Ziprasidona: usos y efectos secundarios de este fármaco

Este psicofármaco forma parte del grupo de medicamentos conocidos como neurolépticos atípicos.

Medicamento en cápsulas para ingerir.
Es uno de los antipsicóticos con menor riesgo de generar efectos secundarios, aunque sigue siendo necesaria la supervisión médica.MaxPixel.

Los antipsicóticos o neurolépticos son los psicofármacos que se utilizan para el tratamiento de los problemas de tipo psicótico como la esquizofrenia, si bien en ocasiones también tienen otras indicaciones terapéuticas.

Existen una gran cantidad de ellos, con diferentes propiedades y principios activos a pesar de tener mecanismos de acción semejantes. Uno de ellos es la ziprasidona, que vamos a ver a lo largo de este artículo.

¿Qué es la ziprasidona?

La ziprasidona es un fármaco antipsicótico o neuroléptico, clasificado dentro de los neurolépticos atípicos o de segunda generación. Esta última aclaración es necesaria ya que nos permite conocer que va a actuar no sobre la dopamina sino también sobre la serotonina, de tal manera que los niveles de la primera se alteren sólo en la medida necesaria en diferentes áreas cerebrales.

Y es que en el principal problema para el que se utiliza, la esquizofrenia, existen niveles excesivos de dopamina en la vía mesolímbica que terminan por causas síntomas tales como alucinaciones, excitabilidad y comportamiento desorganizado y errático. Por ello es necesario reducir estos niveles, cosa que generan todos los antipsicóticos.

Sin embargo, los primeros o típicos generaban muchos efectos secundarios o incluso perjudicaban otro tipo de síntomas presentes en algunos casos de esquizofrenia, tales como la alogia o pobreza de pensamiento, el retraimiento o las dificultades cognitivas. Ello se debía a que la actuación de los antipsicóticos clásicos no era específica de la vía mesolímbica sino que se produce en todo el cerebro.

Así pues, áreas que no tenían alteraciones en este sentido o que tenían niveles deficitarios de dopamina como la vía mesocortical (siendo esta la causa de los síntomas negativos como la alogia) se ven afectadas. Por este motivo se siguió investigando y se crearon los antopsicóticos atípicos, entre ellos la ziprasidona.

Mecanismo de acción

Como antipsicótico atípico, el mecanismo de acción de la ziprasidona se basa en el bloqueo de los receptores D2 de dopamina y de gran parte de los receptores de serotonina (5HT2A, 5HT1A y 5HT2C), actuando como antagonista de éstos. Su efecto sobre los receptores serotoninérgicos es mayor que el de otros fármacos como la risperidona. También tiene un efecto antagonista, aunque mucho menor, sobre la histamina y la adrenalina. además dificulta la recaptación de serotonina y noradrenalina a nivel cerebral. Ello quiere decir que la ziprasidona actúa de manera que se dificulta que estas hormonas sean empleadas por nuestras neuronas.

En la vía mesolímbica genera que el exceso de dopamina que genera síntomas positivos (en el sentido de que añaden elementos al comportamiento del sujeto), como las alucinaciones y delirios, se reduzca.

Aunque este fármaco genera el mismo efecto en todo el encéfalo que en la vía mesolímbica, el hecho de que también actúe como antagonista de la serotonina (que es inhibidora en la secreción de dopamina), provoca que los niveles de dopamina en otras áreas se mantengan o incluso se incrementen en algunos puntos como la corteza. Esto genera que existan menos efectos secundarios y que pueda existir una mejoría de la sintomatología negativa (siendo la pobreza del pensamiento uno de los más característicos), la cual se encuentra vinculada a niveles bajos de dopamina a nivel mesocortical.

¿Para qué se utiliza este psicofármaco?

Existen diferentes trastornos en los que el uso de la ziprasidona puede generar efectos beneficiosos. Entre estas diferentes aplicaciones e indicaciones podemos encontrar las siguientes.

Esquizofrenia y otros trastornos psicóticos

La indicación más conocida y frecuente para la ziprasidona es la correspondiente a la esquizofrenia y otros trastornos de tipo psicótico, siendo eficaz para reducir la sintomatología positiva y teniendo también un efecto sobre la negativa a la par que generando menos síntomas secundarios que los antipsicóticos típicos.

Trastorno bipolar

Otra de las indicaciones de la ziprasidona es la del tratamiento del trastorno bipolar, en concreto de las crisis maníacas en el trastorno bipolar tipo I. Este medicamento permite la reducción de los síntomas maníacos tales como la hiperactividad, distraibilidad, sensación de grandiosidad, agresividad o agitación.

Efectos secundarios y riesgos

Como todos los psicofármacos la ziprasidona, si bien es un medicamento eficaz, puede generar una serie de efectos secundarios desagradables y riesgos potenciales.

Al igual que con otros antipsicóticos, la ziprasidona puede generar síntomas como dolor abdominal, fiebre, edemas, hipersensibilidad a la luz, hipotermia, hipertensión, taquicardia, aumento del colesterol, aumento de peso, náuseas y vómitos, algunos síntomas motores extrapiramidales tales como discinesia tardía y temblores, neumonía. La sedación en otro síntoma secundario habitual, junto a la debilidad y el mareo.

También puede generar síntomas sexuales tales como disfunción eréctil, alteraciones en la menstruación, ginecomastia, galactorrea, delirios, problemas de la marcha, descoordinación, anemia, ictericia, arritmias y problemas cardíacos. En algunos casos puede ser necesario acudir a los servicios médicos de inmediato, como ante la presencia de convulsiones, caídas, priapismo, pérdida del conocimiento, rigidez muscular o arritmias.

Otro riesgo a tener en cuenta es compartido con todos los antipsicóticos: la posibilidad de padecer un síndrome neuroléptico maligno que puede terminar con la muerte del paciente. Aunque los riesgos de que aparezca este problema son bajos, es necesario controlarlos, siendo imprescindible el control de las dosis que se le recetan y suministran al paciente (proceso supervisado siempre por los médicos).

Contraindicaciones

La ziprasidona es un fármaco potente y muy efectivo que no puede ser empleado en todo momento o en tipo de personas por suponer un posible riesgo para la salud. Está contraindicada en personas que hayan padecido algún tipo de problema o trastorno cardíaco. También en aquellos ancianos que padezcan demencia, puesto que aumenta el riesgo de muerte.

Debe tenerse especial cuidado con la interacción con otros medicamentos, así como el consumo de alcohol. Tampoco se recomienda su uso en pacientes diabéticos, con problemas hepáticos o renales, personas con epilepsia o convulsiones, cáncer mamario o problemas medulares/sanguíneos. Por último, tampoco durante el embarazo o la lactancia. En caso de embarazo se tiene que consultar con el médico la posibilidad de cambiar el tipo de medicación.

Comparación con otros antipsicóticos

Como hemos visto, existen numerosos antipsicóticos, habiéndose realizado comparaciones entre ellos para comprobar su efectividad.

En algunos estudios y revisiones sistemáticas, se ha hallado que aunque altamente efectiva, la ziprasidona parece ser levemente menos efectiva que otros antipsicóticos atípicos como la olanzapina o la risperidona. Sin embargo, también se ha demostrado que tiene una menor probabilidad de generar efectos secundarios.

En concreto, los sujetos analizados tuvieron una menor tendencia a ganar peso con la medicación y menos tendencia a elevar el colesterol. Aunque en comparación con la olanzapina generaba más probabilidad de síntomas extrapiramidales y en relación a la quetiapina un aumento de la prolactina (y por tanto mayor número de síntomas sexuales), en ambos casos producía menor nivel de estos síntomas en comparación con la risperidona. Pese a ello en las investigaciones encontraron que el abandono de los estudios por parte de los participantes generaron que estos datos puedan estar sesgados.

  • Komossa, K.; Rummel-Kluge, C.; Hunger, H.; Schwarz, S.; Bhoopathi, P.S.; Kissling, W. & Leucht, S. (2009). Ziprasidone vs other atypical antipsychotics for schizophrenia. Cochrane Database of Systematic Reviews, 4. Art. No.: CD006627. DOI: 10.1002/14651858.CD006627.pub2.
  • Salazar, M.; Peralta, C.; Pastor, J. (2006). Manual de Psicofarmacología. Madrid, Editorial Médica Panamericana.

Psicólogo en Barcelona | Redactor especializado en Psicología Clínica

Barcelona

Graduado en Psicología con mención en Psicología Clínica por la Universidad de Barcelona. Máster en Psicopedagogía con especialización en Orientación en Educación Secundaria. Cursando el Máster en Psicología General Sanitaria por la UB.

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