Clozapina: funcionamiento, precauciones y efectos adversos

Este fármaco es eficaz en casos de esquizofrenia, pero tiene muchos efectos secundarios.

Pastillas.
Este medicamento está asociado a muchos riesgos.

Uno de los principales inconvenientes de la medicación antipsicótica tradicional es la cantidad de tiempo que tarda en actuar, así como sus posibles efectos adversos. No obstante, en los años 50 se sintetizó por primera vez la clozapina, un antipsicótico atípico muy conocido hoy día.

A lo largo de este artículo hablaremos de su eficacia, su manera de actuar en el organismo, así como de sus ventajas e inconvenientes, y de las precauciones de que deben tomar aquellas personas que consuman este fármaco.

¿Qué es la clozapina?

La clozapina es una benzodiazepina que se incluye dentro del grupo de los antipsicóticos atípicos. La denominación atípico se le atribuye por sus diferencias con el resto de antipsicóticos ordinarios.

Estas diferencias radican en la que los primeros provocan muchos menos síntomas extrapiramidales y además, muestran una gran efectividad a la hora de tratar tanto la sintomatología positiva como la negativa propias de la esquizofrenia.

Este medicamento alcanzó la fama de manera rápida debido a sus ventajas frente al resto de antipsicóticos, entre ellas su mayor eficacia. No obstante, a pesar de estas ventajas, la clozapina presenta una gran cantidad de efectos secundarios no deseados que afectan a otras funciones del organismo.

Dentro de su particular historia, la clozapina se retiró del mercado en los años 70 al verse relacionada con una serie de casos de muerte por agranulocitosis en personas que tomaban este fármaco. Sin embargo, aproximadamente diez años después de su retirada y debido a su alta eficacia, la clozapina volvió a instaurarse en el mercado con la obligación de que el fabricante realizara controles hematológicos con el objetivo de detectar cualquier efecto secundario peligroso.

¿En qué trastornos se usa?

Debido a su toxicidad, la administración de clozapina se restringe solamente a esquizofrenias resistentes al resto de antipsicóticos, así como a esquizofrenias más graves con síntomas extrapiramidales importantes o con intentos de suicidio y autolesiones.

Además, acompañado de intervención psicológica y entrenamiento en habilidades psicosociales, la clozapina se ha instaurado como el fármaco de referencia en el tratamiento de la esquizofrenia infantil.

A pesar de que su uso no está recomendado en ningún otro caso que no sea el tratamiento de la esquizofrenia, en ocasiones muy excepcionales se administra en pacientes que presentan sintomatología psicótica y ciertas afecciones neurológicas en las pueden surgir también síntomas psicóticos.

La forma de administración

La clozapina es un medicamento que se administra por vía oral tanto en formato tableta como en suspensión oral. Normalmente la dosis recomendada es de una o dos tomas al día, a poder ser siempre a la misma hora. No obstante, es indispensable que el paciente siga al pie de la letra las instrucciones de su médico y solicite consejo ante cualquier duda que le surja.

Habitualmente, el tratamiento se inicia de manera progresiva; comenzando con dosis bajas hasta que el organismo del paciente admita la medicación. Asimismo, el paciente deberá llevar un control semanal durante los cuatros primeros meses tras el inicio del tratamiento, pasado este período se realizará las analíticas una vez al mes.

Cuando el medicamento alcance su efecto terapéutico máximo es necesario realizar un ajuste de la medicación para que está no se exceda en sus efectos y así evitar posibles consecuencias indeseadas.

Finalmente, llegado el cese de la terapia se recomienda retirar la clozapina de forma progresiva durante una o dos semanas. Cuando la retirada del medicamento deba hacerse de forma inmediata, debido a alguna patología como la leucopenia o disminución del número de leucocitos en sangre, es imprescindible un seguimiento exhaustivo de la sintomatología del paciente.

¿Qué precauciones debe adoptar el paciente?

Antes que nada es necesario asegurarse de que el paciente no es alérgico a la clozapina ni a ninguno de los compuestos que ésta lleva. Asimismo, el paciente deberá de informar a su médico si toma cualquier medicación, complemento vitamínico o compuestos de hierbas, sobre todo en el caso de la hierba de San Juan.

Por otra parte, existen una serie de condiciones especiales que se deben tener en cuenta antes de la administración de la clozapina. Estas condiciones están relacionadas con una serie de afecciones y síndromes que podrían resultar incompatibles con este fármaco.

1. Insuficiencia cardíaca

Los pacientes con afecciones cardiovasculares graves deben tener especial cuidado si consumen clozapina, puesto que pueden provocar hipotensión causada por los cambios hemodinámicos.

2. Diabetes

Es posible que la clozapina altere los niveles de glucosa en sangre, por lo que las personas diabéticas deberán llevar un control particular.

3. Afecciones respiratorias crónicas

Todos aquellos pacientes consumidores de clozapina que sufran de asma o enfermedad pulmonar obstructiva deben saber que esta medicación puede favorecer la aparición de efectos depresores en la función respiratoria.

4. Epilepsia

Los medicamentos de tipo neuropático pueden llegar a reducir el umbral de las convulsiones, ocasionando un riesgo de crisis convulsivas.

5. Depresión

La clozapina se caracteriza por ejercer un efecto depresor sobre el sistema nervioso central, por lo que las personas con depresión deben prestar especial atención a su sintomatología.

6. Insuficiencia hepática

La mayor parte de la clozapina es metabolizada por el hígado. Por la tanto, es aconsejable ajustar las dosis al nivel de funcionamiento hepático.

8. Parkinsonismo

A pesar de que la incidencia de los efectos de la clozapina sobre los efectos extrapiramidales es un mucho menor que con otro tipo de antipsicóticos, esta puede llegar a potenciarlos, agravando así la enfermedad.

6. Estreñimiento

La acción anticolinérgica de la clozapina puede causar complicaciones en el estreñimiento, provocando obstrucción intestinal e íleo paralítico.

Otros riesgos

Además de potenciar alteraciones de la salud que ya están presentes antes de tomar el fármaco. Por ejemplo, la clozapina puede aumentar la fotosensibilidad, por lo que es aconsejable evitar la exposición continua al sol.

Además, se corre el riesgo de padecer el síndrome neuroléptico maligno, una afección potencialmente mortal relacionada con el consumo de antipsicóticos. Si la persona advierte síntomas como fiebre, taquicardias o alteración de la conciencia, sin una causa justificable, deberá suspenderse la terapia farmacológica.

Finalmente, es totalmente desaconsejable en manejo o conducción de maquinaria pesada o peligrosa debido a la posible aparición de somnolencia o mareos. De la misma manera, aquellas personas que se suelen exponer a altas temperaturas habitualmente, también deberán prestar especial atención, puesto que la clozapina puede provocarles un golpe de calor o una hipotermia, debido a la eliminación de la regulación hipotalámica.

¿Qué efectos secundarios pueden aparecer?

Dentro de los efectos secundarios no deseados asociados a la clozapina podemos encontrar aquellos que aparecen de manera frecuente, los poco frecuentes y los que aparecen en raras ocasiones.

Efectos secundarios frecuentes

  • Mareos.
  • Sensación de sueño.
  • Taquicardia.
  • Hipotensión.
  • Estreñimiento.
  • Aumento de peso.
  • Problemas gastrointestinales.
  • Incontinencia urinaria.

Efectos poco frecuentes

  • Desorientación.
  • Insomnio.
  • Sensación de cansancio.
  • Temblores.
  • Dolor de cabeza.
  • Convulsiones.
  • Pesadillas.
  • Hipertensión e hipotensión.
  • Leucopenia.
  • Hiperidrosis.
  • Tics mioclónicos.

Efectos secundarios raros

  • Infarto de miocardio.
  • Impotencia.
  • Arritmias.
  • Granulocitopenia.
  • Trombocitopenia.
  • Aumento de los niveles de glucosa en sangre.
  • Embolias pulmonares.
  • Glaucoma.

Psicóloga Sanitaria y Sexóloga

Licenciada en Psicología por la Universitat de València. Especializada en Sexología Clínica y Terapia de Pareja por el Instituto Superior de Estudios Psicológicos (ISEP) donde, entre otras cosas, descubrió su pasión por la psicología de la infertilidad. Para completar su formación clínica, realizó el Máster de Psicología General Sanitaria en la Universitat de Valencia.

Ha desempeñado labores de psicóloga en diversos centros, entre ellos la Unidad de Salud Mental del Hospital Clínico Universitario de Valencia y el Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI) en Barcelona.

Actualmente, Isabel compatibiliza su trabajo con un blog divulgativo llamado “Sexplícitamente Hablando”. En el que reflexiona sobre aspectos psicológicos de las relaciones personales y sobre la sexualidad.

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