​¿Por qué es importante la estimulación sociocultural?

Una de las necesidades humanas que debemos tener en cuenta.

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En muy diversas ocasiones los expertos en el área de la psicología social han defendido la idea de que el ser humano es un ser social por naturaleza.

Pero, ¿qué significa realmente esta afirmación y qué implicaciones puede tener en el ser humano una carencia en la relación que éste establece con su entorno?

Las necesidades del ser humano: ¿cuáles son?

La Jerarquía de Necesidades propuesta por Abraham Maslow fue presentada en 1943 como un modelo en forma de pirámide donde se hallan representadas cinco tipologías de necesidades a satisfacer por el ser humano ordenadas en función de su complejidad y relevancia otorgada en la consecución del máximo estado de crecimiento personal. En el nivel base se encuentran las necesidades fisiológicas (alimentación, por ejemplo), seguidas de las necesidades de seguridad (protección del individuo), las necesidades de aceptación social (pertenencia y amor), las necesidades de autoestima (valoración del propio estatus) y, ya en el nivel superior, las necesidades de autorrealización (autocumplimiento).

Las primeras cuatro clases de necesidades se denominan “del déficit”, puesto que es posible satisfacerlas en un momento determinado, mientras que la quinta se conoce como “necesidad del ser”, debido a que no se consigue saciar nunca de forma completa, es continua. Cuando un individuo va alcanzando la satisfacción de las necesidades más elementales va ascendiendo su interés en cubrir las necesidades de niveles superiores. Este desplazamiento hacia la parte superior en la pirámide se define como fuerza de crecimiento. Por contra, el descenso en la consecución de las necesidades cada vez más primitivas se debe a la acción de las fuerzas regresivas.

La satisfacción de necesidades

Maslow entiende que todo ser humano aspira a la satisfacción de necesidades de niveles cada vez más altos, aunque admite que no todas las personas desean conquistar la necesidad de autorrealización, parece que es una meta más particular en función de las características del individuo. Otra idea importante del modelo del autor es que destaca la relación existente entre acción (comportamiento) y voluntad de alcanzar los diferentes niveles de necesidades. Así, las necesidades no satisfechas son las únicas que motivan la conducta y no aquellas ya consolidadas.

Como puede observarse, todos los componentes de la pirámide de necesidades del modelo de Maslow guardan una relación estrecha respecto de la relevancia tan significativa que ejerce el entorno en el ser humano. Así, tanto los elementos de la base o fisiológicos como los de seguridad, pertenencia y autoestima sólo pueden llegar a entenderse y darse cuando un individuo se desarrolla en sociedad (al menos de forma psicológicamente adaptativa).

Relevancia de la estimulación ambiental en el ser humano

Infinidad de investigaciones han demostrado cómo el desarrollo del ser humano está influido por factores biológicos o genéticos, por factores ambientales y por la interacción que se da entre ambos. Así, una predisposición interna está modulada por el contexto en el que se desenvuelve el sujeto y da lugar a una conformación muy particular de las características que este manifiesta, tanto a nivel cognitivo, como a nivel emocional o comportamental.

Entre los factores ambientales a tener en cuenta como aspectos determinantes en el desarrollo psicológico infantil se hallan:

  • La relación del niño con el entorno, los vínculos afectivos establecidos con las figuras referentes derivados de las conductas de afecto y cuidado provenientes de ellas.
  • La percepción de estabilidad del marco que le rodea (familiar, escolar, etc.).

Ambos aspectos influyen notablemente en el tipo de funcionamiento cognitivo y emocional que interioriza el niño, en la calidad de sus habilidades comunicativas, en la adaptación al medio cambiante y en su actitud ante el aprendizaje.

Un ejemplo de lo expuesto en el anterior párrafo lo ilustra la experiencia científica del médico Jean Itard con el niño salvaje de Aveyron. El chico fue hallado a la edad de 11 años en el bosque observándose en él un comportamiento semejante cual animal indómito. Tras una alteración sustancial del contexto del chico este fue capaz de aprender ciertas habilidades sociales, si bien es cierto que los progresos fueron limitados puesto que la intervención ambiental se produjo en un momento muy avanzado del desarrollo.

Intersubjetividad secundaria

En referencia al punto mencionado sobre los vínculos afectivos, también puede considerarse como relevante el papel del concepto de la “intersubjetividad secundaria”. La intersubjetividad secundaria hace referencia al fenómeno que tiene lugar en los bebés de un año de vida aproximadamente y que consiste en una forma de interacción simbólica primitiva entre este y la madre donde se combinan dos tipos de actos intencionales simultáneamente: los práxicos (como por ejemplo señalar un objeto) y los interpersonales (la sonrisa, el contacto físico con el otro, entre otros).

Un déficit en la consecución de este hito evolutivo viene determinado por el establecimiento de un vínculo afectivo no seguro y puede tener consecuencias significativas como dificultad para construir un mundo simbólico propio, déficits en la comunicación interpersonal y la interacción intencional o desarrollo de comportamientos estereotipados semejantes a los manifestados en el espectro autista.

La aportación de las Teorías Ecológicas o Sistémicas

Una de las aportaciones fundamentales a este respecto han sido las propuestas de las Teorías Ecológico-Sistémicas, las cuales defienden la relevancia de intervenir no solo en el sujeto en cuestión, sino también en los distintos sistemas sociales donde este interactúa como la familia, la escuela y otros entornos como el vecindario, el grupo de iguales, etc. A su vez, los diversos sistemas influyen entre sí mismos y en otros simultáneamente.

Desde esta concepción sistémica se entiende que el comportamiento individual es fruto de la relación entre el sujeto, el ambiente y interacción entre ambas partes (transaccionalidad). El sistema, por tanto, no es igual a la suma de sus componentes; posee una naturaleza distinta. En este sentido, este modelo otorga una visión holística al proceso de desarrollo humano, asumiendo que todas las capacidades del sujeto en la etapa infantil (cognitivas, lingüísticas, físicas, sociales y emocionales) se interrelacionan y forman un todo global imposible de segmentar en áreas específicas. 

Otra característica que esta propuesta teórica ofrece del desarrollo infantil es su dinamismo, por el cual el contexto debe adaptarse a las necesidades del sujeto para facilitarle el proceso madurativo. La familia como principal sistema en el que se produce el desarrollo del niño presenta también estas tres particularidades comentadas (holismo, dinamismo y transaccionalidad) y debe encargarse de proporcionar al niño un contexto físico y psicológico seguro que garantice un crecimiento global del pequeño en todas las áreas de desarrollo indicadas.

Relación entre el concepto de Resiliencia y Deprivación Sociocultural

La Teoría de la Resiliencia surgió de los trabajos realizados por John Bowlby, autor principal de las Teorías del Apego establecido entre el bebé y la figura de referencia afectiva. Este concepto pasó a ser adoptado por la corriente de la Psicología Positiva y fue definido como la capacidad de afrontar la adversidad de forma activa, eficaz y resultando reforzado de ella. Las investigaciones demuestran que las personas resilientes presentan menores índices de alteraciones psicopatológicas, puesto que este fenómeno deviene un factor de protección.

En relación al tema de la deprivación sociocultural, la Teoría de la Resiliencia explica que la persona expuesta a un ambiente poco estimulador y adecuado para el desarrollo (lo que podría entenderse como una adversidad) puede sobreponerse a esta complicación y lograr alcanzar un desarrollo satisfactorio que le permita avanzar por las distintas etapas vitales adaptativamente.

Intervención en casos de deprivación socio-cultural: los Programas de Educación Compensatoria

Los Programas de Educación Compensatoria tienen el objetivo de reducir las limitaciones educativas en colectivos que presentan deprivación sociocultural y económica que les dificulta la obtención de su inclusión en el conjunto de la sociedad de forma satisfactoria. Su finalidad última es lograr un vínculo positivo entre la familia, la escuela y la comunidad.

Estos programas se sitúan dentro de una perspectiva explicativa ecológica o sistémica por lo cual, priorizan el dirigir su intervención en el contexto ambiental en que se circunscribe el individuo analizando y alterando (en caso necesario) los factores económicos, ofreciendo pautas psicoeducativas sobre la relevancia de colaborar con el área escolar, abordando las problemáticas emocionales de los alumnos y trabajando en favorecer la formación del profesorado.

A modo de conclusión

A lo largo del texto se ha observado y contrastado como de determinante resulta la calidad y naturaleza enriquidora del contexto en el que se desarrolla un individuo para facilitarle o acercarle a un mayor bienestar emocional o psicológico. Una vez más, se demuestra que es muy diversa la forma en que se interrelacionan los distintos factores, tanto internos o personales como externos o ambientales, para configurar cómo se va produciendo el desarrollo individual de cada ser humano. 

Por ello, en el terreno de la psicología no puede resultar acertado la atribución de un determinado acontecimiento o funcionamiento psicológico a una sola causa concreta y aislada.

Referencias bibliográficas:

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  • Domingo Segovia, J. y Miñán Espigares, A. (2001). Necesidades educativas especiales relacionadas con el contexto socio – cultural. Capítulo 25, en Enciclopedia Psicopedagógica de Necesidades Educativas Especiales. Málaga: Aljibe.
  • Grau, C.; Zabala, J.; Ramos. C. Programas de intervención temprana como educación compensatoria: modelo de un programa estructurado: Bereiter - Engelmann. Disponible aquí.
  • Martínez Coll, J. C. (2001) "Las necesidades sociales y la pirámide de Maslow", en La Economía de Mercado, virtudes e inconvenientes.

Psicología Infanto-juvenil y adultos

Granollers

Licenciada en Psicología por la Universidad de Barcelona. Especializada en Psicología Clínica mediante la titulación de Posgrado en Actualización en Psicología Clínica por la Universidad de Barcelona y Máster en Psicología General Sanitaria en la UDIMA . Especializada en Psicopedagogía mediante la titulación de Máster en Psicopedagogía Clínica en el Instituto Técnico de Estudios Aplicados. Psicóloga infanto-juvenil, de población adulta y psicopedagoga desde hace más de 10 años. Directora de Elisabet Rodríguez - Psicologia i Psicopedagogia (Granollers) desde 2016.

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