El arte del renacimiento: ¿cómo aprender a abrazar los nuevos comienzos?

Los cambios son oportunidades de crecer si aprendemos a renovarnos.

el-arte-renacimiento-abrazando-cambio

Aprendemos desde chicos que parte del éxito en la vida es educarse en manejar de manera eficiente el arte del control. Intervenir sobre nuestras emociones, nuestras reacciones, nuestras acciones y así podríamos seguir. O sea que en definitiva el pedido implícito sería no ser quienes en realidad somos, sino seres adaptados a distintas realidades. No creo que esa sea la esencia del cambio.

La idea tradicional del cambio puede ser interpretada de muchas maneras, por ejemplo, podríamos decir que si hay tanto para controlar es que algo no está bien con nosotros, otra forma un poco más profunda es preguntarnos porque eso que nos está pasando nos perturba y porque nos angustia.

¿Qué es el arte del renacimiento?

Lo que subyace a estos conceptos sobre el cambio es un juicio, que dice solapadamente que nuestra forma de ser puede que ante los ojos de los demás no parezca tan bien, lo que hace necesario que se deba disimular o hacer como que nos adaptamos a una manera socialmente más aceptable. O sea que en principio lo que encontramos es un prejuicio de cómo deberíamos ser para otros.

De esta manera lo que en realidad terminamos comprendiendo es que debemos aprender a no ser nosotros mismos, a lo que me refiero es que existe en nosotros una normativa de quien debemos ser más allá de nuestras propias aptitudes, preferencias y particularidades que nos hacen únicos. De esta manera perpetuamos un modo infantil en el cual para ser amados debíamos ser adaptados a como se esperaba que fuéramos. Entonces fuimos capaces de dejar de lado nuestra pura esencia, así cualquier cambio hoy es vivido de manera poco amistosa o con pocas expectativas esperanzadoras.

El flujo de la vida nos lleva por caminos inesperados, donde a veces nos encontramos enfrentando situaciones que nos obligan a empezar de nuevo. Ya sea debido a la pérdida de un ser querido, la terminación de un trabajo, o un cambio radical en nuestras circunstancias, estos momentos marcan un punto de inflexión en nuestras vidas. ¿De qué manera podríamos acceder a ese cambio si ancestralmente se nos pide una adaptación que conlleva una norma implícita? “Sé quién debes ser, no importa si es quien eres o quien quieres ser”, esa es la respuesta adaptativa.

Frente a esta paradoja se nos sitúa entre la idea de ser amados por ser atinentes a la norma, o por ser quienes somos por amor a nosotros mismos. Desde la perspectiva en donde la norma es igual a ser querido o aceptado, enfrentar y adaptarse a estos nuevos comienzos implica un proceso complejo que puede desencadenar una serie de emociones y desafíos, para los que nos falta un manual.

Cuando nos encontramos en la encrucijada de un nuevo comienzo, es natural experimentar una amplia gama de emociones que pueden sumergirnos en un estado de tristeza y desesperación. La sensación de pérdida nos deja sintiéndonos vulnerables y desorientados, cuestionando nuestra identidad y propósito en la vida. En este punto, es crucial permitirnos sentir y procesar estas emociones de manera saludable, sin juzgarnos a nosotros mismos. Negar o reprimir nuestras emociones solo prolongará el proceso de duelo y dificultará nuestra capacidad para avanzar.

Por otro lado, el enfrentamiento a un cambio en nuestras circunstancias puede desencadenar ansiedad y miedo al futuro. Ser desvinculado del trabajo, el retiro, o enfrentar un cambio repentino en nuestras condiciones de vida puede sacudir los cimientos de nuestra seguridad y estabilidad. Nos enfrentamos a la incertidumbre de cómo adaptarnos a esta nueva realidad, y el miedo al fracaso puede paralizarnos. En estos momentos, es importante recordar que la adversidad también trae consigo la oportunidad de crecimiento y transformación.

como-aprender-abrazar-cambio

Abrazando los cambios

Como seres humanos, tenemos una notable capacidad de resiliencia que nos permite enfrentar los desafíos con coraje y determinación. La psicología del nuevo comienzo nos enseña que el proceso de adaptación no es lineal, sino que se caracteriza por altibajos y retrocesos. Es normal experimentar momentos de dolor y nostalgia mientras nos ajustamos a nuestra nueva realidad. Sin embargo, es fundamental adoptar una mentalidad de aceptación y apertura hacia lo desconocido. En lugar de aferrarnos al pasado o temer al futuro, nos encontramos frente al desafío de aprender a vivir en el momento presente y abrazar la oportunidad de reinventarnos a nosotros mismos.

El apoyo social juega un papel crucial en el proceso de adaptación a un nuevo comienzo. Buscar el apoyo de amigos, familiares o profesionales de la salud mental puede proporcionarnos la fuerza y la perspectiva necesarias para superar los retos que nos toque enfrentar. Compartir nuestras experiencias y emociones con otros nos ayuda a sentirnos comprendidos y validados, y nos recuerda que no estamos solos en nuestro viaje hacia la recuperación y el crecimiento personal.

Además, es importante fomentar la autocompasión y la autoempatía durante estos momentos difíciles. En lugar de criticarnos por nuestras supuestas fallas o debilidades, debemos tratarnos con amabilidad y comprensión. Reconocer nuestra propia humanidad y permitirnos cometer errores nos permite aprender y crecer a partir de nuestras experiencias, en lugar de quedarnos atrapados en un ciclo interminable de autocrítica y auto condena.

Finalmente, el proceso de empezar de nuevo nos brinda la oportunidad de redescubrir nuestra pasión y propósito en la vida. Al liberarnos de las limitaciones autoimpuestas y las expectativas externas, podemos explorar nuevas oportunidades y perseguir nuestros sueños con renovado vigor. Cada nuevo comienzo nos invita a redefinir lo que es importante para nosotros y a trazar un nuevo curso hacia la realización personal y la felicidad duradera.

Un ejercicio que trabajo con mis pacientes es que imaginen un embudo, en el cual se puedan ver como si fueran el agua pretendiendo entrar y colarse hacia el agujero más pequeño que los va a llevar a esa nueva dimensión, que se identifiquen con el líquido, intenten verse rodeando y deslizándose por todas las paredes del mismo para decantar, para seguir y encontrar ese nuevo espacio que los contendrá y que cuando llegue el momento de cruzar no les resultara tan ajeno ya que en ese ir y venir circular de a poco se irán amigando a esa nueva realidad que seguramente será por un tiempo, hasta que el proceso vuelva a repetirse.

No debemos temer ni dejar de concientizar ese proceso de crecimiento que nos permitirá vernos de una manera distinta sentirnos incluidos, porque de él fuimos parte, tal cual como el líquido que con fluidez se deja llevar para encontrar la salida hacia una nueva forma de sentirnos y vernos. En definitiva, enfrentar un nuevo comienzo desde una perspectiva psicológica implica aceptar y abrazar la complejidad de nuestras emociones y experiencias.

Es a través del proceso de duelo, adaptación y crecimiento personal, que podemos transformar la adversidad en una oportunidad para renacer y florecer. Al cultivar la autocompasión, buscar el apoyo de otros y mantener una mentalidad de apertura y aceptación, podemos abrazar el futuro con confianza y determinación. En última instancia, el arte del renacimiento reside en nuestra capacidad para encontrar significado y propósito en los desafíos que enfrentamos, y en nuestra disposición para abrazar la oportunidad de empezar de nuevo, una vez más.

que-es-arte-renacimiento

Psicóloga

Buenos Aires

Silvana Weckesser es psicóloga especializada en el ámbito clínico y docente universitaria, así como escritora. Su consulta se encuentra en Buenos Aires.

Psicólogo/a

¿Eres psicólogo?

Date de alta en nuestro directorio de profesionales

Artículos relacionados

Artículos nuevos

Quizás te interese