La leyenda del hilo rojo y los encuentros predestinados

Un mito muy popular en países como China o Japón, acerca de los encuentros predestinados.

En muchos países asiáticos una historia conocida como la leyenda del hilo rojo sigue resonando como un eco de la cultura oral transmitido de generación en generación. Se cree que es muy antigua y que expresa el modo en el que varias civilizaciones orientales entendían el mundo de las relaciones y el papel que juega en ellas el destino.

A pesar del tiempo que ha pasado desde que empezase a ser contada por primera vez, o quizás precisamente por eso, la historia del hilo rojo sigue estando muy arraigada en países como Japón o China, y en cierto modo influye en la manera en la que se perciben las relaciones.

Si esta interpretación es más o menos fiel a la realidad está abierto a debate y, desde luego, no es una narración que deba tomarse como algo literal; expresa mediante simbolismos cómo experimentamos los lazos afectivos.

Veamos qué es exactamente eso del hilo rojo y el modo en el que se cuenta su historia. Pero antes, es necesario entender qué significa exactamente este símbolo.

El hilo rojo y los encuentros predestinados

La tradición dice toda persona tiene un hilo rojo invisible atado al dedo meñique. Este hilo permanece unido a nuestro cuerpo desde que nacemos, ya que los dioses se encargan de fijarlo al dedo mediante un lazo cada vez que nace un niño o una niña.

Así, desde nuestros primeros días el hilo ya pasa a formar parte de nosotros, y nunca se desatará ni se romperá. Nos acompaña a lo largo de nuestra trayectoria vital, más o menos tensado.

Pero... ¿qué hay al otro extremo de esta fina cuerda? Al otro lado hay una persona con la que estamos predestinados a encontrarnos y que tiene atado a un dedo el mismo hilo que no se separa de nosotros.

Esté cerca o lejos, incluso aunque viva en el otro lado del mundo, el hilo rojo llega hasta ahí y permanece siempre atado a esa persona. Es la materialización de un vínculo muy importante en nuestras vidas y que existe incluso antes de que seamos conscientes de ello y que se plasma en un relato mítico acerca de un emperador.

La historia del emperador que se quería casar

Se dice que hace mucho tiempo, cuando las historias se contaban más por repetición oral que a través de los libros, existió un jovencísimo emperador que, movido por la inquietud propia de la adolescencia y ansioso por la necesidad de casarse para mantener el poder necesario para mandar y hacer que su linaje no se perdiese, quiso encontrar alguna manera de ver el hilo rojo invisible que le unía a su alma gemela, la persona que estaba destinada a ser su esposa.

Después de dedicarse a investigar, se enteró de que en tierras lejanas vivía una mística cuyo contacto con lo sobrenatural le permitía ver ese fino hilo, así que ordenó que fuese conducida a su palacio.

Cuando la mística estuvo en presencia del emperador, éste le ordenó que utilizase sus poderes mágicos para seguir el hilo rojo y conducirlo hasta su futura esposa, así que rápidamente se pusieron en camino. El emperador consideró que abandonar temporalmente sus responsabilidades al mando del país era un sacrificio necesario para reunirse por primera vez con su alma gemela, la persona que mandaría junto a él.

Después de viajar durante varios días por los caminos más extraños, la mística llegó hasta un mercado y señaló en dirección a una campesina pobre que trataba de malvender sus productos con un bebé en sus brazos.

El emperador se puso furioso después de recapitular y llegar a la conclusión de que la mística había decidido burlarse de él por tratar de desafiar las reglas de la naturaleza desde su posición de poder, y cegado por la ira arrolló tanto a la campesina, cuyo bebé cayó al suelo y se hirió la frente, como a la mística, que fue de cabeza a una montaña de manzanas, y decidió renunciar a la idea de conocer su destino.

Años después, la corte del emperador le informó de que la hija de un general muy influyente quería casarse y que sería un buen movimiento estratégico realizar el enlace matrimonial. Cuando el día de la boda el emperador conoció a su esposa y retiró el velo que cubría su cabeza, reparó en una curiosa cicatriz en la frente que le recordó tiempos pasados.

Más allá de nuestros prejuicios y expectativas

La leyenda del hilo rojo contiene un relato lleno de simbolismos acerca de las relaciones, el amor y el destino, pero también nos habla acerca del modo en el que, como seres humanos, experimentamos esos fenómenos y los aceptamos como parte de nuestras vidas.

Concretamente, nos habla sobre el modo en el que lo vínculos afectivos y amorosos son guiados por una lógica propia que no tiene nada que ver ni con nuestras expectativas, ni con lo que parece más sensato, ni con lo que en un principio desearíamos antes de conocer a esa persona o con los tipos de amor que esperamos dar o recibir. Incluso si creemos que no merecemos una relación determinada, el amor mueve sus hilos.

Si se cree en el destino, esta no debe ser una creencia que nos lleve a pensar que nuestro futuro va a ser un completo estereotipo, algo totalmente predecible. Las almas gemelas lo son en tanto que la fuerza que las une supera todos los elementos de la vida que, en condiciones normales, nos sugerirían que ese vínculo es totalmente imposible. De otro modo, ese concepto carece de significado.

Psicólogo

Licenciado en Sociología por la Universitat Autónoma de Barcelona. Graduado en Psicología por la Universitat de Barcelona. Posgrado en comunicación política y Máster en Psicología social.

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