¿Para qué sirve el Clotrimazol? Usos y efectos para la salud

Este tipo de medicamento, conocido en muchos casos como Canesten, se usa para tratar hongos.

CT Arzneimittel GmbH [Flickr: CC BY-ND 2.0]

Entre los medicamentos más utilizados para tratar las infecciones se encuentra el clotrimazol, más conocido como “Canesten”. El clotrimazol es muy popular en el manejo de infecciones como la candidiasis y la tiña.

En este artículo analizaremos las características y utilidades del clotrimazol, así como las precauciones que conviene adoptar si planeamos tomar este medicamento. En cualquier caso, hay que tener siempre presente que este producto solo debe ser utilizado si así lo indica un médico que haya examinado personalmente lo que ocurre en el organismo.

¿Qué es el clotrimazol?

El clotrimazol es un medicamento de acción antimicótica o antifúngica, es decir, provoca la muerte de los hongos que se van desarrollando en algunos tejidos del cuerpo. Por tanto, se utiliza para tratar infecciones provocadas por estos organismos.

Se comercializa habitualmente como Canesten, aunque también se puede encontrar como Fungidermo, Clotrimazol Canesmed, Clotrimin o Canespie, entre otros nombres. También existen Clotrasone y Lotriderm, medicamentos que combinan la acción antimicótica del clotrimazol con los efectos antiinflamatorios de la betametasona.

El clotrimazol mata los hongos uniéndose a sus paredes celulares e impidiendo que sinteticen ergosterol, un compuesto similar al colesterol necesario que los hongos necesitan para que las membranas de sus células se mantengan.

En cualquier caso, tal y como veremos, los posibles efectos secundarios hacen del clotrimazol un producto cuyo uso es arriesgado, así que su consumo debe estar indicado y supervisado por un especialista.

¿Para qué sirve?

Los medicamentos con clotrimazol se utilizan para tratar infecciones por hongos de diversos tipos. En función de la localización de la infección usaremos uno u otro de los formatos disponibles.

Probablemente la aplicación más conocida del Canesten sea el tratamiento de las candidiasis o infecciones por levaduras, sobre todo las que se producen en la vagina. Los estudios afirman que tres de cada cuatro mujeres sufrirán candidiasis vaginal durante su vida, y casi la mitad tendrán más de un episodio. También sirve para tratar la balanitis candidiásica, una infección similar que afecta al glande de los varones. Así pues, se trata de afecciones características de tejidos sensibles o con mucosa.

Asimismo las pastillas para la garganta con clotrimazol se usan para prevenir la candidiasis oral en personas con neutropenia, una enfermedad caracterizada por la baja concentración en sangre de neutrófilos, el tipo más frecuente de los glóbulos blancos, necesarios para la defensa contra infecciones.

El Canesten también es el tratamiento de elección para la dermatofitosis o tiña, un grupo de infecciones fúngicas de la piel. Entre los tipos de dermatofitosis para los que se usa este medicamento se encuentran el pie de atleta y las tiñas corporal, inguinal y cruris.

Otra aplicación del clotrimazol es el manejo de la anemia de células falciformes o drepanocíticas. En esta enfermedad sanguínea los glóbulos rojos se vuelven rígidos y toman forma de hoz o de media luna, aumentando el riesgo de infecciones e infarto y acortando en gran medida la esperanza de vida.

¿Cómo se administra?

El clotrimazol se comercializa en varios formatos. Algunos de los más conocidos son en crema, en óvulos, en gotas para los oídos y como pastillas para la garganta. Cada una de estas variantes del clotrimazol se utiliza para tratar determinadas infecciones, y muchas de ellas tienen su propio nombre comercial, si bien “Canesten” es compartido por diversos medicamentos.

Si se aplica tópicamente para tratar infecciones de la piel, el Canesten se utiliza una vez por la mañana y una por la noche durante un periodo de entre dos semanas y dos meses. Las pastillas para la garganta se toman cinco veces al día durante dos semanas.

En caso de infección vaginal el clotrimazol se aplica sólo una vez al día. La dosis de 100 mg se administra durante seis días, mientras que si es de 500 mg con un único uso es suficiente. Se recomienda utilizarlo antes de dormir, puesto que la mejor forma de asegurar que el medicamento haga efecto es tumbarse con las piernas dobladas durante un rato.

Dado que hay muchos medicamentos con clotrimazol y cada uno tiene sus peculiaridades en cuanto a la administración, conviene consultar el prospecto con detenimiento. Asimismo es altamente recomendable pedir opinión médica, en especial si es la primera vez que se usa clotrimazol.

Efectos secundarios y contraindicaciones

Algunos de los efectos secundarios del clotrimazol varían en función del formato de aplicación que utilicemos; no obstante, muchas de estas reacciones se relacionan con síntomas dermatológicos como inflamación, enrojecimiento, irritación, picor, quemazón, descamación, erupción o ampollas en la piel.

Las reacciones alérgicas pueden incluir fiebre, dificultades respiratorias (disnea), picor en todo el cuerpo (prurito) u hemorragia vaginal, en caso de que se utilice por esta vía. Las pastillas orales provocan a veces déficits funcionales en el hígado, malestar estomacal y vómitos.

En algunas ocasiones también puede causar dolor en la parte del cuerpo en la que se aplique. Si se produce, este dolor parece ser especialmente intenso en casos de infección del oído.

No parece que el Canesten conlleve riesgos si se usa durante el embarazo, aunque se recomienda que se aplique directamente con el dedo en caso de infecciones vaginales que tengan lugar durante las últimas semanas de gestación para minimizar la probabilidad de que afecte al bebé. Es preferible evitar el consumo de clotrimazol durante la lactancia.

Es especialmente importante consultar al médico antes de usar Canesten si tenemos diabetes, problemas de hígado o enfermedades inmunes como el VIH, así como si estamos usando otra medicación, especialmente antibióticos. No se recomienda combinar el clotrimazol con alcohol.

Psicólogo

Licenciado en Sociología por la Universitat Autónoma de Barcelona. Graduado en Psicología por la Universitat de Barcelona. Posgrado en comunicación política y Máster en Psicología social.

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