La Psicología te da 9 consejos para escribir mejor

El psicólogo cognitivo Steven Pinker nos explica las claves para una escritura excelente.

La lectura es uno de los grandes placeres de la vida, qué duda cabe. Hace pocos días nos hacíamos eco de nuestro particular ránking con 50 libros imprescindibles que hay que leer una vez en la vida, y hoy volvemos a por más, aunque desde otro punto de vista.

En esta ocasión haremos un repaso a los consejos para escribir más útiles a la hora de estructurar y desarrollar un texto, tanto en el mundo del arte como fuera de él.

La escritura y la psicología, mucho en común

Estamos constantemente comunicándonos con palabras escritas; forman parte de nuestra vida y de nuestro acervo cultural. Todos hemos sentido en algún momento la necesidad de escribir nuestros pensamientos o nuestras historias, y es que la escritura puede llegar a ser terapéutica.

Tal vez no seamos unos genios de la literatura como Gabriel García Márquez o William Shakespeare, pero el reclamo del papel y el bolígrafo (o del teclado para los nativos digitales) suele presentársenos a menudo. Sin embargo, plasmar en el papel las ideas y reflexiones que pasan por nuestra mente puede ser una empresa complicada, y sino, que se lo pregunten a los escritores y su temido “síndrome de la página en blanco”.

Steven Pinker nos acerca las claves psicológicas para escribir mejor

Uno de los psicólogos de mayor renombre en la actualidad, Steven Pinker, lingüista y psicólogo cognitivo en la Universidad de Harvard, tiene algunas respuestas para ayudarnos a progresar en lo que refiere al arte de la escritura.

En su libro The Sense of Style: The Thinking Person’s Guide to Writing in the 21st Century (Sentido de estilo: La guía del pensador para escribir en el siglo XXI), publicado en 2014, Pinker nos aconseja y nos ofrece una completa guía para aquellos que queramos mejorar como escritores.

Además, sus sugerencias y enseñanzas están basadas en multitud de investigaciones científicas en el campo de la neurociencia y la psicología cognitiva: Pinker repasa los hallazgos en el sistema de funcionamiento de nuestro cerebro y nos enseña a mejorar nuestra capacidad para escribir. El autor propone una serie de técnicas y estrategias que tienen el objetivo de comprender cómo funciona nuestra mente para que sepamos sacarle el máximo partido, en este caso para ser más creativos y eficientes a la hora de escribir.

Consejos psicológicos para escritores

A continuación, hemos resumido los seis puntos en que se basan las enseñanzas de Steven Pinker. Si quieres ser escritor y mejorar tus historias, esto te puede ayudar.

1. Ponte en la piel (y en la mente) del lector

Los lectores no saben lo que tú sabes. Este parece un punto muy obvio, pero no lo es tanto. Si hay personas que no comprenden bien lo que estás intentando transmitirles a través de tus textos, el problema no es suyo, sino tuyo. Lo siento.

El motivo psicológico de este fallo a la hora de escribir es que nuestro cerebro tiende a dar por sentados muchos conocimientos, datos y argumentos porque tú ya los sabes, pero ¿tus lectores los conocen tan bien como tú? Probablemente no, y este es un problema frecuente y que hay que saber afrontar, con autocrítica y con reflexión.

Steven Pinker denomina a este error la “maldición del conocimiento”, y es la incapacidad que tienen muchos escritores para entender que los demás no saben lo que ellos saben. Esto conduce a textos poco claros, donde se dan cosas por sentadas que descolocan al lector. En su libro, Pinker afirma que el mejor método para evitar caer en este error (que por cierto es uno de los más comunes según los editores) es hacer llegar un borrador del texto a una persona sin conocimientos específicos, y preguntarle si entiende todo, o no.

Consejos de escritura

2. Usa un estilo directo, con imágenes y conversaciones

La psicología cognitiva no se cansa de repetir que más de un 30% de nuestro cerebro tiene funciones asociadas con la visión. Pinker también destaca que hay mucha evidencia científica que muestra que los lectores comprenden y son capaces de recordar más elementos del texto que tengan que ver con un lenguaje que evoque imágenes.

Además, es conveniente usar un estilo conversacional y concebir al lector como una persona conocida: esto hará que se sienta parte de la historia y del mundo interior del escritor. No obstante, asevera Pinker, una escritura con un estilo enfocado a impresionar al lector logra el efecto contrario, y el lector puede sentirse abrumado y notar mucha distancia respecto a lo que le quiere transmitir el autor.

De hecho, una investigación descubrió que muchos estudiantes universitarios usaban un vocabulario de gran complejidad de forma deliberada para parecer más inteligentes. De hecho, los textos más sencillos a nivel de léxico coincidieron con unos autores de una inteligencia superior.

El truco para encontrar una buena sintonía entre lector y autor, según comenta Pinker, es que como escritor imagines que te encuentras en una conversación con alguien que tiene un nivel cultural parecido al tuyo, pero que tiene algunos conocimientos menos que tú en el campo sobre el que estáis hablando. De este modo podrás ir orientando al lector y logrando que descubra algunas cosas que tú ya sabes pero que él todavía no.

3. Pon en contexto al lector

Es necesario que le expliques al lector cuál es el objetivo del texto, por qué le estás contando algo, qué va a aprender con ello. Una investigación reportó que los lectores que conocen el contexto desde el principio de la lectura son más capaces de comprender a fondo el texto.

El propio Pinker enfatiza este punto, y señala que los lectores deben conocer los antecedentes para ser capaces de leer entre líneas y conectar todos los conceptos y argumentos de un modo más intuitivo. Esto quiere decir que el lector se ubica en el texto a partir de su conocimiento previo, y eso le ayuda a entender mejor lo que está leyendo. De hecho, si no encontrase ningún referente para contextualizar, el lector será incapaz de comprender adecuadamente las líneas que tiene delante, será una lectura superficial.

El consejo queda claro: como autores deberemos ubicar al lector, mostrarle cuál es el tema del texto y qué queremos explicarle. Aunque algunos escritores rechazan hacer esto por no quitarle suspense y misterio al texto, lo cierto es que parece mucho más razonable conquistar al lector desde el primer momento y lograr que mantenga su atención e interés a lo largo de la lectura que no confiar en que, sin poder contextualizar, logrará terminar siquiera el primer párrafo.

4. Creatividad (pero sentido común) a la hora de seguir las normas

Con esto no queremos decir que no haya que respetar las normas de ortografía y gramática, pero cuando estamos escribiendo también debemos dejar cierto margen para la creatividad y la improvisación. El diccionario no es un libro sagrado, aduce Pinker. Es más: los editores de diccionarios son los encargados de plasmar en cada nueva edición las tendencias y usos de ciertos términos, y eso solo se logra estando conectado con la sociedad, que es el motor que va dotando de sentido al lenguaje.

Eso sí: es preciso conocer bien las reglas para poderlas romper de vez en cuando con una buena dosis de creatividad. La creatividad, claro está, debe ser un signo de calidad, no una oportunidad para demostrar que nos hemos querido “pasar de listos”. Si no conoces a fondo las reglas de escritura de un idioma, es mejor que no intentes reinventar la rueda y te ciñas a unos cánones ortodoxos en tus textos. Ya habrá tiempo para innovar, más adelante.

5. Nunca dejes de leer

Esta y otras guías de escritura son herramientas interesantes y valiosas, pero si quieres mejorar como escritor es necesario que leas mucho, día a día.

La visión de Pinker es muy clara: para ser un escritor de gran calidad, uno debe sumergirse en libros y textos variados, intentando conocer nuevos idiomas, recursos literarios, nuevos términos y frases hechas con las que crecer como pensador y, por tanto, como escritor.

Es simple: seguir aprendiendo e investigando, es una de las claves para ampliar tus horizontes mentales y, en consecuencia, tus habilidades de escritura.

6. Revisa los textos a fondo y con paciencia

Para ser un escritor excelente no es recomendable que trates de escribir textos magníficos a la primera, a contrarreloj. De hecho, esa es una habilidad que pocos, muy pocos, dominan. En realidad, es mucho mejor que dediques mucho esmero y tiempo a revisar y reconstruir tus textos.

Steven Pinker opina que la revisión es una de las claves de los buenos escritores. “Muy pocos autores son lo suficientemente autoexigentes como para plasmar las palabras exactas que mejor expliquen lo que quieren transmitir. Menos es más. Esto se consigue con la habilidad de saber revisar y refinar cada párrafo, cada frase. Cuando escribimos, necesitamos repasar y reformular para lograr que el mensaje sea claro y llegue adecuadamente al lector”, argumenta Pinker.

Más consejos de escritura

Más allá de las recomendaciones y pautas de escritura que han sido propuestas por este psicólogo, ten en cuenta las siguientes.

1. Ten claro si es un texto artístico o puramente expositivo

La literatura de carácter artístico se basa en el principio de "muestra, o describas", es decir, que intenta generar sensaciones y climas que transmitan de manera sutil los conceptos y sentimientos deseados en el lector.

En cambio, la literatura cuyo objetivo se encuentra fuera del mundo del arte, debe apostarlo todo a la concreción, para asegurarse de que transmite una serie de ideas específicas de manera directa, sin dejar espacio a la ambigüedad.

Por eso, tener claro si el texto se corresponde a uno u otro tipo de literatura es clave para plantear desde el principio el modo de estructurar el texto y elegir palabras. Eso sí, hay algunas formas de escritura que pueden tender puentes entre los dos tipos de literatura; por ejemplo, en la divulgación científica se toman elementos artísticos combinándolos con la necesidad de describir hipótesis, leyes científicas, experimentos, etc.

2. No mezcles temas de manera caótica

Recuerda que la mente humana comprende y memoriza mejor la información si esta es presentada por bloques temáticos. Es por ello que si, por ejemplo, en un párrafo estás hablando de un tema y en el siguiente pasas a otro, no es conveniente que en el tercero vuelvas bruscamente al primer tema abordado dejando de lado el anterior; intenta distribuir la explicación de conceptos por "bloques".

Del mismo modo, si explicas una historia, evita dar saltos temporales (flashbacks o flash-forwards) constantemente; cada vez que lo hagas, se lo pondrás más difícil al lector.

3. Si escribes una narración, no intentes hacer que el protagonista guste mucho

Lo que hace que un protagonista sea interesante no es al conjunto de cualidades positivas que posee; de hecho, si te excedes a la hora de convertirlo en alguien que encaja con el modelo de "ciudadano/a ideal", puede resultar demasiado poco realista, dificultando que los lectores conecten con esa persona.

Por eso, en vez de idealizar al protagonista, haz que los lectores se puedan identificar con el personaje, lo cual pasa por exponer sus defectos e imperfecciones. De esta manera, además de situar en el centro de la historia a alguien con una personalidad más profunda y llena de matices, podrás crear novelas y cuentos con una amplia libertad creativa, hasta el punto de que incluso podrás usar como protagonista a alguien que en otra narración incluso podría haber cumplido el papel de antagonista o "villano".

Una última reflexión

La capacidad para comunicar a través de textos y libros es algo que se puede aprender. Solo es necesario practicar y poner en marcha nuestro talento.

Estas estrategias y técnicas para mejorar la escritura que nos ha brindado Steven Pinker pueden ayudarnos a empatizar con nuestros lectores y conseguir que nuestro mensaje llegue de la mejor manera posible. ¡A escribir!

  • Alisedo, G.; Melgar, S.; Chiocci, C. (1997). Didáctica de las ciencias del lenguaje. Buenos Aires: Paidós.
  • Benson, Jackson (1989). Ernest Hemingway: The Life as Fiction and the Fiction as Life. American Literature 61 (3): 345 - 358.
  • Rivas, M. & López, M. (2012). Psicología social y de las organizaciones. Manual CEDE de Preparación PIR, 11. CEDE. Madrid.
  • Rojas, D. (1994). Técnicas de comunicación ejecutiva. McGraw-Hill Interamericana.
  • Weaver, C. (1994). Reading process and practice: from socio-psycholinguistics to whole language. Portsmouth (New Hampshire): Heinemann.

Psicólogo social

Graduado en Psicología por la Universitat de Barcelona. Máster en terapia cognitivo-conductual. Posgrado en Nutrición y Alimentación Sanitaria y Social por la UOC. Posgrado en Intervención psicosocial. Máster en Actividad Física y Salud por la UB.

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