Ventrículos cerebrales: anatomía, características y funciones

Estos espacios y canales llenos de líquido cefalorraquídeo protegen el cerebro desde su interior.

Nuestro encéfalo es un órgano complejo, formado por una gran cantidad de diferentes estructuras que permiten la realización de muy diversas funciones.

Uno de los diversos sistemas que forman parte del encéfalo y que permiten su estructuración y mantenimiento es el sistema ventricular cerebral, es decir, los la red de ventrículos cerebrales.

El sistema ventricular: definición y origen

Los ventrículos cerebrales son una serie de estructuras situadas en el interior del cerebro que se encuentran interconectadas formando el conocido como sistema vestibular. Los ventrículos en sí serían ensanchamientos de dicho sistema que configuran una serie de cavidades revestidas de epéndimo.

Dentro del sistema ventricular se origina la mayor parte del líquido cefalorraquídeo (se calcula que algo más del 60%), concretamente en las estructuras y células ependimarias propias de los plexos coroideos.

El sistema ventricular se origina en el feto durante el tercer trimestre semana de embarazo, evolucionando del canal central del tubo neural. Se compone de un total de cuatro ventrículos y los diferentes canales que los comunican.

Componentes del sistema ventricular

Existen un total de cuatro ventrículos cerebrales, interconectados entre ellos por diversos canales y aperturas.

En la parte superior y justo debajo del cuerpo calloso encontramos los ventrículos laterales, una pareja de ventrículos gemelos que se encuentran a lo largo de los hemisferios cerebrales. Es en estos ventrículos en los que podemos encontrar en su mayoría los plexos coroideos, donde se genera la mayor parte del líquido cefalorraquídeo.

Estos se comunican a través el orificio interventricular o de Monro con el tercer ventrículo, el cual se sitúa por debajo del tálamo. Finalmente, el tercer y cuarto ventrículo (localizado entre el tronco cerebral y el cerebelo) se comunican mediante el acueducto cerebral o de Silvio.

El cuarto ventrículo se conecta con la médula espinal a través del canal ependimario, el cual recorre la totalidad de la médula y permite que el líquido cefalorraquídeo fluya a través de ella hasta su fin en el conocido como ventrículo terminal.

El cuarto ventrículo también se conecta a través de los orificios de Luschka y Magendie con la aracnoides, permitiendo de este modo que el líquido cefalorraquídeo se distribuya a lo largo del encéfalo.

Funciones de los ventrículos cerebrales

Los ventrículos cerebrales y el sistema ventricular en general pueden parecer un residuo del desarrollo que no tiene demasiadas funciones, pero en realidad se trata de elementos de gran importancia en el mantenimiento de la salud y el estado del cerebro.

Algunas de las principales funciones que poseen son las siguientes.

1. Producción de líquido cefalorraquídeo

Se trata de la principal función de los ventrículos cerebrales. Si bien también es secretado en pequeñas cantidades por otras estructuras como el espacio subaracnoideo, en general la mayor parte de líquido cefalorraquídeo que poseemos es secretado por los plexos coroideos del sistema ventricular.

Este líquido ofrece un medio por el que el cerebro elimina residuos de su actividad a la vez que permite crear un ambiente estable para el funcionamiento de las neuronas, e incluso contribuir a nutrir y facilitar el funcionamiento de las células. También permite que el cerebro flote, reduciendo su peso, a la vez que ayuda a protegerlo de agentes y daños externos. Por último, permite que el nivel de presión interna del cerebro permanezca estable.

2. Contribuyen a mantener el cerebro sano

Los plexos coroideos, además de producir líquido cefalorraquídeo, ayudan a impedir que sustancias externas nocivas puedan afectar a éste y llegar a través de él al resto del encéfalo, de modo que contribuyen a mantener sano el cerebro.

3. Mantenimiento de la forma y estructura del cerebro

Los ventrículos cerebrales pueden expandirse en gran medida según las necesidades del organismo. Aunque puede parecer una función poco importante permite mantener la estructura del cerebro y sus interconexiones. Además, el líquido cefalorraquídeo que se produce en ellos ayuda a mantener el cerebro en flotación y reducir el nivel de presión intracraneal.

Alteraciones producidas por diversos trastornos

Como hemos mencionado, una de las funciones de los ventrículos es mantener la forma y estabilidad del conjunto del encéfalo. De hecho, en diversos trastornos en los que se produce pérdida de masa neuronal los ventrículos cerebrales se expanden para ocupar el espacio libre. A continuación se indican algunas de las alteraciones que provocan algún tipo de efecto sobre los ventrículos cerebrales.

Alzheimer

La enfermedad de Alzheimer produce a lo largo de su desarrollo un deterioro y muerte de una gran cantidad de neuronas, disminuyendo la densidad neuronal según el trastorno va avanzando. El espacio desocupado es rellenado por los ventrículos, los cuales se expanden para ocupar el lugar.

Esquizofrenia

Diversos estudios han demostrado que muchas personas que padecen esquizofrenia poseen ventrículos más grandes.

Hidrocefalia

La hidrocefalia en un trastorno caracterizado por una producción excesiva de líquido cefalorraquídeo, un desequilibrio entre producción y reabsorción o por una mala circulación de este a través de los ventrículos o sus interconexiones. Se trata de un problema muy grave que puede causar secuelas severas o incluso producir la muerte del sujeto debido a la compresión de las estructuras cerebrales.

Ventriculitis

Se trata de un trastorno que se basa en la inflamación de los ventrículos cerebrales. Tal y como ocurre con la meningitis, esta inflamación puede ser peligrosa debido a la presión ejercida por los ventrículos contra el resto del sistema nervioso. Además, la infección de los ventrículos puede generar alteraciones en el líquido cefalorraquídeo o en el sistema vascular, que puede terminar causando una encefalitis.

  • Kandel, E.R.; Schwartz, J.H.; Jessell, T.M. (2001). Principios de Neurociencia. Madrid: McGraw Hill.

Psicólogo en Barcelona | Redactor especializado en Psicología Clínica

Barcelona

Graduado en Psicología con mención en Psicología Clínica por la Universidad de Barcelona. Máster en Psicopedagogía con especialización en Orientación en Educación Secundaria. Cursando el Máster en Psicología General Sanitaria por la UB.

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