Elizabeth Cabot Agassiz: biografía de esta naturalista y educadora pionera

Repasamos la vida de una de las primeras mujeres que destacó en el estudio de la Historia natural.

Elizabeth Cabot Agassiz

Cuando Elizabeth Cabot Cary era pequeña, la educación humanista que recibió en casa por parte de una institutriz nada hacía presagiar que, una vez adulta, dedicaría sus esfuerzos a la historia natural y se convertiría en una de las naturalistas más célebres de Estados Unidos. Todo cambió cuando, en 1850, se casó con Louis Agassiz, un científico suizo que había llegado a América para estudiar la fauna y la flora del inmenso continente.

Junto con su marido, Elizabeth, ahora ya conocida como Elizabeth Cabot Agassiz, desarrolló una actividad frenética, que los llevó a explorar la naturaleza de las costas brasileñas y del Pacífico, así como potenciar una actividad educadora femenina sin precedentes. En el artículo de hoy, encontrarás una biografía de Elizabeth Cabot Agassiz, una de las mujeres pioneras en el estudio de la historia natural.

Breve biografía de Elizabeth Cabot Agassiz, naturalista y educadora pionera

Elizabeth Cabot Cary nació en Boston, Massachusetts, en diciembre de 1822. Formaba parte de una extensa familia de numerosos hermanos, donde se educó a los niños y a las niñas en una ideología igualitaria en cuanto a los derechos de hombres y mujeres. Por ello, durante toda su vida, además de interesarse vivamente por la historia natural, Cabot Cary (Agassiz una vez casada) se dedicó de lleno a incentivar la educación femenina, una tarea crucial en una sociedad donde todavía no se permitía a las mujeres acceder a los estudios superiores.

Educación humanista y vocación científica

La mala salud de la pequeña Elizabeth impidió que fuera a la escuela. Fue educada en la casa familiar con una institutriz, que la impregnó de saber humanístico. Nada hacía vaticinar, por tanto, que la jovencísima Elizabeth pudiera sentirse atraída en algún momento por algo que no fueran las letras, el dibujo y la música.

Hacia 1850, Elizabeth entabla relación con el círculo de su hermana, que se había casado con un profesor de la Universidad de Harvard. Es en este ambiente culto y erudito donde conoce a Louis Agassiz (1807-1873), un científico suizo que había emigrado a Estados Unidos para estudiar en profundidad su flora y fauna y que impartía en aquel momento clases en la universidad. Agassiz era viudo y tenía tres hijos pequeños. El flechazo fue instantáneo, y los dos se casaron en abril de 1850. A partir de entonces empieza la vocación científica de Elizabeth, pues, a través de su marido, toma contacto con la historia natural y descubre su pasión hacia este tipo de estudios.

La instrucción de Elizabeth Agassiz fue imparable. Louis le enseñaba todo lo que era necesario saber acerca de la historia natural, y ella asimilaba las lecciones con auténtica fruición. Sin embargo, nunca dejó de lado su férrea voluntad de desarrollar un verdadero programa de estudios para las mujeres de su país. En 1855, y ayudada por su esposo, funda en su casa familiar una escuela femenina, en la que el mismo Louis, junto con algunos colegas de Harvard, impartirán clases durante varios años. Clases a las que, por cierto, asiste una Elizabeth ávida de conocimiento y saber.

Un verdadero e inseparable equipo

Por desgracia, el proyecto educativo de los Agassiz se ve interrumpido por el estallido de la Guerra de Secesión. En 1863, dado el inestable panorama bélico, la escuela se ve obligada a cerrar. Pero no por ello Elizabeth abandona su actividad intelectual. Es imposible imaginar a esta mujer como una mera ama de casa que permanece, tranquila y sosegada, en su hogar. Pronto empieza a colaborar en los trabajos y las expediciones de su marido, y su ayuda resulta inestimable para su producción científica.

Una de las expediciones más importantes de la pareja es la que realizan, entre 1865 y 1866, a Brasil. Elizabeth acompaña fielmente a Louis y anota todas las impresionas del viaje, tanto las de él como las suyas propias. Su concienzudo trabajo de recopilación permite que, en 1869, vea la luz el libro Un viaje a Brasil, una obra exhaustiva en la que el matrimonio recoge la fauna y la flora del país, así como las costumbres de lasociedad y su cultura.

En aquellos años, Elizabeth es ya de sobras conocida en los círculos intelectuales del norte de Estados Unidos. El mismo año de publicación de Un viaje a Brasil es nombrada miembro de la Sociedad Americana de Filosofía, y se convierte, así, en una de las primeras mujeres en recibir esta distinción.

Luchadora e intelectual incansable

Con los hijos de Agassiz, habidos en su primer matrimonio, Elizabeth mantuvo siempre una relación estupenda. De hecho, Alexander Agassiz, con el que colaboró en el libro Estudios de la costa (1865), habló de ella como de “su madre, su hermana y su amiga”. Realmente, la madrastra fue un apoyo incalculable para los hijos de Louis, y es de suponer que Elizabeth, que no tuvo hijos biológicos, los amó como propios. En 1871, el gobierno de Estados Unidos decidió realizar una expedición marina, la Expedición Hassler, y Louis Agassiz, su esposa y algunos colegas recibieron el encargo de organizarla y llevarla a cabo. La travesía los llevó por toda la costa de Brasil y por el estrecho de Magallanes, un viaje que reportó grandes conocimientos al matrimonio de científicos.

Por desgracia, un año después de su regreso del periplo, en 1873, Louis Agassiz falleció, hecho que devastó a Elizabeth, que había formado con su marido un tándem no sólo afectivo, sino también profesional. Sin embargo, a pesar del dolor, nuestra protagonista no se amedrentó y, muy lejos de permanecer, como viuda, en el hogar familiar, siguió llevando a cabo proyectos relacionados, especialmente, con la educación de las mujeres.

La lucha por la educación femenina

En esta línea Elizabeth colaboró activamente en la proyección y la fundación del famoso “Anexo Femenino” de la Universidad de Harvard, con el objetivo de garantizar a las mujeres el acceso a los estudios superiores. La institución, que vio la luz en 1879, recibió en 1894 el nombre de Anne Radcliffe, en honor a la primera mujer en materializar becas para estudiantes, en el lejano año de 1643.

La actividad literaria de Elizabeth tampoco decayó en sus últimos años. En 1885 publicó una biografía de su marido en dos tomos, en el que resume su vida y sus logros científicos. La ya anciana educadora compaginaba su actividad como escritora con la dirección de la recién fundada institución femenina de Harvard, de la que fue directora durante varios años.

En 1903 tuvo que retirarse del escenario profesional a causa de su estado de salud. Finalmente, el 27 de julio de 1907 falleció de una hemorragia cerebral en su Massachusetts natal. Su familia le dedicó una biografía, que vio la luz años más tarde, en 1917, con la ayuda de la institución a la que ella tanto había dado, el Radcliffe College.

Elizabeth Cabot Agassiz fue una mujer excepcional que se convirtió en una de las pioneras en propiciar la educación femenina, además de colaborar estrechamente con su marido en su actividad científica. Se trata, por tanto, de una de las tantas mujeres olvidadas que es necesario reivindicar.

  • Cabot Cary Agassiz, E.; AGASSIZ, LOUIS (2023), A Journey in Brazil, ed. Good Press.
  • Dwight Cabot, E. (2015), Letters of Elizabeth Cabot, Volume II - Scholar's Choice Edition, ed. Creative Media Partners.
  • Martínez Pulido, C., Elizabeth Cabot Cary, decidida impulsora de la formación superior para las mujeres, artículo de mujeresconciencia.com, diciembre de 2014.
  • Elizabeth Cary Agassiz, biografía publicada en la página History of American Women.

Periodista

Licenciada en Humanidades y Periodismo por la Universitat Internacional de Catalunya y estudiante de especialización en Cultura e Historia Medieval. Autora de numerosos relatos cortos, artículos sobre historia y arte y de una novela histórica.

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