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La base de una buena Salud Mental es una Personalidad bien integrada

Así es como la personalidad se relaciona con la salud mental en el día a día.

La base de una buena Salud Mental es una Personalidad bien integrada

¿Por qué somos como somos? Cada uno de nosotros somos únicos y diferentes. Tenemos diferentes formas de pensar, de sentir, de percibir la realidad, el mundo, las relaciones…diferentes formas de actuar y de reaccionar.

La personalidad es el conjunto de rasgos y cualidades que configuran la manera de ser de una persona y la diferencian de las demás. ¿Cómo distinguir cuando nuestra personalidad está sana y cuando podemos presentar una patología?

¿Cómo conseguir integrar nuestra salud mental?

Melanie Klein, psicoanalista y fundadora de la escuela inglesa de psicoanálisis, nos dice que: "La base de la salud mental es una personalidad bien integrada”. Las cualidades de salud mental que remarca Melanie Klein tienen un fuerte componente ético: el amor, el respeto, la lealtad, la confianza, y las buenas intenciones, son factores de salud mental.

Personalidad y salud mental

Partiendo de esta idea, veamos cuáles son las claves para integrar nuestra salud mental:

1. Necesitamos desarrollar madurez emocional

Esto significa aceptar que a lo largo de nuestra vida podemos perder relaciones personales: de pareja, seres queridos, amistades… y que no vamos a poder satisfacer todas nuestras fantasías en la medida que nos gustaría. Por ejemplo: cuando no toleramos que alguien no quiera romper la relación con nosotros, o que no le agradamos, o cuando creemos que nuestras expectativas tienen que ser satisfechas por los otros, como cuando creemos que nuestra pareja nos va a leer la mente y va a saber lo que queremos.

2. Fuerza de carácter

La fortaleza del carácter se muestra en la lealtad en las relaciones, en el compromiso con los valores, y la capacidad de perseverancia y constancia en el mantenimiento de estos valores, aunque experimentemos pérdidas y frustraciones. Como cuando hay un divorcio, no perder nuestros valores y a pesar de sentirnos frustrados, hacerlo bien con la expareja.

3. Capacidad de manejar emociones conflictivas

El conflicto siempre va a estar presente en la vida. La negación del conflicto es negar la realidad. La capacidad de manejar y tolerar conflictos es un factor imprescindible en la salud mental. Muchas personas tienen problemas en las relaciones con los otros al manifestar una falta de control del enfado o una ira inapropiada. También, tenemos en el otro extremo, las personas que evitan a toda costa el conflicto y desaparecen de las relaciones o permanecen callados, generando una pasivo agresividad y generando frustración e impotencia a las personas a las que no comunican su enfado. Algo muy frecuente hoy en día como el ghosting, o querer dejar una relación cuando hay conflicto.

4. El equilibrio entre la vida interna y la adaptación a la realidad

Se basa en no evitar el conflicto y no evitar la libertad de pensamiento y la capacidad de soñar. Si no desarrollamos nuestro mundo interno y nuestras fantasías, no es posible desarrollar la creatividad. Por otra parte, no vivir ensimismados, y apartados del mundo. Sino mantener un equilibrio entre estar “hacia dentro”, en nuestro mundo de fantasía, y vivir “hacia fuera”, esto es, estar presente en el mundo terrenal.

5. Fusión exitosa entre las distintas partes de la personalidad

La tolerancia a los impulsos, y la aceptación de que tenemos partes que no son deseables en nuestra personalidad. Idealizar esos rasgos, justificándolos o maquillándolos, negando que existen, no nos lleva a tener una personalidad integrada. Es signo de humildad reconocerlos y trabajarlos. También signo de empatía, tener en cuenta que podemos dañar a otras personas con estos rasgos negativos.

¿Cuáles son los componentes de una personalidad sana?

  • Capacidad para reconocer las necesidades internas y expresarlas apropiadamente en la relación con las personas significativas.
  • Capacidad de adaptación a las distintas situaciones que nos va presentando la vida, y a las diferentes personas con las que nos encontramos.
  • Capacidad para depender sanamente de otros y ser independiente. La interdependencia.
  • Capacidad de integración de la sexualidad con la ternura: intimidad. Hay personas que manifiestan incapacidad para expresar ternura.
  • Capacidad para el conocimiento de uno mismo.
  • Capacidad para trabajar, disfrutar y tener una vida social gratificante.
  • Capacidad para identificarse con valores que guían nuestra personalidad y nuestra forma de vivir.

¿Qué caracteriza a una personalidad no saludable mentalmente o no integrada?

Estos son los aspectos más distintivos de una personalidad que no está adecuadamente integrada y da lugr a problemas:

1. Presenta restricción en alguna de estas capacidades

La consulta de los psicólogos está llena de personas que sufren porque o bien no han desarrollado de forma adaptativa estas capacidades, o, por el contrario, se relacionan con otros que no hacen autocrítica y no se trabajan psicológicamente. Podríamos hablar de relaciones de maltrato, traumas…

2. Disminución de la flexibilidad y libertad

El pensamiento polarizado blanco o negro, la rigidez mental, la dominancia, el control. Todo esto conlleva establecer relaciones desigualitarias, de poder. En las relaciones sanas hay flexibilidad mental y capacidad de adaptación.

3. Un patrón repetitivo, restrictivo, inflexible y obligatorio

Esto es, cuando hay un trastorno de la personalidad, la persona piensa, se comporta y siente de la misma forma en la mayoría de las situaciones, independientemente del contexto, tipos de personas con las que se relaciona, la edad cronológica que tenga … Ejemplo: una personalidad narcisista o histriónica, va a querer destacar en todas las situaciones sociales, independientemente de si es adecuado o no, y de si son otras personas las que tienen que ser centro de atención en ese momento.

¿Cuáles son las señales de alarma para detectar estos problemas en la personalidad? Cuando las personas manifiestan estas conductas:

  • Actos suicidas recurrentes o amenazas de suicidio.
  • Relaciones inestables frecuentes. Idealización de la persona y devaluación. Falta de continuidad en las relaciones. Ejemplo: un día se está enamorado, y al día siguiente ya no.
  • Impulsividad extrema. Gastos excesivos, adicción al sexo, a sustancias, conducción temeraria…

Y cuando expresan un malestar subjetivo que se manifiesta de las siguientes maneras:

  • Sensaciones crónicas de vacío (sensación permanente de que falta algo; desmotivación general; no encontrar sentido a la vida o a lo que se tiene; aburrimiento permanente; no encontrar satisfacción en nada, aislamiento social; inseguridad; cuando hacer cosas produce angustia).
  • Ira intensa e inapropiada y dificultades para controlarla. * Desencadenadas fundamentalmente cuando se percibe rechazo e inatención por parte de las personas que se consideran importantes.
  • Inestabilidad emocional. Las emociones son cambiantes en un breve periodo de tiempo, no debiéndose a una causa concreta.
  • Esfuerzos por evitar el abandono. Por el miedo al abandono también se puede reaccionar con una ira inapropiada. Por ejemplo, enfadarse mucho con alguien porque llega unos minutos tarde o porque ha tenido que cancelar una cita.
  • Ideación paranoide transitoria. Sospechas de que está siguiendo perseguido, o tratado injustamente cuando no existen evidencias reales o racionales de que esto es así.
Carmen Rodriguez De Haro

Carmen Rodriguez De Haro

Psicóloga, Sexóloga y Terapeuta de Pareja

Profesional verificado
Granada
Terapia online

El objetivo de este artículo no es el auto diagnóstico, si no que, si os sentís identificados o reconocéis estos rasgos en personas de vuestro entorno pidáis ayuda a un profesional de la salud mental.

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