Qué es la Psicosis Cannábica (Síntomas y Tratamiento)

Te explicamos cuáles son los efectos y características de la psicosis cannábica.

Qué es la Psicosis Cannábica

Cualquier psiquiatra que haya trabajado en el turno de urgencias sabrá de sobra la gran cantidad de personas que sufren episodios de brotes psicóticos provocados por el consumo de cannabis. Desgraciadamente, la grandísima mayoría de los consumidores de marihuana desconocen los verdaderos riesgos del consumo frecuente.

A medida que el consumo de cannabis se vuelve más común, es crucial entender los riesgos asociados, incluyendo la posibilidad de desarrollar síntomas psicóticos.

Profundizaremos en las causas de la psicosis cannábica, identificaremos sus síntomas y exploraremos las opciones de tratamiento disponibles.

Qué es la psicosis cannábica

La psicosis cannábica es un estado donde el consumo de cannabis te lleva a un viaje mental no precisamente placentero, donde la realidad se distorsiona de maneras que pueden ser profundamente perturbadoras.

No es simplemente tener una experiencia "mala" o incómoda; es encontrarte en un territorio mental donde las cosas no funcionan como deberían. Imagina que tu mente es un GPS que de repente empieza a darte direcciones completamente equivocadas, llevándote por caminos que no reconoces, mostrándote cosas que no están ahí y haciéndote creer en realidades que son totalmente falsas.

Los síntomas de la psicosis cannábica incluyen alucinaciones, esas percepciones sensoriales que no tienen base en la realidad. Puedes ver, oír, oler o sentir cosas que simplemente no existen, excepto en tu mente.

Luego están los delirios, creencias firmemente arraigadas en cosas que no tienen sentido ni fundamento en el mundo real. Es como estar convencido de que eres un personaje de una novela de ciencia ficción viviendo entre nosotros.

Los pensamientos desorganizados hacen que seguir una línea coherente de pensamiento se vuelva una tarea hercúlea, y la paranoia te hace sentir como el protagonista de un thriller, donde todos parecen estar en tu contra.

Ahora bien, ¿qué tan común es caer en este laberinto mental? Los estudios dan un poco de luz sobre el tema. Investigaciones publicadas en revistas de prestigio como The Lancet Psychiatry indican que el riesgo de desarrollar psicosis cannábica se magnifica significativamente con el uso frecuente de cannabis, especialmente si las variedades consumidas son de alta potencia en THC.

Por ejemplo, el consumo diario de cannabis puede aumentar hasta tres veces el riesgo de experimentar un episodio psicótico, comparado con alguien que nunca ha tocado la planta. Y si hablamos de variedades con altos niveles de THC, ese riesgo se dispara aún más.

Este no es un tema menor, considerando el creciente acceso y legalización del cannabis en diversas partes del mundo. Mientras algunos celebran la disponibilidad de la planta para usos recreativos y medicinales, estos estudios nos recuerdan que el cannabis no está exento de riesgos, particularmente para aquellos con una predisposición genética a problemas de salud mental.

Es crucial, entonces, abordar el consumo de cannabis con un enfoque informado y cauteloso. Ignorar los riesgos asociados, especialmente el potencial para desencadenar condiciones como la psicosis cannábica, es jugar a la ruleta rusa con tu salud mental.

La educación, la moderación y la atención a las señales de advertencia son esenciales para quienes eligen consumir cannabis, así como para la sociedad en general, que debe promover un entendimiento claro de que, aunque natural, el cannabis no es una sustancia inocua.

¿Fumar marihuana puede provocar brotes psicóticos?

Fumar marihuana y la aparición de brotes psicóticos es como echar a correr en un campo minado donde algunos tienen mapas más detallados que otros debido a su genética, y donde las minas son más potentes dependiendo de la cantidad de THC que contenga la hierba. Sí, el consumo de marihuana puede provocar brotes psicóticos, pero no todos los que pisan el campo van a detonar una mina. Hay varios factores en juego, y vamos a desgranarlos.

1. Factores genéticos

Imagina que tus genes son como una lotería en la que algunos boletos aumentan las probabilidades de experimentar efectos psicóticos al consumir cannabis.

No todos tienen el mismo riesgo; para aquellos con una predisposición genética a trastornos como la psicosis, fumar marihuana puede ser como jugar a la ruleta rusa con su salud mental. Es decir, si en tu familia hay historias de trastornos psicóticos, las posibilidades de que te toque el premio gordo (y no precisamente el bueno) aumentan si decides consumir cannabis.

2. Variedades con mayor THC

No todo el cannabis es igual. Las variedades con altos niveles de THC son como cohetes más potentes capaces de lanzarte directo a la estratosfera de la psicosis más rápidamente que las variedades con menos THC.

Estudios han mostrado que el riesgo de experimentar brotes psicóticos se incrementa significativamente con el consumo de estas potentes variedades. Es como comparar un trago de cerveza con un shot de absenta; los efectos son considerablemente diferentes.

3. Alto nivel de consumo

Aquí entramos en el territorio del "cuánto es demasiado". Según algunos estudios, fumar marihuana diariamente puede aumentar el riesgo de desarrollar psicosis cannábica entre un 20 y un 50%. Es como acelerar por una autopista: cuanto más pisas el acelerador (o más frecuentemente consumes), más riesgos corres. Este aumento de riesgo es especialmente preocupante para aquellos que hacen del consumo de cannabis una rutina diaria, transformando lo que podría ser una práctica recreativa en una invitación abierta a problemas serios de salud mental.

En resumen, sí, fumar marihuana puede provocar brotes psicóticos, especialmente en aquellos con una predisposición genética, que consumen variedades con altos niveles de THC, o que lo hacen de manera frecuente.

La clave está en entender los riesgos, conocer tu propio riesgo personal (¡hola, genética!) y tomar decisiones informadas sobre el consumo. Como en todo, la información es poder, y en este caso, puede ser la diferencia entre disfrutar de la vida y encontrarse navegando por aguas turbulentas sin salvavidas.

Síntomas de la psicosis cannábica

  • Alucinaciones visuales: Ver cosas que no están presentes, como si tu sala se convirtiera en un escenario de película de ciencia ficción.
  • Alucinaciones auditivas: Escuchar voces o sonidos inexistentes, como una playlist que solo suena en tu cabeza.
  • Delirios de persecución: Creer que alguien o algo te persigue o tiene planes contra ti, aunque no haya evidencia real de ello.
  • Delirios de grandeza: Sentirte invencible o con poderes especiales, como un superhéroe sin capa.
  • Pensamiento desorganizado: Saltar de una idea a otra sin un hilo lógico, como un zapping mental constante.
  • Dificultad para concentrarse: Incapacidad para enfocar tus pensamientos o mantener la atención en una sola cosa.
  • Desorientación: Perder la noción del tiempo y el espacio, como estar perdido en tu propia ciudad.
  • Comportamiento errático o impredecible: Actuar de maneras que son inusuales para ti o difíciles de predecir.
  • Paranoia: Sentir miedo o desconfianza intensos sin motivo aparente, como si el mundo entero estuviera en tu contra.
  • Ansiedad extrema: Sentir un miedo intenso y abrumador que no se puede calmar.
  • Ataques de pánico: Episodios repentinos de miedo paralizante que pueden venir con palpitaciones, sudoración y sensación de catástrofe inminente.
  • Cambios de humor: Oscilaciones dramáticas que pueden ir desde la euforia hasta la depresión en poco tiempo.
  • Aislamiento social: Retirarse de amigos y familiares, prefiriendo estar solo. 14.Discurso incoherente: Hablar de manera confusa o ilógica, como si las palabras no se ensamblaran correctamente.
  • Despersonalización: Sentirse desconectado de uno mismo, como si fueras un espectador de tu propia vida.
  • Desrealización: Sentir que el mundo a tu alrededor no es real, como si estuvieras viviendo en un sueño o una película.

¿La psicosis cannábica se puede curar?

La pregunta de si la psicosis cannábica se puede curar es como preguntarse si puedes arreglar un móvil que se ha caído al agua. La respuesta es: depende, pero hay esperanza. La clave está en actuar rápido y de manera adecuada. Vamos a desgranar esto.

Primero, es crucial entender que la psicosis cannábica, al igual que cualquier otro tipo de psicosis, es un estado complejo que afecta profundamente la percepción de la realidad de una persona. El tratamiento y la recuperación dependen de varios factores, incluyendo la severidad de los síntomas, la respuesta individual al tratamiento y, muy importante, el cese del consumo de cannabis.

El tratamiento usualmente combina medicación antipsicótica, que puede ayudar a aliviar los síntomas como delirios y alucinaciones, con terapia psicológica, que trabaja en el entendimiento y manejo de la condición. Además, el apoyo continuo, tanto profesional como de seres queridos, juega un papel crucial en el camino hacia la recuperación.

Ahora, sobre la cura: si por "curar" entendemos la desaparición completa y permanente de todos los síntomas, entonces la cosa se complica. Algunas personas experimentan episodios únicos de psicosis cannábica que, con tratamiento y sin volver a consumir cannabis, pueden no repetirse. En estos casos, podríamos hablar de una "recuperación completa".

Sin embargo, para otros, especialmente aquellos con factores de riesgo subyacentes para trastornos psicóticos, la psicosis cannábica podría ser un indicador de vulnerabilidades más profundas a condiciones psicóticas a largo plazo.

Es esencial reconocer que la "cura" no solo implica tratar los síntomas presentes, sino también abordar los factores de riesgo, como el consumo continuo de cannabis. Dejar de fumar marihuana es un paso fundamental hacia la prevención de futuros episodios.

En resumen, la psicosis cannábica puede ser manejable y, en muchos casos, las personas pueden recuperarse significativamente con el tratamiento adecuado y cambios en el estilo de vida.

La "cura", en términos de evitar la recurrencia, implica una combinación de intervenciones médicas y cambios personales, incluyendo el cese del consumo de cannabis. Como con cualquier dispositivo electrónico mojado, cuanto antes se intervenga y más cuidadosamente se maneje, mejor será el resultado.

Tratamiento de la psicosis cannábica

El tratamiento de la psicosis cannábica es como embarcarse en un viaje de recuperación que requiere de un mapa detallado, una brújula precisa y, a veces, la paciencia de un monje.

No es simplemente tomar una píldora y esperar que todo se solucione mágicamente; es un proceso multifacético que aborda tanto los síntomas agudos como las causas subyacentes. Veamos cómo se despliega este viaje:

1. Identificación y diagnóstico preciso

El primer paso en el tratamiento de la psicosis cannábica es un diagnóstico preciso. Esto puede requerir una evaluación psiquiátrica completa que incluya historial médico, uso de sustancias y una discusión sobre los síntomas experimentados. Como si fuéramos detectives, los profesionales de la salud mental buscan pistas para entender la naturaleza del problema.

Luis Miguel Real Kotbani

Luis Miguel Real Kotbani

Psicólogo | Especialista En Adicciones

Profesional verificado
València
Terapia online

2. Cesación del consumo de cannabis

Este es el fundamento sobre el cual se construye todo el tratamiento. Continuar consumiendo cannabis puede perpetuar o exacerbarnos los síntomas psicóticos, así que colgar los guantes y decir adiós al consumo es crucial. Puede ser desafiante, especialmente si hay dependencia involucrada, pero es un paso no negociable hacia la recuperación.

3. Manejo de la crisis aguda

Si los síntomas son intensos y hay riesgo para el paciente o para otros, puede ser necesario un tratamiento en un entorno controlado, como un hospital. La medicación antipsicótica puede ser administrada para aliviar rápidamente los síntomas como delirios y alucinaciones. Es como apagar un incendio: el objetivo es controlar las llamas lo más rápido posible para prevenir daños mayores.

4. Medicación antipsicótica a largo plazo

Una vez que la fase aguda está bajo control, la medicación puede ajustarse para mantenimiento a largo plazo. La elección del medicamento y la dosis depende de varios factores, incluyendo la respuesta del paciente y los efectos secundarios. Es un proceso de ensayo y error, buscando el equilibrio perfecto que permita al paciente retomar sus actividades diarias con la menor cantidad de efectos secundarios.

5. Terapia psicológica

Esencial para abordar las causas subyacentes y enseñar estrategias de afrontamiento. La terapia cognitivo-conductual (TCC) es particularmente efectiva, ayudando a los pacientes a identificar y cambiar patrones de pensamiento y comportamiento que contribuyen a la ansiedad y la paranoia. Es como reprogramar un software malicioso en tu cerebro para que funcione de manera más eficiente y saludable.

6. Apoyo social y familiar

El viaje de recuperación de la psicosis cannábica puede sentirse solitario y abrumador, pero con el apoyo adecuado, las cargas se aligeran. La terapia familiar puede ser beneficiosa, educando a los seres queridos sobre la condición y cómo pueden ofrecer apoyo de manera constructiva. Es recordar que, aunque el viaje se inicie solo, no tiene por qué continuarse en soledad.

7. Rehabilitación y reinserción

Parte del tratamiento implica ayudar al paciente a reintegrarse en su vida cotidiana, lo que puede incluir terapia ocupacional, apoyo educativo o laboral, y actividades que promuevan la salud mental y física. Es construir un puente de regreso a la "normalidad", asegurando que sea lo suficientemente fuerte para sostener al paciente en su nueva vida sin cannabis.

8. Prevención de recaídas

Finalmente, la prevención de recaídas es un componente crítico. Esto puede incluir educación continua sobre los riesgos del consumo de cannabis, el desarrollo de habilidades de afrontamiento para manejar el estrés sin recurrir a sustancias, y mantener un seguimiento regular con profesionales de la salud mental.

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Luis Miguel Real es especialista en adicciones, trabajando sobre todo con personas con problemas con el alcohol, la cocaína o las apuestas. También trabaja con otros trastornos, como la depresión y variantes de ansiedad. Ofrece terapia individual o de pareja, tanto presencial en su consulta privada en el centro de Valencia como online, atendiendo tanto a adultos como con adolescentes, y organiza programas de formación para empresas y organizaciones que lo soliciten.

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