“El curioso incidente del perro a medianoche”, un libro que nos muestra cómo es la mente autista

Un ameno texto de Mark Haddon que indaga en el mundo de un niño que no siente emociones.

Christopher John Francis Boone tiene 15 años. Conoce todos los países del mundo, sus capitales y cada número primo hasta 7.057. Le encantan las matemáticas, se relaciona bien con los animales, pero no tiene la comprensión de las emociones humanas. No soporta que lo toquen y busca siempre la rutina, el orden y previsibilidad en su día a día, ya que eso le hace sentirse seguro y a salvo.

La anterior descripción corresponde a un niño con Síndrome de Asperger, un subtipo de Autismo comprendido dentro del espectro autista, cuyas características principales son la dificultad en la interacción social, afectividad y comunicación, falta de empatía y de sensibilidad hacia los demás, tendencia al egocentrismo, ingenuidad y credulidad, falta de conocimiento de los límites y de las normas sociales, así como los intereses restringidos y repetitivos. 

También, cierta obsesión por la rutina, el orden y por convertir en rituales actos cotidianos. La diferencia principal entre el Síndrome de Asperger y los demás subtipos del espectro autista es que estas personas no presentan un retraso en su inteligencia, siendo a veces superior a la media, como en el caso de los autistas de alto funcionamiento. Sin embargo, este niño en concreto forma parte de una obra de ficción.

El espectro autista vivido en primera persona

Christopher es el protagonista de la novela El curioso incidente del perro a medianoche (The Curious Incident of the Dog in the Night-Time es su título original). La historia está narrada en primera persona por este joven de 15 años con Síndrome de Asperger que vive con su padre en Swindon (Wiltshire, Reino Unido).

Es una novela del escritor británico Mark Haddon la cual ganó en 2003 el premio Libro del Año Withbread, en 2005 el premio al Mejor Primer Libro para Jóvenes Lectores y en 2004 el Premio para Escritores de la Commonwealth como mejor primer libro. Cuando era joven, Haddon trabajó con personas autistas, lo que le ha permitido describir con fiabilidad los pensamientos de un niño con esta condición.

La historia comienza cuando Christopher encuentra al perro de su vecino muerto en el jardín, y es culpado inicialmente del suceso. A partir de aquí, la rutina y el orden que Christopher había creado en torno a su vida se van desmoronando poco a poco mientras investiga quién fue el verdadero asesino del perro.

La brillantez de la novela reside en la elección de Mark Haddon del narrador: momentos tortuosos y llenos de emociones son descritos por un niño que no puede imaginar la emoción. El efecto es deslumbrante, haciendo que sea una historia divertida y conmovedora, a la vez que nos brinda un punto de vista diferente del comportamiento humano y nos ayuda a entender cómo piensa, vive y siente una persona autista.

Encerrados en su mundo, existe una gran dificultad para poder comunicarse con las personas con autismo, y puede resultar una tarea casi imposible llegar a entender el porqué de sus extrañas acciones, reacciones exageradas o su comportamiento impasible respecto a diferentes estímulos. Haddon intenta plasmar las ideas y razonamiento que tiene Christopher a lo largo de los acontecimientos que le suceden en su vida, acontecimientos vistos desde una perspectiva totalmente diferente a la que estamos acostumbrados.

Una lectura didáctica y amena

El curioso incidente del perro a medianoche carece de largas y tediosas descripciones, y su lectura se hace ágil gracias a los diálogos entre los personajes y las explicaciones sencillas del protagonista. Además, entre el argumento de la historia, se pueden encontrar demostraciones matemáticas y lógicas, como la explicación al problema de Monty Hall, curiosidades tanto científicas como históricas como las hadas de Cottingley, y algunas referencias literarias, sobre todo a novelas de Sherlock Holmes.

Un libro totalmente recomendable para aquellas personas interesadas en el autismo, ya que aprenderán de manera amena y lúdica lo que realmente conlleva experimentar este trastorno del comportamiento sin recurrir necesariamente a manuales teóricos.

Estudiante de Psicología

Estudiante de Psicología en la Universitat de Barcelona. Mención en Psicología Social y de las Organizaciones. Apasionada de la ciencia y ávida lectora.

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