En algún momento de nuestras vidas, todos nos encontramos frente a la toma de una decisión difícil, atrapados entre la espada y la pared por dos posibilidades: la aceptación de una nueva oportunidad laboral (¿o rechazarla?), la posibilidad de mudarse a un piso (¿o casa?), pasar nuestras vacaciones en la montaña (¿o en el mar?), y así, podríamos seguir.
Está dicho que la suma de todas nuestras pequeñas decisiones moldean la vida que construimos. Por lo tanto, podemos inferir que también es así como funciona la lógica de las grandes decisiones. Una de ellas es la decisión de casarse con la pareja. El matrimonio es un proyecto en común, pero a la vez, embarcarse en él debe ser consensuado de forma individual. Si bien es reversible, se trata de una decisión que probablemente tendrá consecuencias significativas a futuro.
Es por ello que, antes de casarse, ambas personas deben meditar si es un deseo que anhelan para sus vidas individuales y si desean compartirlo con su pareja. Este proceso de introspección podría desencadenar una intensa ansiedad a raíz de las posibles —y más que lógicas— inseguridades frente al casamiento.
Por fortuna, el trabajo con un psicoterapeuta puede ser de gran utilidad cuando una de las personas es incapaz de tomar una decisión, y se halla a sí misma pivotando constantemente entre una posibilidad y otra. En particular, en este artículo te explicaré cómo ayuda la terapia cognitivo-conductual a un paciente inseguro ante la decisión de casarse.
La premisa de la terapia cognitivo-conductual (TCC)
La psicología clínica es un campo dentro de la psicología cuyo objetivo es la aplicación de saberes teóricos para prevenir, diagnosticar y tratar el sufrimiento humano. Dentro de esta rama de la psicología, los psicoterapeutas pueden abordar el problema que trae un paciente al consultorio desde distintos enfoques teóricos. En otras palabras, un mismo problema puede ser visto desde diferentes “lentes” y, por lo tanto, tratado de distinta forma. Uno de los tratamientos que más se ha investigado y que mayor eficacia ha probado tener para el abordaje de múltiples formas de malestar y sufrimiento, problemáticas de salud mental y trastornos mentales es la terapia cognitivo-conductual (TCC).
La TCC es un tratamiento que se basa en la premisa de que nuestros pensamientos y emociones inciden en nuestra conducta. Sin embargo, las personas no siempre elaboramos pensamientos ajustados a la realidad: no pensamos sobre nosotros mismos o sobre el mundo tal cual es, sino como creemos que es. Este proceso interpretativo lo realiza nuestra mente de forma automática. La explicación subyacente a ello es que nuestros patrones de pensamiento pueden estar distorsionados, ya que en algún momento temprano de nuestra historia de aprendizaje hemos elaborado una falsa creencia acerca de la realidad que ha persistido por el reforzamiento y la repetición a lo largo del tiempo.
Estas creencias —que son el contenido de lo que en TCC se denominan esquemas cognitivos— perduran en el tiempo y nos permiten interpretar de forma rápida la información del mundo, pero, al estar sesgadas, pueden también conducirnos a interpretaciones erróneas capaces de causar altos niveles de sufrimiento. Muchas intervenciones de la TCC apuntan a la identificación, cuestionamiento y reevaluación de los sesgos bajo el proceso de reestructuración cognitiva.
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Las posibles intervenciones de la TCC en pacientes inseguros antes de casarse
Ahora bien, es importante conocer las bases sobre la TCC ya que a partir de ellas podremos hacer una lectura de las inseguridades ante la decisión de casarse. En primer lugar, desde la terapia cognitivo-conductual y otros enfoques terapéuticos se acepta el supuesto teórico de que experimentar ansiedad o miedo ante una decisión —es decir, emociones que componen lo que llamamos comúnmente inseguridad— es algo normal y adaptativo. Decimos que es adaptativo porque gracias a la ansiedad y el miedo podemos realizar predicciones de cara al futuro, podemos imaginar las posibles consecuencias de nuestros actos en el mediano y largo plazo e, incluso, formular relaciones hipotéticas entre esas consecuencias. Esto nos permite tomar una decisión más ajustada a los escenarios posibles dentro de nuestras vidas.
Reestructuración de pensamientos desadaptativas
No obstante, un paciente puede experimentar una ansiedad desmedida respecto a la toma de una decisión cuando está interpretándola de acuerdo a alguna creencia desadaptativa. Por ejemplo, en relación al matrimonio y al amor, muchas personas hemos elaborado creencias —debido a nuestra infancia, al contexto donde crecimos, a la cultura circundante— que filtran la realidad de una forma determinada que podría conducirnos al sufrimiento. Tal es el caso de “las parejas se arruinan después del matrimonio” o “soy incapaz de comprometerme con una pareja en el largo plazo”. Como podemos notar, ambas son interpretaciones acerca de un evento que no necesariamente serán congruentes con la realidad.
Desde la TCC se trabaja en la identificación de creencias mediante ciertas intervenciones como la técnica de flechas descendentes o el diálogo socrático, y se busca poner en cuestionamiento qué tanto se condicen dichas creencias con los hechos verídicos. Así, luego del trabajo arduo pero posible con un terapeuta, la firmeza con la que un paciente sostiene la creencia sesgada podría flaquear: “¿Es realmente cierto que todas las parejas se arruinan luego del matrimonio?”. Posteriormente, entre el terapeuta y el paciente se convienen otras formas de interpretar la realidad que puedan ser más adaptativas y flexibles.
Tomas Santa Cecilia
Tomas Santa Cecilia
Psicologo Consultor: Master en Psicología Cognitivo Conductual
Desarrollo de habilidades interpersonales
El terapeuta que trabaja desde la TCC, asimismo, puede ayudar al paciente a desarrollar habilidades de relajación para afrontar con mayor eficacia los momentos difíciles. Otra posible intervención para los casos de inseguridad ante una decisión compleja es el desarrollo de habilidades interpersonales. La persona podría sentirse ansiosa ante la decisión de casarse no tanto porque desconoce cuáles son los potenciales resultados de sus acciones, sino más bien porque no sabe cómo expresar su desacuerdo con la pareja.
Sí, el matrimonio es un proyecto de a dos pero a la vez individual. Cuando una persona desea casarse pero la otra no, ésta última debe contar con las herramientas necesarias para expresar de forma asertiva (clara, concisa, abierta al diálogo) su discrepancia.
Un terapeuta formado en TCC puede ayudar a una persona en un proceso de psicoterapia individual a desarrollar habilidades de comunicación más eficaces y acordes a lo que desea. Al mismo tiempo, también existe la posibilidad de trabajar este aspecto en un contexto de terapia de pareja.
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Promoción de estrategias para afrontar episodios de rumia
En última instancia, también es necesario señalar que la TCC puede ayudar a una persona a “despegarse” de un bucle de rumia cuando está insegura acerca de su decisión. Muchas veces, permanecer en un estado reflexivo por mucho tiempo acerca de las posibilidades infinitas del futuro puede ser agotador, desadaptativo y podría catapultar los niveles de ansiedad de la persona. Desde la TCC, se le puede enseñar a la persona a detectar con mayor facilidad el momento en el que comienza a rumiar y entrenarla a desplegar comportamientos capaces de atraer su atención al momento presente y reorientar su conducta.
A raíz de la información expuesta, podemos convenir que la terapia cognitivo-conductual es una opción eficaz, segura y basada en evidencia empírica para aquellas personas que presentan inseguridades antes de casarse.
