Relaciones de pareja disfuncionales: 10 señales de alerta

Las dinámicas relacionales dañinas pueden cobrar muchas formas, pero todas ellas nos cambian a peor.

Relaciones de pareja disfuncionales
Varias claves para detectar estas dinámicas afectivas perjudiciales.Unsplash.

A lo largo de estos años de práctica clínica he visto cómo muchas de las personas que acudían a terapia se sentían mal pero no sabían identificar la causa de ello. Hay quienes no identifican o no quieren ver las consecuencias sobre el estado emocional que les puede estar generando su relación de pareja. En nombre del “amor” estas personas se justificaban a si mismas (constantemente) las conductas dañinas de su pareja. Pero la realidad es otra: no es negociable, si duele no es amor.

En este artículo repasaremos las señales de alerta típicas de las relaciones de pareja disfuncionales.

Características de las relaciones de pareja disfuncionales

La finalidad de mantener una relación de pareja es el crecimiento, tanto personal como conjunto. Una relación de pareja tiene que sumar, nunca restar. Ambos tenéis que sentir que crecéis juntos como pareja y que a nivel individual os potenciáis sacando la mejor versión posible del otro.

Si sientes que tu autoestima está dañada y cada día tu dignidad va disminuyendo a causa de la dinámica que tenéis en la relación de pareja, puedes estar cayendo en una relación disfuncional de pareja. Te irás consumiendo poco a poco hasta llegar al día en que puede que te mires al espejo y no te reconozcas.

El primer paso para salir de una relación disfuncional, es identificarla. Sigue leyendo las 10 señales claves de que estás dentro de una relación de pareja dañina.

1. Lucha de poder

Es muy habitual en las relaciones de pareja disfuncionales que ocurran luchas de poder de manera constante. Cuando una persona tiene sentimientos de inferioridad hacia su pareja, cada conflicto lo peleará como si fuera la última batalla queriendo ganar “la guerra”. A corto plazo será una manera inconsciente de compensar su falta de autoestima pero a largo plazo su autoestima seguirá debilitada y la relación de pareja se resentirá.

Si tienes pareja, tienes que reflexionar sobre este punto. Hay que ver los vínculos afectivos de una manera adulta y madura, creando un espacio en el que las opiniones del otro y sean respetadas.

Un día trabajando esto con una pareja en terapia, les dije, “sabéis que podéis estar en desacuerdo, no pasa nada por ello; pero esto no significa que os queráis menos o que no os respetéis a vosotros mismos, sencillamente pensáis diferente”. Se hizo el silencio y me miraron con cara de sorpresa. En ese momento se les derribó el mito de “querernos de verdad significa que tenemos que pensar igual”. Efectivamente, en una relación de pareja podéis estar en desacuerdo. Pensar distinto es lícito, así que mejor dejarlo en empate.

Querer llevar siempre la razón, no reconocer nunca tus errores, ser incapaz de pedir perdón cuando fallas, no escuchar a tu pareja, no dejarle expresar libremente su opinión o imponer la tuya, son síntomas de lucha de poder.

2. Faltas de respeto

Uno de los ingredientes básicos dentro de una relación de pareja es el respeto. Es el cimiento en el que se van a ir depositando los demás pilares. Por lo tanto, ¡sin respeto no hay nada!

Si dentro de tu relación de pareja hay algunos de los siguientes puntos, habéis pasado la línea roja del respeto:

  • Humor hostil y burlas.
  • Desprecios y gritos.
  • Actitud defensiva y agresiva.
  • Herir al otro deliberadamente.
  • Peleas hirientes y discusiones violentas.
  • Mentiras recurrentes.
  • Infidelidades.

Si sientes que por mucho que lo intentéis siempre acabáis discutiendo de manera hostil, la comunicación es inexistente y es imposible que os pongáis de acuerdo, estáis en una situación complicada. Esto os puede llevar a sentir rabia, tristeza y/o un resentimiento que puede acabar minando vuestra relación de pareja.

El respeto y una comunicación sana deben estar siempre presentes dentro de una relación de pareja. Respetaros mutuamente es el primer paso para mejorar la calidad de ese vínculo amoroso.

3. No te reconoces a ti mismo/a

Como consecuencia de la dinámica que tenéis como pareja, puede ser que el contexto te transforme para mal. Si te identificas con algún o algunos de los síntomas puede que estés viviendo una relación tóxica:

  • Si cada día que pasa te sientes peor contigo mismo/a.
  • Si has dejado de ser tú mismo/a por miedo a la reacción de tu pareja.
  • Si crees que siendo tú, tu pareja podría rechazarte.
  • Si crees que tu pareja nunca se podría enamorar de alguien como tú y por eso has cambiado adoptando un rol sumiso.
  • Si has anulado tus necesidades priorizando sólo las de tu pareja.
  • Si tu estado de ánimo está cada vez más bajo.
  • Si antes de conocer a tu pareja eras una persona alegre y ahora estás deprimido/a.
  • Poco a poco has dejado que tu personalidad se apague.
  • Te miras al espejo y no te reconoces.
  • Piensas a menudo: “¿quién soy?” y no sabes la respuesta.

Es importante tener claro el marco de pareja en el que te mueves. Tú tienes que sentirte libre, poder expresarte tal cual eres y sentirte tú, sin coacciones, a la vez que tú tienes que tener la misma actitud de aceptación hacia tu pareja.

4. Obsesión por cambiar a tu pareja

Hay personas que equivocadamente empiezan una relación de pareja porque alguien les atrae, pero no aceptan aspectos fundamentales del otro. Estas personas negocian consigo mismas que con paciencia y esfuerzo podrán cambiar esas partes que no les gustan del otro. Esto es un mito, nadie va a cambiar por el simple hecho de que otra persona intente hacerlo.

Puedes sugerir una petición de cambio de conducta a tu pareja, pero tendrá que ser esa persona (si es que quiere hacerlo) la que decida de manera libre cambiar, no por manipulación o insistencia. He visto cómo personas han dedicado gran parte de su vida y energía a intentar cambiar a su pareja sin obtener resultados.

5. Control y celos

Muchas relaciones tóxicas empiezan por someter a la pareja con conductas de control. Hay muchas formas (sutiles o explícitas) de hacerlo. Algunos ejemplos serían:

  • Si tu pareja decide sobre qué ropa tienes que ponerte.
  • Si tu pareja también decide sobre qué amigos tienes que frecuentar (generalmente los suyos porque los tuyos no le gustan).
  • Contrala tus redes sociales.
  • Te pide que le mandes ubicaciones (por Whatsapp) o fotos de con quién estás.
  • A raíz de sus celos vigila tu móvil o lee tus Whatsapp sin que tu lo sepas.

Si permites que tu pareja vulnere tu derecho a la privacidad, estás dentro de una relación disfuncional (como mínimo). No habría que permitir que nadie decida sobre tu propia vida.

6. Chantajes y comparaciones

Si sientes que tu pareja te está comparando con su ex o con personas de su pasado, te hace comentarios acerca de que con otras parejas había cosas que funcionaban pero contigo no... Esto es una manera de generarte sentimientos de culpa y de bajarte la autoestima. Hay que tener cuidado con las comparaciones o los chantajes.

Cada persona es diferente, única por definición. En las relaciones de pareja sanas no hay chantajes para obtener beneficios propios.

7. Constante inestabilidad emocional

Si cada vez que tenéis una discusión fuerte o un problema tu pareja amenaza con dejar la relación e incluso la llega a dejar, puede crearte sentimientos de inseguridad sobre ese vínculo y llevarte a sentir que estás en una continua montaña rusa de sentimientos.

Amenazar con dejar la relación o hacerlo es un síntoma de una relación disfuncional. Los problemas habría que aprender a manejarlos de otra manera. Es fundamental para el desarrollo de una relación estable que los miembros se sientan seguros respecto al compromiso que existe dentro de la relación de pareja.

8. Conflictos abiertos y permanentes

No hay nada más desagradable que vivir en una continua pelea abierta o guerra sin tregua. Eso agota a las personas y les roba la energía destinada a sus proyectos y planes.

Una mala comunicación de pareja puede hacer que continuamente tengáis conflictos generando una sensación de malestar, frustración e incertidumbre en ambos. Por salud psicológica habría que llegar a pactos y aprender a gestionar la comunicación de manera eficaz.

9. Tienes que justificar su actitud con excusas (contigo mismo/a y con tu entorno)

Si para continuar en la relación de pareja tienes que estar constantemente justificándote a ti mismo/a su comportamiento y en el fondo sabes que lo que ocurre es perjudicial para ti, estás dentro de una relación dañina.

Si tu entorno te comenta las cosas tóxicas (evidentes) de tu relación o te dice que dejes la relación, que así no puedes seguir y tú tienes que justificar todo eso, es que probablemente estés en una relación disfuncional.

En todos los puntos nombrados el camino es también a la inversa, no hagas aquello que no quieres que te hagan.

10. Eres incapaz de salir de la relación tóxica

Si te sientes identificado/a con alguno/s de los puntos anteriores y no eres capaz de salir de una relación disfuncional de pareja, lo has intentado pero no lo consigues o te gustaría solucionar los problemas de tu relación de pareja, puedes pedir ayuda profesional en El Prado Psicólogos; sabemos como ayudarte.

Artículos relacionados

Artículos nuevos

Quizás te interese