¿Cómo gestionan las relaciones amorosas las personas más inteligentes?

Las personas que destacan por su inteligencia tienen su propia manera de vivir el amor, y es eficaz.

La inteligencia es una de las características psicológicas más importantes, ya que tie un gran impacto en nuestra vida. Y esto, naturalmente, también incluye la faceta afectiva y amorosa de cada cual. Ahora bien, curiosamente, y a pesar de que estadísticamente las personas más inteligentes tienden a ser físicamente más atractivas y estar en mejor forma que el resto de la población, eso no significa que siempre tengan más posibilidades de encontrar pareja.

Por ejemplo, se han encontrado evidencias de que las mujeres con más y mejor formación y posibilidades de optar por trabajos más cualificados, un grupo poblacional con muchas más personas de alto CI, muestran una tendencia a permanecer solteras. Por otro lado, independientemente de su sexo, las personas superdotadas o próximas a la superdotación intelectual se muestran más sensibles a las críticas y tienen mayores dificultades para encontrar a alguien con quien encajar, ya que prefieren estar con gente de la que se puede aprender y cuya compañía resulta estimulante intelectualmente.

Ahora bien... una vez se ha encontrado pareja, ¿cuál es el grado de salud de esas relaciones amorosas? ¿Son de igual calidad que las del resto de la población? Por lo que se ha comprobado, en los noviazgos y matrimonios formados por personas altamente inteligentes existen interesantes singularidades.

Estilos de gestión de los conflictos en el amor

Una reciente investigación liderada por la psicóloga holandesa Pieternel Dijkstra se ha propuesto estudiar el modo en el que la alta inteligencia y el amor se relacionan.

Para ello partieron del marco referencial de la teoría del apego, según la cual los vínculos de apego formados durante la infancia (normalmente, con los padres y las madres) definen el modo en el que en la vida adulta gestionamos nuestras relaciones con los demás. Por ejemplo, en los casos en los que los padres maltratan a sus hijos, estos tienden a adoptar un estilo relacional basado en la evitación, el miedo y la desconfianza, mientras que los que han tenido mucho espacio para expresar sus emociones y preferencias tienen una actitud mucho más abierta.

Estos estilos relacionales también se expresan en la manera en la que gestionamos conflictos. Así, se han definido 5 modos de afrontar los problemas con los otros, teniendo en cuenta el grado en el que se valoran las propias preferencias y conflictos y el modo en el que se valora las de los demás:

  • Estilo integrador: alta dedicación a las necesidades propias y a las de los otros.
  • Estilo dominador: alta dedicación a las necesidades propias y baja a las de los otros.
  • Estilo servicial: baja dedicación a las necesidades propias y alta a las de los otros.
  • Estilo de evitación: baja dedicación a las necesidades propias y a las de los otros.
  • Estilo de compromiso: moderada dedicación a las necesidades propias y a las de los demás.

Está claro que en principio los mejores estilos de gestión de los choques de intereses son el integrador y el de compromiso. El resto de ellos pueden hacer que los problemas se enquisten y generen consecuencias aún más negativas. ¿Qué modos de relación que las personas más inteligentes utilizan en su vida amorosa, y por qué?

Inteligencia: ¿el ingrediente de las relaciones maduras?

Para realizar la investigación, Dijkstra y su equipo contaron con la colaboración de 196 personas heterosexuales de la organización Mensa de Holanda. Mensa es una entidad que agrupa a las personas superdotadas de todo el mundo, gente que ha obtenido una puntuación de al menos 140 puntos en los test de inteligencia y que representan menos del 3% de la población.

Para detectar la particularidades de estos voluntarios, los científicos recopilaron datos de estas personas superdotadas, y también de otro grupo compuesto por 146 adultos no pertenecientes a Mensa.

Los resultados muestran algo curioso: aunque los individuos más inteligentes no manifestaron estar especialmente descontentas con sus relaciones afectivas como si se caracterizasen por ser de mala calidad, mostraron una mayor tendencia a adoptar el estilo evitador a la hora de gestionar los conflictos con la otra persona.

Una posible explicación

Pieternel Dijkstra y su equipo hipotetiza que el motivo por el que las personas más inteligentes tienden a usar la evitación de conflictos en su vida amorosa sin sufrir las consecuencias negativas que esto tiene es que, por un lado, mantienen relaciones amorosas con personas con un nivel de inteligencia y tipo de personalidad parecidos, y por el otro experimentan la vida desde una perspectiva más racional.

Esto es algo que se corresponde con muchas cosas que sabemos, como por ejemplo que la idea de que los opuestos sea traen es tan solo un mito y realmente ocurre lo contrario, y que las personas menos inteligentes son más impulsivas y su desorganización y problemas para controlarse hacen que los conflictos sean más frecuentes.

Eso puede contribuir a que sus conflictos ocurran raramente y que estos puedan resolverse distanciándose de la situación; puesto que la inteligencia hace que se aprenda rápidamente y mejor, estas personas serían capaces de hacer esto sin obsesionarse con el miedo al abandono por parte de su compañero o compañera sentimental. 

Referencias bibliográficas:

  • Dijkstra, P., Barelds, D. H., Ronner, S., & Nauta, A. P. (2017). Intimate relationships of the intellectually gifted: Attachment style, conflict style, and relationship satisfaction among members of the Mensa society. Marriage & Family Review, 53(3), 262-280.

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