistema, vacunaba con éxito a un niño y conseguía su inmunización.

8. El Nilo, de Gustave Flaubert

Si el siglo XVIII fue el siglo de la antigüedad clásica y Oriente, el XIX vivió una inesperada pasión por el Antiguo Egipto. El origen de esta egiptomanía fue la campaña de Egipto de Napoleón Bonaparte, durante la que, por cierto, se halló la piedra Rosetta, que sería crucial para descifrar la escritura jeroglífica.

En 1849, el escritor francés Gustave Flaubert inicia un recorrido por el país del Nilo junto al fotógrafo Maxime du Camp. El viaje se alarga nueve meses, durante los cuales los dos amigos se sienten fascinados por las maravillas del antiguo Egipto. Du Camp realiza la que sería la primera fotografía de la Esfinge de Guiza, y Flaubert pone por escrito sus impresiones en un libro de viajes imprescindible para cualquier amante de Egipto.

9. Viajes por Marruecos, Trípoli, Chipre, Arabia, Siria y Turquía, de Alí Bey

Su verdadero nombre era Domingo Badía y nació en Barcelona en 1767. En 1803, a instancias de Manuel Godoy, primer ministro de Carlos IV, realizó su primer viaje por Marruecos, para el que cambió su nombre por el de Alí Bey y se hizo pasar por un noble de ascendencia abasí. Bajo esta nueva identidad recorrió Egipto, Siria, Turquía y Arabia, donde por cierto consiguió entrar a la Meca, lo que le convirtió en el primer español no musulmán en penetrar en el santuario (el primer europeo no musulmán había sido el italiano Ludovico de Verthema en 1503).

Sus textos sobre sus viajes se publicaron en 1814 bajo el título Voyages d’Ali Bey en Afrique et Asie (Viajes de Ali Bey a África y Asia). En ellos, el viajero describe con detalle la zoología, la botánica, la geografía, las ciudades y la sociedad de los países musulmanes, descripciones que fascinaron al público europeo de la época, sediento de información de aquellas “misteriosas” tierras orientales. Por cierto, Ali Bey falleció en Damasco. Su amor por el Oriente musulmán llevado hasta el final.

10. * Los días de Jinrikisha en Japón*, de Eliza Scidmore

Eliza Scidmore se inscribe en la larga lista de mujeres reporteras (y desconocidas) que dejaron extraordinarias aportaciones a lo largo del siglo XIX, el gran siglo del periodismo. En el caso de Scidmore, fue una de las grandes cronistas de viajes de la National Geographic Society.

Nacida en Estados Unidos en 1856, la posición privilegiada de su hermano le facilitó el viajar por distintos lugares del mundo, hecho que despertó su curiosidad por las tierras desconocidas. Su primer libro de viajes, publicado en 1885, giraba en torno a su estancia en Alaska, y obtuvo un notable acogimiento por parte del público.

Fascinada por la milenaria cultura japonesa, Eliza intentó introducir la plantación de cerezos en Washington, prácticamente sin éxito. Sus viajes al país nipón dieron como fruto su libro Los días de Jinrikisha en Japón, que vio la luz en 1891, un año después de su ingreso en la National. Para esta sociedad escribió multitud de artículos en los que describe sus correrías a lo largo del mundo: China, India y la isla de Java, entre otros muchos lugares.

Su amor por Japón le incitó a redactar su única obra de ficción, la novela Como ordena La Haya, de 1907, inspirada en la guerra ruso-japonesa. Eliza falleció en 1928 y está enterrada en el Cementerio Extranjero de Yokohama, en Japón. No podía ser de otra manera.

  • Egeria (2017). Viaje de Egeria, edición de Carlos Pascual, ed. La Línea del Horizonte.
  • Flaubert, G. (2011). El Nilo: Cartas de Egipto, ed. Gadir.
  • Goethe, J.W.V. (2001). Viaje a Italia, Ediciones B.
  • Polo, M. (2008). El libro de las maravillas, ed. Cátedra.
  • Scidmore, E.R. (2018). Jinrikisha Days in Japan, ed. Forgotten Books.
  • Tejera Osuna, P. (2019). Viajeras por el lejano Oriente: 1847-1910, ed. Casiopea.
  • Wortley Montagu, L.M. (2017). Cartas desde Estambul, ed. La Línea del Horizonte.

Periodista

Licenciada en Humanidades y Periodismo por la Universitat Internacional de Catalunya y estudiante de especialización en Cultura e Historia Medieval. Autora de numerosos relatos cortos, artículos sobre historia y arte y de una novela histórica.

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