Insomnio familiar fatal: causas, síntomas y tratamiento

Repasamos las características de esta grave enfermedad neurodegenerativa.

No todas las formas de insomnio son de causa psicológica. El Insomnio Familiar Fatal está lejos de parecerse al típico trastorno del sueño. Se trata de una enfermedad neurodegenerativa por priones, que como bien dice el nombre se transmite genéticamente y termina con la muerte del paciente en un período relativamente corto de tiempo que suele durar menos de dos años.

Por fortuna no es una enfermedad frecuente, pero en cuanto aparece es sinónimo de letalidad. Es de las pocas enfermedades que se conoce que terminan con la vida a través de la deprivación del sueño, y por esto resulta tan fascinante para los neurólogos.

¿Qué es el insomnio familiar fatal?

El insomnio familiar fatal una enfermedad hereditaria autosómica dominante por priones. Una mutación en el gen PRNP del cromosoma 20 da lugar a una sobreproducción de proteínas priónicas, que se acumulan y tienen la capacidad de convertir en priónicas a otras proteínas, terminando con la neurodegeneración del área donde se sitúen.

Localización de las lesiones

La principal manifestación neuropatológica que encontramos en el insomnio familiar fatal es la degeneración del tálamo, que se encarga del sueño, con afectación selectiva en la región ventral anterior y dorsal medial del núcleo talámico. Además, se halla afectación en el núcleo olivar y cambios en el cerebelo, así como cambios espongiformes en la corteza cerebral. Las zonas del cortex más afectadas son principalmente la frontal, parietal y temporal.

No existe una relación clara entre la disfunción neuronal y la distribución de los priones. Es más, ni siquiera la cantidad de priones es indicadora del grado de severidad de la enfermedad o de muerte neuronal. Todos los pacientes muestran niveles parecidos de priones en tálamo y estructuras subcorticales. Sólo en aquellos en los que la enfermedad ha avanzado lo suficiente encontramos priones en la corteza hasta llegar a haber una mayor concentración que en las áreas más interiores del cerebro.

Ante estos datos surgen dos hipótesis: bien los priones no son tóxicos y solamente aparecen a la misma vez que la enfermedad y lo que provoca muerte neuronal es la mutación del gen PRNP, bien los priones sí son tóxicos pero los diferentes tejidos del cerebro tienen diferentes grados de resistencia a esta toxicidad. Sea como sea, sabemos que las neuronas de estos pacientes no simplemente mueren, sino que hacen apoptosis, es decir que programan su propia muerte guiadas por una señal.

¿Cómo se manifiesta? Síntomas frecuentes

Es una enfermedad que suele manifestarse hacia los 50 años aproximadamente. Su inicio es abrupto y continúa progresando hasta causar la muerte del paciente. Quien lo sufre comienza a perder la habilidad para conciliar el sueño. No de la misma forma que los insomnes, que por factores psicofisiológicos pueden dormir poco o mal. Se trata de una absoluta incapacidad para conciliar el sueño o para hacerlo de forma extremadamente superficial.

La enfermedad progresa hacia las alucinaciones, alteraciones del sistema nervioso autónomo como taquicardias, hipertensión, hiperhidrosis e hipertermia, un aumento en los niveles de catecolaminas en el cerebro, cambios cognitivos como problemas atencionales y de memoria a corto plazo, ataxia y manifestaciones endocrinas.

¿El insomnio causa la muerte?

La causa exacta de la muerte en el insomnio familiar fatal es desconocida. Si bien cualquier proceso neurodegenerativo termina en la muerte, es posible que en esta enfermedad la muerte llegue antes por la desregulación de otras funciones debido al insomnio.

Sabemos que el sueño es una parte fundamental de la salud ya que es restaurador a nivel físico y psíquico, permitiendo la depuración de toxinas en el cerebro. En los animales, por ejemplo, la privación de sueño durante un período largo causa la muerte. Así, es posible que el insomnio de esta enfermedad, si no es la causa directa de la muerte, probablemente sí influya en el empeoramiento rápido de las estructuras cerebrales. Por esto, una intervención dirigida directamente a aliviar el insomnio puede alargar mucho la esperanza de vida de alguien con insomnio familiar fatal.

El sueño en el insomnio familiar fatal

En algunos casos no ocurre un insomnio propiamente dicho. En lugar, el sueño puede deteriorarse en su arquitectura cuando lo medimos a través de un polisomnograma, sin necesidad de que el paciente sea incapaz de conciliar el sueño. El electroencefalograma de este paciente muestra predominantemente una actividad de ondas delta, que son las presentes durante la vigilia, con breves instancias de microsueños en las que se disparan las ondas lentas y los complejos K, característicos de la fase 2 del sueño.

Los ritmos observados no son propios ni de alguien despierto ni de alguien dormido, sino que parece alguien que está en un limbo a medio camino entre un lado y el otro. A medida que progresa la enfermedad los microsueños son cada vez menos frecuentes, y las ondas lentas y complejos K que marcan estos períodos de descanso desaparecen progresivamente.

Cada vez hay menor actividad metabólica en el tálamo, se empiezan a sufrir crisis epilépticas, se agravan las alteraciones del sistema autónomo y aumenta el cortisol. Finalmente se deja de producir la hormona del crecimiento, fabricada durante la noche, que permite al cuerpo inhibir la utilización de glucosa, provocando la rápida pérdida de peso y el envejecimiento prematuro característico de la enfermedad.

Tratamiento

Por ahora sólo disponemos de tratamientos sintomatológicos, es decir, que ataquen la sintomatología, pero no detengan la causa del deterioro neuronal. De hecho, en muchas ocasiones el tratamiento no es siquiera sintomático, sino paliativo. Peor aún, los pacientes con insomnio familiar fatal responden mal a hipnóticos y sedantes convencionales. Para poder permitir dormir a estas personas hace falta un medicamento que estimule el sueño de ondas lentas.

Al parecer algunos fármacos aún en investigación parecen ser capaces de hacer esto, aunque no se han probado en personas con daño talámico, solamente en pacientes insomnes normales. Hasta la fecha todos los intentos por encontrar un medicamento o cóctel farmacológico eficaz se han dado en un contexto de ensayo y error. Son necesarios más ensayos clínicos con compuestos dirigidos de forma específica a inducir el sueño teniendo en cuenta las barreras que supone el deterioro talámico.

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