​13 hábitos de las personas excepcionalmente simpáticas

La gente simpática suele actuar de forma claramente diferenciada.

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Hay muchos tipos de personas en el mundo, algunas que nos hacen sentir realmente bien y otras que, sin embargo, son tóxicas. 

Sin duda, preferimos rodearnos de esas personas que despiertan una magia especial, que nos hacen sentir bien y que percibimos como gente cálida y cercana. Las personas simpáticas cumplen todas estas características.

Hábitos y características de las personas simpáticas

Todos conocemos personas simpáticas, y cada vez que nos cruzamos con alguna el “buen rollo” se apodera de nosotros. Las personas simpáticas son agradables y su compañía es de agradecer. 

Pero, ¿cómo son realmente estas personas? ¿qué caracteriza a estos estos absorbentes? A continuación puedes encontrar una lista con los hábitos y secretos de la gente simpática.

1. Son locuaces

Uno de los rasgos que más llama la atención de las personas simpáticas es que son personas locuaces, es decir, les encanta hablar. Pero no solamente les encanta charlar con las personas que tienen alrededor, sino que siempre saben lo que tienen que decir. Es por eso que se ganan nuestra confianza rápido y nos hacen sentir a gusto. Cubren nuestras necesidades simplemente con las palabras. Así es difícil que alguien te caigan mal.

2. Sonríen

Otro rasgo que podemos destacar de las personas simpáticas, además de su locuacidad, es que siempre tienen una sonrisa en la cara. La sonrisa transmite positividad y por eso percibimos de forma agradable a este tipo de personas. No hay nada más seductor que sonreír, pues da confianza y es una muestra de atención. Las personas simpáticas son personas seductoras.

3. Miran a los ojos

Así pues, sonreir es seductor, pero si esa sonrisa va acompañada de una mirada a los ojos, entonces sentimos una gran conexión emocional con la otra persona. En cualquier relación interpersonal es necesario acostumbrarse a tener contacto visual quien hables, de esta manera validas las emociones de la otra persona, generas empatía y, además, simpatía. Las personas simpáticas, por tanto, son locuaces, sonríen y miran a los ojos.

4. Confían en sí mismos

Y esto es posible porque son personas que confían en sí mismas. Al mirar a los ojos y sonreír, éstas transmiten mayor seguridad y permiten conectar y generar un lazo de confianza con su interlocutor. Las personas simpáticas tienen una alta confianza que, además, es auténtica, es decir, no es falsa autoconfianza.

5. Son abiertas y extravertidas

Las personas simpáticas son personas abiertas. Caen simpáticas porque tienen una visión de la vida que invita al optimismo, sin prejuicios y sin juzgar a los demás. Son personas abiertas a la experiencia, que han vivido mucho y son sabias en cuanto a las relaciones interpersonales. Esta visión de la vida, convierte su personalidad en un magnetismo que te atrapa.

Además, las personas simpáticas son extravertidas y están abiertas al diálogo, y es por eso que tienen mayores habilidades sociales y llegan a ser personas carismáticas, con una relativa facilidad para caer simpáticas.

6. Son sociables

Las personas simpáticas son sociables, es decir, que les gusta estar rodeadas de personas y se mueven como pez en el agua en este entorno. Es por eso que este tipo de gente nos hace pasar buenos ratos y logran despertar la simpatía en nosotros. Si ser sociable es una de las características de ser simpático, ser simpático mejora notablemente nuestras relaciones interpersonales. No solo con nuestros amigos, sino también en otros ámbitos de nuestra vida, como por ejemplo el trabajo.

7. Son socialmente inteligentes

Ser sociable puede ser más bien una actitud, pero no todo el mundo cae igual de bien y es percibido como simpático. Para resultar agradable y que la gente se sienta a gusto contigo, es imprescindible tener buenas habilidades sociales.

Las habilidades sociales son distintas conductas o comportamientos que empleamos cuando interactuamos con los demás y que nos ayudan a relacionarnos de forma efectiva y mutuamente satisfactoria.

8. Se preocupan por nosotros (o al menos eso parece)

Las personas simpáticas nos caen bien porque parece que se preocupen por nuestras necesidades. Se acercan a nosotros y nos muestran su interés en saber cómo nos va. Además, nos preguntan y nos hacen sentir a gusto.

9. Saben escuchar

Y gran parte de que nos hagan sentir a gusto es que nos escuchan en vez de oírnos. Muchas personas están más pendientes de lo que ellos van a decir después y no prestan atención en lo que estamos diciendo nosotros o en el lenguaje no verbal que estamos mandando. A todos nos gusta que nos escuchen y las personas simpáticas escuchan de forma activa.

10. Son genuinas

Las personas genuinas caen bien porque se muestran tal y como son. Sus acciones salen del corazón y por eso conectan tan fácilmente con los demás. En cambio, cuando la simpatía enmascara interés, el lenguaje no verbal te delata. La falsa simpatía hace que no mires a los ojos, no sonrías con autenticidad, etc.

11. Son espontáneas

Ser genuino te permite ser espontáneo. Por eso, las personas simpáticas no buscan la atención, sino que su comportamiento les sale de manera natural. No se fuerzan ni intentan adoptar unos movimientos y un tono de voz muy impostados. Son individuos que se muestran relajados y abiertos.

12. Dejan una buena primera impresión

Algunas investigaciones han demostrado que muchas personas deciden si les gusta otra persona simplemente en la primera impresión, porque pasan el resto de la conversación justificando esta reacción. Esto puede sonar duro, pero hace reflexionar sobre la importancia del lenguaje corporal. Una postura que fomente la confianza, dar la mano de manera firme, sonreír, etc., aseguran que la primera impresión sea buena.

13. Son optimistas

Las personas simpáticas son individuos optimistas que muestran coherencia en su comportamiento. Eso quiere decir que no dejan que su estado de ánimo les afecte, pues siempre, al menos cuando están con los demás, intentan mostrar su mejor versión. 

Psicólogo de las organizaciones

Licenciado en Psicología por la Universidad de Buenos Aires. Máster en Recursos humanos y experto en comunicación empresarial y coaching. Posgrado en Nutrición y Alimentación Sanitaria y Social por la UOC. Especialmente interesado en el bienestar y el deporte.

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