​La teoría utilitarista de Jeremy Bentham

Este filósofo, padre del utilitarismo, defendió una concepción de la vida basada en la felicidad.

¿Cómo llegar a obtener la felicidad? Esta es una cuestión que a lo largo de la historia ha sido abordada por muchos filósofos. Sin embargo, pocos han hecho de esta pregunta el aspecto central de sus teorías.

Jeremy Bentham, en cambio, no solo sí priorizó esta temática a la hora de escribir sus obras; de hecho, intentó incluso crear una fórmula cercana a la matemática para intentar predecir qué es y qué no es algo que aportará felicidad.

A continuación daremos un breve repaso a la teoría utilitarista de Jeremy Bentham, uno de los pensadores más influyentes del Reino Unido y el padre de una corriente filosófica conocida como utilitarismo.

¿Quién fue Jeremy Bentham?

Jeremy Bentham nació en Londres en el año 1748, en el seno de una familia de clase acomodada. Como muchos de los que llegarían a ser grandes pensadores, Bentham mostró señales de poseer una gran inteligencia desde muy joven, y con tan solo tres años empezó a estudiar latín. Con doce años entró a la universidad para estudiar Derecho si bien más adelante aborrecería este ámbito.

A lo largo de su vida, Jeremy Bentham cosechó muchas amistades y enemistades, y llegó a situarse públicamente a favor de la revolución francesa. Sus obras y pensamientos sirvieron para inspirar a muchos otros filósofos, entre ellos John Stuart Mill, el cual adaptaría el utilitarismo de Bentham siguiendo criterios basados en general deben concentrarse n lo pragmático.

La teoría utilitarista de Jeremy Bentham: sus fundamentos

A continuación puedes encontrar una versión resumida de la teoría de Jeremy Bentham por lo que respecta a su utilitarismo y concepto de felicidad.

1. El objetivo de la ética debe ser el bien común

Para Bentham, la filosofía y la humanidad deben concentrarse en ofrecer soluciones a la pregunta de cómo obtener la felicidad, ya que todo en la vida puede ser reducido a esa finalidad: ni la reproducción, ni la defensa de la religión ni cualquier otro objetivo similar pueden pasar a primer plano.

2. El máximo bien para la máxima cantidad de personas

Del punto anterior se deriva este. Dado que el ser humano vive en sociedad, la conquista de la felicidad debe guiar todo lo demás. Pero esta conquista no puede ser de uno solo, sino que debe ser compartida, al igual que compartimos con los demás todo lo que por defecto no es propiedad privada.

3. El placer e puede medir

Jeremy Bentham quiso desarrollar un método para medir el placer, materia prima de la felicidad. De este modo, como la felicidad es una aspecto compartido, y no privado, la sociedad se beneficiaría de compartir una fórmula para detectar dónde está lo que uno necesita y qué hacer para conseguirlo en cada caso. El resultado es el llamado cálculo felicífico, el cual, por supuesto, está totalmente desfasado, ya que para utilizarlo antes tendríamos que usar sus categorías para encajar en ellas experiencias de la vida que normalmente son ambiguas.

4. El problema de las imposiciones

Está muy bien pedir que todo el mundo sea feliz, pero a la práctica es muy posible que existan choques de intereses. ¿Cómo resolver estas disputas? Para Bentham, era importante fijarse en si aquello que hacemos atenta contra la libertad de otros y, si es así, evitar caer en ello.

Este es un principio que con el tiempo fue adoptado por John Stuart Mill, muy influenciado por Bentham, y que resume una manera liberal de ver las cosas (e incluso una ideología individualista.

Así pues, en principio casi todo está permitido, menos lo que atente contra la integridad de otros. Este es el aspecto central de las ideas de esta corriente filosófica, muy en boga incluso últimamente.

Crítica a esta filosofía

El utilitarismo, tanto de Jeremy Bentham como de los autores que adoptaron esta perspectiva después de él, ha sido criticado por ser un tipo de pensamiento ad hoc, es decir, que parte de las categorías conceptuales que ya existen y trata de justificar ciertos métodos sobre otros dando por supuesto que la pregunta a la cual responden es adecuada y está bien. 

Por ejemplo: ¿Es adecuado explotar la propia imagen para conseguir dinero? Si previamente hemos identificado el hecho de ganar dinero como una de las principales fuentes de felicidad, la respuesta a la pregunta anterior depende de si esa estrategia es eficaz a la hora de conseguir eso; el utilitarismo no nos hace cuestionarnos el punto de partida. 

Psicólogo

Licenciado en Sociología por la Universitat Autónoma de Barcelona. Graduado en Psicología por la Universitat de Barcelona. Posgrado en comunicación política y Máster en Psicología social.

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