Tipos de discapacidad intelectual (y características)

Una clasificación de rangos de bajo Cociente Intelectual, con sus características y limitaciones.

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Oligofrenia, retraso mental, discapacidad intelectual… todas estas palabras se refieren a un mismo concepto, con el que nos referimos a aquellas personas que poseen unos recursos cognitivos menores a lo esperable por su edad cronológica. Gente que presenta alguno de los tipos de discapacidad intelectual.

Este tipo de discapacidad provoca por norma general severas dificultades de adaptación al medio, a menos que se les otorgue el suficiente nivel de ayuda. Pero la discapacidad intelectual no única y homogénea en todos las personas que la padecen, sino que podemos encontrar diferentes tipos o grados en función al grado de afectación funcional y nivel de Cociente Intelectual.

La distribución normal y la inteligencia

La inteligencia es un constructo que se refiere a la capacidad del individuo de ser capaz de adaptarse al medio y resolver las situaciones con las que se encuentre. Independientemente de cómo sea vista dentro de las múltiples teorías al respecto, diferentes personas van a tener organizadas de diferente manera y van a ver afectadas sus capacidades mentales por diversos motivos y variables. Cada uno de nosotros dispone de un grado de habilidad o capacidad concreto y distintivo en los distintos ámbitos y habilidades, incluyendo la capacidad de resolver problemas y adaptarse al medio.

Para valorar el nivel de inteligencia de la población se ha empleado de manera tradicional el nivel de Cociente Intelectual, entendido como la relación entre edad mental y edad cronológica del individuo a valorar. Teniendo en cuenta que existen una gran variabilidad en las puntuaciones reflejadas por el conjunto de la población, es necesario tener en cuenta que siempre va a ser esperable que haya una cierta dispersión de puntuaciones en torno a la media. Esta dispersión esperable se conceptualiza como desviación típica.

Estadísticamente, la inteligencia sigue una distribución normal. Es decir, si puntuamos las habilidades cognitivas de una población con un test de inteligencia, una gran mayoría de las personas tendrían puntuaciones muy parecidas entre sí mientras que pocos individuos tendrían puntuaciones alejadas de la mayoría. Las personas con este tipo de puntuaciones, alejadas de la mayoría, podrían o bien puntuar más o bien menos.

Habiéndose fijado la media de Cociente Intelectual en un valor de 100 y siendo la desviación típica de 15, son considerados normativos los valores que se encuentren a una distancia de al menos dos desviaciones típicas. Si estas dos desviaciones se dan por encima, estaríamos hablando de superdotación, mientras que si se dan valores dos desviaciones por debajo de la media estaremos hablando de un nivel de inteligencia correspondiente a la discapacidad intelectual.

Tipos de discapacidad intelectual

La discapacidad intelectual es entendido como una condición en la que las personas que la padecen tienen severas limitaciones y deficiencias en el funcionamiento intelectual, teniendo problemas en el razonamiento, la planificación, la resolución de problemas o el aprendizaje.

Además de ello estas personas presentan deficiencias en la adaptación al medio, necesitando de ayudas en una o más dimensiones del funcionamiento humano para que su vida cotidiana no se vea limitada en su autonomía personal y participación social. Se cataloga como un trastorno del neurodesarrollo, siendo necesario que estas dificultades sean observadas durante el desarrollo.

Sin embargo, esta no es un categoría totalmente homogénea, y es por eso que se han establecido diferentes tipos de discapacidad intelectual según el grado en el que se alejan de la media.

Diferentes grados de discapacidad

Las habilidades cognitivas son importantes para poder responder eficientemente a las demandas del entorno. Así, las personas que tienen una capacidad reducida en este tipo de habilidades se van a encontrar en dificultades para hacer frente a las situaciones que aparezcan a lo largo de su vida.

En función del nivel de dificultad que encuentren estas personas en su día a día y del nivel de CI reflejado por test de inteligencia, se ha considerado la existencia de varios grupos, tipos o grados de discapacidad intelectual.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que el grado de CI no es una medida absoluta, sino relativa; siempre va en función de un grupo de referencia, ya que el Cociente Intelectual indica la posición que ocupa la persona en la distribución de puntuaciones obtenidas. Por consiguiente, cambiando el grupo de referencia una puntuación puede estar dentro del rango normal de inteligencia o en lo que se considera que es discapacidad intelectual. El CI indica diferencias individuales entre personas, pero para medir en sí las capacidades cognitivas verdaderas de una persona de manera exacta hay otras herramientas y métodos.

1. Leve

Se considera discapacidad intelectual leve o ligera a aquella que poseen las personas con un Cociente Intelectual que se sitúa entre 50 y 70, correspondiendo a dos desviaciones típicas por debajo de la media poblacional. La mayor parte de personas con discapacidad intelectual (aproximadamente un 85%) se encuentran en este nivel.

Las personas con este grado de discapacidad intelectual tienen principalmente un retraso en el campo cognitivo y una leve afectación en el sensoriomotor. Las capacidades de aprendizaje están ligeramente atrasadas, pero pueden permanecer en el sistema educativo, formarse y ejercer una actividad profesional adecuadamente. Son capaces de leer, escribir y realizar cálculos, si bien suelen requerir un periodo de aprendizaje más largo que otros. De hecho, es posible que durante preescolar no se observen grandes diferencias con sus semejantes.

Se pueden observar algunos problemas en la memoria, las funciones ejecutivas y el pensamiento abstracto. Sus habilidades comunicativas y sociales pueden ser buenas, si bien suelen mostrar alguna dificultad para detectar señales sociales y regular sus emociones y comportamiento. Se trata de personas autónomas en su mayoría, precisando de orientación social en situaciones concretas, y ayuda en temas legales, económicos o la crianza de hijos. Si bien necesitan de apoyos, su adaptación al medio es normalmente satisfactoria.

2. Moderado

En este grado de discapacidad intelectual las dificultades son mayores. A nivel educativo suelen poder beneficiarse de formación laboral concreta, generalmente de cara a realizar trabajos poco cualificados y con supervisión. Pueden tener autonomía en el autocuidado y desplazamiento.

Las habilidades conceptuales de estos sujetos se desarrollan con gran lentitud, habiendo una gran diferencia con respecto al grupo de iguales. Suelen necesitar ayuda cuando las tareas a llevar a cabo exijan procesar conceptos complejos. Su comunicación es eficiente en lo social, aunque poco compleja. El sujeto es capaz de establecer relaciones con el entorno y hacer nuevos vínculos con personas ajenas a la familia.

Si bien pueden tener problemas para seguir convenciones sociales, por lo general se adaptan bien a la vida en comunidad, especialmente con supervisión. El individuo puede responsabilizarse de sus propias decisiones y participar en la vida social, aunque con ayudas y con un periodo de aprendizaje prolongado.

Las personas con un grado moderado de discapacidad intelectual suelen reflejar un CI de entre 35-50.

3. Grave

Con un Cociente Intelectual de entre 20 y 35, los problemas para las personas con este nivel de discapacidad son generalmente de gran importancia, precisando de ayudas y supervisión continuada. Muchas de ellas presentan daños a nivel neurológico.

A nivel conceptual las habilidades de las personas que padecen este grado de discapacidad intelectual son reducidas, teniendo poca comprensión de la lectura y conceptos numéricos. Comunicacionalmente el lenguaje es posible pero está limitado, centrándose en el presente y siendo frecuente que emplean holofrases o palabras sueltas. Comprenden comunicación gestual y oral sencilla, siendo la relación con seres queridos fuente de alegría.

En las actividades del día a día estos sujetos necesitan siempre ser supervisados y cuidados, dependiendo de ayudas y custodios. Pueden aprender a hablar y realizar tareas simples. Su adaptación a la comunidad puede ser buena a menos que tengan alguna otra discapacidad asociada. Adquirir habilidades es posible, necesitando ayuda constante y un largo proceso de aprendizaje. Algunos de ellos se autolesionan. A nivel legal se les considera incapaces de tomar sus propias decisiones.

4. Profundo

El grado más elevado de discapacidad intelectual y también el más infrecuente, las personas con este nivel de discapacidad tienen un CI inferior a 20. Necesitan ser cuidados de manera constante, teniendo muy pocas opciones a menos que gocen de un muy elevado nivel de ayuda y supervisión. Por lo general su tasa de supervivencia es baja.

En su mayoría tienen grandes dificultades y otras discapacidades graves, así como grandes problemas neurológicos. A nivel conceptual estas personas emplean tienen en cuenta principalmente conceptos físicos, padeciendo graves dificultades para emplear procesos simbólicos. El uso de objetos para el autocuidado, trabajo o ocio es posible pero es frecuente que otras alteraciones impidan darles un uso funcional. A nivel sensoriomotor están muy limitados, así como a nivel comunicativo.

En lo que se refiere al ámbito comunicacional y social pueden llegar a comprender instrucciones y gestos, pero tienen que ser sencillos y directos. La expresión emocional se da principalmente mediante la comunicación no verbal directa, sin simbolismo. Disfrutan de la relación con personas conocidas. A nivel práctico, el sujeto tendrá dependencia para la mayor parte de actividades, aunque pueden ayudar en algunas actividades, posibilitando que participen en la vida cotidiana del hogar y la sociedad.

La necesidad de ayudas

Como conclusión del presente artículo es relevante mencionar que una persona solo es discapacitada en la medida que no dispone de las herramientas para adaptarse al medio, debido a sus dificultades y a la no presencia de apoyos que les sirvan para resolverlas. En este sentido, la discapacidad intelectual no es una excepción. No podemos limitarnos a señalar que alguien tiene discapacidad intelectual y limitar el problema a lo individual; la sociedad tiene mucho que decir a la hora de cambiar las condiciones de vida de estas personas en situación de vulnerabilidad.

Debe trabajarse desde las diferentes disciplinas (psicología, ámbito judicial, ámbito legislativo, educación y asistencia social, entre otros) con el fin de que estas personas y las personas que las cuidan puedan participar de una forma activa en la vida social de la comunidad, estableciendo puentes entre las capacidades de cada individuo y lo que puede ofrecer y demandar la sociedad mediante la otorgación de ayudas específicas y funcionales.

Referencias bibliográficas:

  • American Psychiatric Association. (2013). Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales. Quinta edición. DSM-V. Masson, Barcelona.

Psicólogo en Barcelona | Redactor especializado en Psicología Clínica

Barcelona

Graduado en Psicología con mención en Psicología Clínica por la Universidad de Barcelona. Máster en Psicopedagogía con especialización en Orientación en Educación Secundaria. Cursando el Máster en Psicología General Sanitaria por la UB.

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