Cómo ser mi mejor versión: una narrativa desde las neurociencias

Aprender a ser mejor persona es posible aprendiendo cómo funciona el cerebro.

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La primera invitación que te quiero hacer es a revisar cuál es el concepto que tienes instalado del éxito, qué sentido para ti ser una persona exitosa y cuando te miras al espejo, reflejas felicidad. Entonces, ¿qué es el éxito? La primera imagen mental que recibimos es una persona (hombre o mujer) viajando, rodeado de amigos, con prosperidad y equilibrio financiero.

Esto que te estoy describiendo tiene que ver justamente con las programaciones mentales asociadas a la cultura, a las formas en que interpretamos el mundo, es decir, a la subjetividad. El éxito está relacionado con lo que para mí es importante, no hay un concepto absoluto que lo describa, sería petulante y grosero de mi parte atribuir un solo concepto por excelencia porque al final, voy a terminar hablando de lo que a mí me importa.

¿Qué es el éxito?

El éxito es un estado de flujo constante que me permite conectar principalmente conmigo, con mis deseos y mis sueños. Alcanzarlo implica una búsqueda constante que nos toma tiempo procesar y comprender; además, nos lleva a enfrentar obstáculos que nos permiten forjar el carácter y sentar las bases de la determinación. El éxito es la manera más profunda que tengo de relacionarme conmigo, es una actitud que me permite sostener la realidad y los desafíos de la vida misma; el fracaso está contenido de manera implícita en el éxito ya que solo cuando te has permitido transitar el fracaso, podrás sentir el disfrute y la inspiración propios del éxito.

Una persona exitosa es aquella que es capaz de elegir su propio camino y ser responsable de lo que este le entregue. Una persona exitosa cuida de sí misma y de las personas que le rodean por que comprende la importancia de pertenecer y de ser comunidad. No le teme a perder porque reconoce que hace parte de la experiencia de vida. Siempre se puede volver a construir la idea y la percepción que elijo tener de mí mismo y todo lo que me rodea, tantas veces sean necesarias hasta que un día te levantas con la certeza de estar presente y vivo.

Y entonces aparece el lenguaje, esa forma que tenemos de comunicarnos. El lenguaje es una de las herramientas más poderosas que hemos podido desarrollar y que nos permitió evolucionar como especie; el lenguaje da forma, sentido, y nutre nuestra experiencia, nos regala una identidad que nos permite coleccionar memorias que luego dan sentido a nuestra propia existencia. El lenguaje es nuestro mejor aliado.

Con cada palabra que yo emito, represento mi ser

Entonces ¿qué es el lenguaje y como me determina? El lenguaje no es nada distinto a un sistema de signos orales, escritos o gestuales que nos sirven de puente para expresarnos y comunicarnos. La comunicación es una de las representaciones más poderosas del lenguaje ya que nos ha permitido agruparnos y congregarnos como especie, hasta llevarnos al punto de ser la especie de mayor evolución. El lenguaje tiene múltiples funciones, por mencionar algunas:

  • Función referencial o informativa: Uso del lenguaje con el único fin de comunicar una determinada información, sin emitir juicio de valor, sin lugar a generar ningún efecto adverso al receptor.
  • Función emotiva: Entregar un mensaje que intenta transmitir algún estado de ánimo, sentimiento o emoción.
  • Función apelativa: Busca generar una reacción por parte del emisor (quien entrega) al receptor (quien recibe), ya sea para la acción o la omisión.
  • Función fática: La comunicación se centra en el canal de transmisión y lo que se intenta es comprobar que continúe abierto, para dar continuidad a una comunicación.
  • Función estética: El lenguaje busca embellecer. La comunicación se centra en el lenguaje en sí, este se utiliza con el propósito de crear belleza. Esta función se utiliza en las novelas, cuentos, poesías, canciones y otras creaciones. En este punto prevalece la forma del lenguaje más no el contenido del mismo.
  • Función lingüística: La comunicación se centra en el código, se utiliza una lengua para hablar de ella misma o de otra.

Entender, pues, que el lenguaje tiene tantos usos el emisor quiera darle y tantas interpretaciones el receptor esté dispuesto a recibir. Ahora, te has preguntado, ¿que son los diálogos internos? Muy a menudo escuchamos esa voz interna, que se caracteriza por enfatizar en nuestro lenguaje materno y nos da ideas, reproches, directrices, nos muestra realidades que a veces no dimensionamos, los diálogos internos están conectados con nuestro cerebro emocional, especialmente con nuestra amígdala que es la encargada de almacenar nuestras memorias emotivas. Estos diálogos convergen de tal manera que nos entrega información consiente y muchas veces trascendental.

Todo lo anterior para recordarte que el lenguaje te determina de todas las maneras posibles, y así mismo te permite crear tu realidad a partir de tus narrativas. Cuida tus palabras, pues ellas hablan de ti. ¿Te has preguntado de qué personas te estas rodeando? ¿Y por qué traigo esta pregunta si estamos construyendo a partir de nosotros mismos? Pues bien, el otro genera un impacto en mi realidad, el otro también mi invita a ser mejor, me cuestiona y desde la empatía establece un puente.

Procura por rodearte de personas vitamina, esas personas que están dispuestas a escuchar, a ser un canal de cooperación, personas solidarias, que no se relacionan desde el reproche, sino desde la positividad, personas que te invitan a ser luz y faro, personas que pueden sostener conversaciones profundas. Y esto explicado en un sentido más científico, recordemos a las neuronas espejo; ¿cómo funcionan?

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El papel de las neuronas espejo

Las neuronas espejo son células del sistema nervioso que se encargan de transferir información a través de señales químicas y eléctricas, son un tipo de neuronas que se activan cuando se realiza una acción o cuando se observa a otras personas ejecutar acciones, es decir, cuando una persona realiza una acción delante de nosotros, estas neuronas muestran una representación mental de la acción aunque nosotros no la estemos realizando.

Funcionan como una red invisible, nos invitan a unirnos con las personas y permitiéndonos aprender de ellas, posibilitándonos comprender lo que el otro siente, solo observando sus acciones. Se localizan en diferentes zonas del cerebro y tienen una gran influencia en funciones cognitivas, como la percepción, motricidad, lenguaje, aprendizaje y atención:

  • Lóbulo frontal: planificación y ejecución del movimiento
  • Lóbulo parietal: Conecta con nuestros sentidos.
  • Corteza insular: Conecta con las emociones y el dolor.
  • Cíngulo: Conecta con el dolor y las emociones.

La empatía es una de las funciones principales de las neuronas espejo y esta se entiende como la capacidad que tenemos para conectar con la realidad del otro, nos facilita relacionarnos con el otro incluso nos permite reconocer el estado emocional de las personas. El aprendizaje tiende a desarrollarse por imitación, es por esto que las neuronas espejo nos permiten desarrollar nuevas conexiones neuronales, es de anotar que la relación entre las neuronas espejo y la imitación es muy fuerte, de hecho, sin ellas, nuestra forma de imitar cambiaría por completo, evidenciando un gran peso a la hora de aprender del lenguaje y por supuesto de la comunicación. Así es como nos vamos programando para reconocer gestos faciales, movimiento corporal, facilitando la comunicación no verbal.

En conclusión, las neuronas espejo nos permiten anticiparnos a los pensamientos, sentimientos e intenciones de los demás, fundamentales para poder llevar una vida plena y satisfactoria. Y no puede quedar por fuera de esta narrativa el concepto de memoria. La memoria es tan compleja como su nombre lo indica. La memoria es clave para los procesos de aprendizaje y por supuesto para la adaptación al medio.

La memoria sensorial está directamente conectada con los sentidos, pues nos permite guardar las impresiones y la información una vez percibimos el estímulo. Su almacenamiento es limitado, su percepción es extraordinaria. Tal vez recuerdas aquella vez que estabas caminando por la calle y un olor te llevó a un lugar, o tal vez te trajo el rostro de una persona, o tal vez te generó una emoción, tu cuerpo reacciona de alguna manera con el estímulo guardado en nuestra memoria sensorial.

La memoria sensitiva también nos posibilita percibir señales, por ejemplo cuando estas conduciendo tu coche te permite seguir las señales de circulación. Cuenta con una estrecha relación entre los sistemas perceptivos y los procesos cognitivos, así es como vamos nutriendo nuestro procesador de información que al final del día nos permitirá conectar el mundo interior con el mundo exterior y tomas las vías de mejor acceso partiendo de nuestras intenciones.

¿Se aprende a ser una mejor persona?

En definitiva, sí, ser una buena persona es un aprendizaje continuo, y este último se da en diferentes vías. Todos nuestros canales perceptivos en estado de alerta están abiertos para recibir la información del entorno, y nos vamos nutriendo de ideas que terminan siendo pensamientos más complejos de cómo se ve el mundo y vamos tejiendo esa relación e interacción con nosotros mismos, con el yo y con el otro.

Ser la mejor versión de mí es un acto de amor propio, es una reconciliación con el Yo. Entender que la vida es como un boomerang, yo obtengo no lo que quiero sino lo que soy, es por esto que debemos mejorar esa versión del yo. La gratitud. Agradecer es una de las herramientas más poderosas, te invita a conectar con lo que eres y a elevar tu propia conciencia, te permite fluir desde la posibilidad y no desde la carencia.

Aceptar te permite descomponer los juicios de valor, quien acepta no sufre. La aceptación es una de las fuentes de mayor beneficio emocional. Definitivamente se puede aprender a ser una mejor persona, y cuando hablamos de lo bueno o de lo malo no está asociado a un sistema moral, sino más bien a la manera como nos relacionamos con nosotros mismo y con el entorno. El Neurohackin es una herramienta muy útil para acompañar los procesos terapéuticos, este se refiere a un sistema de entrenamiento individual y personal diseñado para adaptarnos al entorno actual.

Un entorno que es hostil (agresivo), de escasez de recursos y con una constante necesidad de estimulación, bombardeo de estímulos estresores y adictivos. En mi práctica terapéutica he desarrollado algunos programas que facilitan este entrenamiento, ha sido muy útil para personas que presentan síntomas asociados a la ansiedad, depresión, o simplemente personas que buscan llevar una relación más cuidadora consigo mismo y con el medio en el que se desarrollan.

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Lina Fernanda Tamayo Gómez es psicóloga y coach, especialista en Psicología Clínica y Magister en desarrollo humano. Cree en la evolución y en la transformación que a través del caos y la reconfiguración permiten trascender y elevar nuestra conciencia.

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