​Romanticismo irracional: ¿una idea pasada de moda?

En ocasiones, el "amor" exagerado puede ser una causa de infelicidad.

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¿Hasta qué punto es cierto que las relaciones de pareja sanas deben basarse solo en el puro sentimiento?

Varios estudios apoyan la idea que el mal funcionamiento en una pareja está relacionado con los procesos cognitivos que originan nuestro diálogo interno. Los procesos cognitivos son los que median entre los acontecimientos que ocurren en una relación de pareja y las consecuencias (emocionales, cognitivas y conductuales) de dichas situaciones.

De esto se puede inferir que las cosas que hace nuestra pareja no nos disgustan por ellas mismas, sino por nuestra manera de pensar sobre ellas. Es posible que a lo largo de una relación sentimental uno se haya dicho a sí mismo:

"¡Sólo piensa en sí mismo!". No debería ser así.

En realidad, este es un ejemplo de un modo de pensar producido por esquemas cognitivos poco apropiados sobre la pareja que repercutirán negativamente sobre la calidad de relación.

Los procesos cognitivos y la calidad de relación amorosa

Algunos ejemplos de los modos de pensar poco apropiados se producen por los siguientes procesos:

  • Atención selectiva: se trata de un proceso que hace referencia a qué aspectos se presta más atención dentro de la relación. En las parejas conflictivas, se tiende a focalizar la atención en conductas negativas del otro.
  • Atribuciones: se caracteriza por la forma en que se responsabiliza a la pareja de los acontecimientos.
  • Expectativas: hacen referencia a las creencias sobre los comportamientos que se espera en una relación de pareja. Cuando la diferencia entre expectativa y realidad es alta, mayor insatisfacción en la pareja.
  • Asunciones: son las creencias sobre la naturaleza de las relaciones íntimas y los comportamientos de la pareja que repercuten en la relación al atribuir una serie de rasgos a la misma que determinan el modo en el que se interactúa.
  • Estándares: son procesos aprendidos a lo largo de la vida sobre las características que las parejas “deberían” de tener. Ello implica insatisfacción y decepción ante las discrepancias entre el ideal y la pareja ideal.

Dos niveles

Los dos modos cognitivos de pensar sobre la pareja que hemos visto antes se dividen, a su vez, en dos niveles de análisis: pensamientos automáticos y esquemas cognitivos.

Ideas irracionales automáticas

La existencia de los pensamientos automáticos es inevitable, pero algunos pueden surgir para dañar las interacciones con la pareja. Éstas últimas son las que se procura modificar primeramente en terapia, siendo que ciertas ideas típicas nacidas de juicios irracionales suponen un riesgo para la felicidad en pareja.

Algunos ejemplos de pensamientos automáticos son:

  • Decepcionar al otro sería horrible y perdería validez personal.
  • Mis intereses y necesidades deben girar alrededor de mi pareja, y/o las suyas alrededor de mi persona.
  • Si algo me desagrada es preferible callar a romper nuestra armonía.
  • Debemos estar de acuerdo sobre todo en aquellos temas que son importantes o significativos para mí.
  • Los desacuerdos son destructivos: no se puede vivir feliz con puntos de vista diferentes sobre algunos temas.
  • El otro me va a proporcionar la felicidad o satisfacción que necesito.
  • Tenemos que compartirlo todo.
  • Con el otro seré tan feliz que podré abandonar otros intereses u otras relaciones.
  • Tengo que estar totalmente volcado/a en lograr la felicidad del otro.
  • No deberíamos discutir nunca.
  • Como mi pareja me quiere, tiene que conocer mis pensamientos, y deseos sin que yo se los tenga que comunicar.
  • Mi pareja no puede cambiar, es como es.
  • Los hombres y mujeres son diferentes en cuanto a las necesidades que esperan que su pareja puede cubrir.
  • Si no me presta atención es porque ya no le intereso nada.
  • Si no siento celos en mi relación de pareja, es que no amo de verdad a esa persona.
  • El amor todo lo puede, si nos queremos de verdad nada puede salir mal.
  • Si estás enamorado, no puede gustarte ni sentirse atraído por otras personas.

Los esquemas cognitivos

En un segundo nivel se encuentran las creencias o pilares filosóficos que se les denomina esquemas cognitivos de los que derivan los pensamientos anteriores. Algunos ejemplos:

  • Fuerte necesidad de amor: esta idea hace hincapié a la necesidad de sentirse amado para valorarse a uno mismo.
  • Demandas y exigencias: hace referencia a la idea absolutista de apoyo incondicional y de la idea de que no puede existir errores o incompatibilidades en una pareja que se ama.
  • Filosofía del castigo y/o culpabilidad: conlleva a pensar que la otra persona debe sentirse culpable si hace algo mal y, por lo tanto, castigarle por ello.
  • Catastrofizaciones: se trata de la creencia de que es terrible que las cosas no salgan como uno quiere.
  • Baja tolerancia a la frustración: se refiere a la idea de no poder soportar los problemas, y por tanto, miedo a ser herido. Bajo la óptica de este esquema, uno exige una relación sin problemas pero resultados inmediatos.
  • Las emociones son incontrolables: hace referencia a la idea de que la felicidad o la infelicidad se consigue a través de la otra pareja.

Recapitulando

Por otro lado, la manera en que una pareja vive su relación vendrá determinada tanto por las peculiaridades de cada cónyuge (estilo afectivo, historia de aprendizaje, experiencias en relaciones románticas previas, etc.) así como en el contexto sociocultural (roles de género, expectativas culturales, etc.).

Todas estas características serán influencias en la interacción y calidad que se crea en la pareja. En definitiva, modificar estos aspectos cognitivos a partir de una racionalidad usada para llegar al bienestar en la pareja no sólo es posible, sino muy útil.

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Psicólogo | Fundador de Psicología y Mente

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Bertrand Regader (Barcelona, 1989) es Graduado en Psicología por la Universitat de Barcelona, con especialidad en Psicología Educativa. También cuenta con estudios de posgrado en Economía por la Facultad de Economía y Empresa de la Universitat de Barcelona.

Ha ejercido como psicólogo escolar y deportivo en distintas instituciones y como consultor de marketing digital para distintas empresas y start-ups, pero su verdadera vocación es la dirección de medios digitales y el desarrollo de proyectos empresariales vinculados a las nuevas tecnologías.

Ha sido Director Digital de las revistas Mente Sana y Tu Bebé en la editorial RBA, y como Coordinador Digital y SEO Manager en la versión digital de la revista Saber Vivir.

Es Fundador de Psicología y Mente, la mayor comunidad en el ámbito de la psicología y las neurociencias con más de 20 millones de lectores mensuales.

Es Director de I+D+I en Customer Experience en la cadena hotelera Iberostar, liderando un equipo de profesionales de la salud y del ocio con el objetivo de potenciar la experiencia de los clientes en más de 100 hoteles en Europa, Oriente Medio y América.

Autor de dos obras de divulgación científica:

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