Construccionismo social: qué es, ideas fundamentales y autores

Esta perspectiva teórica propone que los seres humanos son el resultado de procesos sociales.

Construccionismo social
Desde esta perspectiva, las dinámicas sociales y culturales crean una realidad.PKharote.

El construccionismo social, o socioconstruccionismo, es una perspectiva teórica que surge a mediados del siglo XX como consecuencia de la crisis epistemológica y metodológica que han atravesado las ciencias sociales.

Considera que el lenguaje no es un simple reflejo de la realidad, sino que es el productor de la misma, con lo cual, pasa de la idea de representación que dominaba la ciencia, a la de acción discursiva.

Esto último permite cuestionar el conjunto de “verdades” a través de las que nos habíamos relacionado con el mundo, así como crear nuevas teorías y métodos de conocimiento.

Además de ser considerado como una perspectiva teórica, el socioconstruccionismo se define como un movimiento teórico en el que se agrupan distintos trabajos y propuestas. A continuación haremos un recorrido por algunos antecedentes y definiciones del construccionismo social, así como las repercusiones que ha tenido en la psicología social.

Construccionismo social: una alternativa teórico-práctica

Desde de la década de 1960, y en el marco de la crisis del pensamiento moderno, los fundamentos epistemológicos de las ciencias sociales han pasado por algunos cambios importantes.

Entre otras cosas, dichos cambios surgen como una crítica al modelo de representación de la ciencia, en donde el lenguaje es entendido como un instrumento que refleja fielmente los contenidos mentales, con lo cual, la misma mente contiene representaciones exactas del mundo externo (de “la realidad”).

En el mismo contexto surge una crítica a las verdades absolutas y a los métodos de investigación por medio de los cuales se creía acceder a dichas verdades. Así, se cuestiona de manera importante la aplicación de la metodología positivista en las ciencias sociales y la omisión de los procesos sociohistóricos que las enmarcan.

Es decir que, ante la tendencia del pensamiento científico tradicional de presentarse a sí mismo como un reflejo absoluto de la realidad que estudiaba; el construccionismo social dice que la realidad no existe de manera independiente a nuestras acciones, sino que la producimos por medio del lenguaje (entendido como una práctica).

Reacciones ante la ciencia tradicional

Uno de los planteamientos que había marcado las ciencias sociales, y ante los cuales el socioconstruccionismo pone una distancia importante es la descalificación de las metodologías distintas a las hipotético-deductivas y positivistas. A partir de ahí, el construccionismo social cuestiona el predominio de modelo experimental, donde se supone que el conocimiento se adquiere con base en el control que un experimentador “externo” tiene sobre la situación estudiada, lo que a su vez supone la existencia de variables que son estables y controlables.

Así mismo se establece una reacción ante la aparente atemporalidad que había caracterizado la forma tradicional de hacer ciencia. Es así porque dicha atemporalidad ha tenido como consecuencia que los hechos históricos se comprendan como anecdóticos y por tanto, no científicos.

Finalmente cuestionó las supuestas verdades sobre los seres humanos, que se han dado por sentadas a través de la puesta en práctica de las metodologías utilizadas en las ciencias naturales.

Un proyecto psicosociológico y sus repercusiones para la psicología

En relación con lo que explicamos anteriormente, autores como Sandoval (2010) consideran que el socioconstruccionismo no es propiamente una teoría sino “un intento metateórico por construir una alternativa a la hegemonía del empirismo en la epistemología; del conductismo y el cognitivismo en la teoría y del experimentalismo en la metodología; la trilogía que fundamenta el núcleo de la inteligibilidad de la psicología moderna” (p. 32).

En suma, cuatro principios que definen al socioconstruccionismo y que impactan a la psicología moderna son:

1. Antiesencialismo: la primacía de los procesos sociales y las prácticas discursivas

La prácticas que componen una realidad se mantienen gracias al establecimiento de un orden social, lo que ocurre por medio de la actividad humana, sin ningún estatus ontológico. A partir de habituarnos a estas prácticas, la misma actividad humana se institucionaliza y da forma a una sociedad. Por esto mismo, la vida cotidiana que había sido desestimada por la ciencias sociales tradicionales, cobra especial importancia para el socioconstruccionismo.

A nivel metodológico el socioconstruccionismo considera la imprevisibilidad de la conducta humana y la realidad social como algo que se construye en la vida cotidiana y a partir de una reciprocidad entre sociedad-persona, con lo cual la psicología debe ubicar los casos que estudia o atiende en contextos sociales determinados. En este mismo sentido, las personas somos el producto de procesos sociales específicos.

Asimismo, la corriente socioconstruccionista permitió cuestionar el uso del método hipotético-deductivo en las ciencias sociales, que en inicio se había sistematizado para las ciencias naturales; y que se había trasladado como el modelo para la psicología.

2. Relativismo: la especificidad histórica y cultural del conocimiento

Esta teoría defiende que el conocimiento obtenido por las ciencias sociales es fundamentalmente histórico, y debido a que es altamente variable, no puede recurrir a los métodos de estudio de las ciencias naturales.

Asimismo, la corriente socioconstruccionista permitió cuestionar el uso del método hipotético-deductivo en las ciencias sociales, que en inicio se había sistematizado para las ciencias naturales; y que se había trasladado como el modelo para la psicología.

En este mismo sentido, lo que conocemos como “realidad” no existe de manera separada al conocimiento o de las descripciones que producimos sobre esta.

3. El conocimiento y acción como dos fenómenos que van juntos

El construccionismo social se propone explicar cómo se construyen el conocimiento y la realidad social a partir de la actividad (la capacidad discursiva) de los sujetos. Resalta la calidad reflexiva de quien investiga. Es decir, subraya el poder constructivo del lenguaje en el marco de las relaciones sociales.

A partir de ahí, el socioconstruccionismo se propone desarrollar perspectivas alternativas al enfoque individual del conocimiento (es decir, a la idea de que todo lo que se conoce, se conoce de manera individual), permitiendo analizar la importancia del saber compartido en la producción de una realidad particular.

El construccionismo social es una perspectiva que continuamente cuestiona las verdades que hemos dado por sentadas, poniendo en duda el cómo hemos aprendido a mirarnos a nosotros mismos y al mundo.

4. Una postura crítica, es decir, atenta los efectos del lenguaje en términos de poder

La consideración de que no hay neutralidad en la producción de conocimiento, lo que hace que se reconozca el papel activo de las personas como constructoras de su propia realidad, incluyendo el propio investigador, y el psicólogo es un facilitador del cambio social.

Pensar al ser humano fuera de las cualidades que se suponen universalmente compartidas gracias al “paradigma del hombre promedio”, sino considerar el contexto social en que las explicaciones emergen y los lugares que se asignan a cada quien.

Autores clave y antecedentes

Aunque el construccionismo social es una perspectiva heterogénea donde podrían caber y no caber distintos autores, Kenneth Gergen es considerado uno de los máximos exponentes, especialmente a partir de su artículo Social psychology as history (La psicología social como historia) publicado en 1973.

En el marco de esta reformulación de las ciencias sociales, Berger y Luckmann ya habían publicado el libro La construcción social de la realidad en 1968, obra que influyó de manera importante el trabajo de Gergen por lo que se considera también clave para el desarrollo del socioconstruccionismo.

Estos últimos autores proponen que la realidad es “una cualidad propia de los fenómenos que reconocemos como independientes de nuestra propia volición” y el conocimiento “la certidumbre de que los fenómenos son reales y poseen características específicas”. Es decir, cuestionan la creencia de que la realidad es una cosa que existe independientemente de nuestras acciones, siendo la sociedad un ente externo que nos moldea, y que podemos conocerla de manera absoluta.

Entre los antecedentes teóricos de construccionismo social se encuentran el posestructuralismo, el análisis del discurso, la Escuela de Frankfurt, la sociología del conocimiento y la psicología social crítica. A grandes rasgos estas son teorías que reflexionan sobre la interdependencia entre conocimiento y realidad social.

Así mismo el construccionismo social se ha relacionado con autores como autores como Latour y Woolgar, Feyerabend, Kuhn, Laudan, Moscovici, Hermans.

Algunas críticas al socioconstruccionismo

Entre otras cosas el socioconstruccionismo ha sido criticada por la tendencia a la radicalización discursiva de una buena parte de sus teorías.

A grandes rasgos estas críticas dicen que el construccionismo social puede resultar inmovilizador, porque si todo lo que existe está construido por el lenguaje, cuál es el lugar de lo material y cuáles son sus posibilidades acción en las significación del mundo. En el mismo sentido se le ha criticado un excesivo relativismo que en ocasiones puede dificultar asumir o defender posiciones reivindicativas.

Finalmente, después de varias décadas de haber surgido esta perspectiva teórica, el construccionismo ha tenido que adaptarse a las nuevas formas de organización social. Por ejemplo, algunas propuestas que se han inspirado en el construccionismo pero han añadido elementos importantes para los debates actuales están la Teoría del Actor Red, la Performatividad, o algunas posturas materialistas y feministas.

Referencias bibliográficas:

  • Gosende, E. (2001). Entre construccionismo social y realismo ¿atrapado sin salida? Subjetividad y Procesos cognitivos, 1(1): 104-107.
  • Iñiguez, L. (2005) Nuevos debates, nuevas ideas y nuevas prácticas en la psicología social de la era ‘post-construccionista’. Athenea Digital, 8: 1-7.
  • Sandoval, J. (2004). Representación, discursividad y acción situada: Introducción crítica a la psicología social del conocimiento. Chile: Universidad de Valparaíso.

Psicóloga | Redactora especializada en Psicología Social

Licenciada en Psicología por la Universidad de las Américas Puebla (México). Máster en Investigación e Intervención Psicosocial por la Universitat Autònoma de Barcelona, con experiencia profesional en inclusión social y educativa así como docencia en psicopedagogía. Cuenta con estudios en política pública y derechos humanos y actualmente es doctoranda en Psicología Social en la Universitat Autònoma de Barcelona, donde trabaja temas relacionados con metodologías cualitativas, salud pública, salud mental, diversidad funcional y perspectiva de género.

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