Potomanía: síntomas, causas y tratamiento

Un extraño trastorno mental relacionado con la ingesta descontrolada de agua y otros líquidos.

Mujer bebiendo agua.
Esta alteración puede llegar a dañar la salud.

El agua es imprescindible para el organismo y para estar sanos. Habitualmente se ha afirmado que debemos estar hidratados todo el día para facilitarle el trabajo a nuestro organismo y prevenir problemas como el estreñimiento.

Entonces, ¿eso quiere decir que es saludable beber grandes cantidades de agua cada día? ¿dónde está la línea entre lo saludable y lo problemático? ¿Tienen un problema aquellas personas que no se separan del botellín de agua? ¿Puede ser nociva el agua para nuestro organismo?

En términos generales siempre se ha recomendado ingerir al día entre 1 y 2 litros de agua para el correcto funcionamiento del organismo, aunque esta afirmación está sujeta a múltiples factores que pueden variar la cantidad de ingesta deseable: el metabolismo, la cantidad de deporte realizado, la época del año, la etapa vital, la cantidad de verdura y fruta ingeridas… En este artículo vamos a hablar de la potomanía (también conocida como polidipsia psicogénica), de cuáles son sus causas y de su tratamiento.

¿Qué es la potomanía?

La potomanía, también conocida como polidipsia psicogénica, es el deseo de beber grandes cantidades de líquido, generalmente agua, como consecuencia de un trastorno mental u orgánico.

Se trata de una alteración que se plasma en actos compulsivos, y no está gobernada por la sensación física de sed, es decir, la persona con este síndrome beberá grandes cantidades de agua sin tener sed.

A nivel nosológico, la potomanía no está incluida en ningún sistema de clasificación de trastornos psiquiátricos, pero por sus características se podría incluir dentro del epígrafe del DSM 5 “Trastorno alimentario o de la ingestión de alimentos no especificado” (APA, 2013). Otros profesionales abogan por incluirlo dentro de los trastornos del control de los impulsos.

Síntomas

La potomanía se caracteriza por la ingesta compulsiva de líquido, que genera en la persona una sensación de alivio y placer.

Predominan los síntomas característicos de la ingestión de alimentos que causan malestar clínicamente significativo o deterioro en lo social, laboral, u otras áreas importantes del funcionamiento de la persona. Por ejemplo, sienten ansiedad clínicamente significativa si no pueden acceder de forma rápida al líquido que desean beber. El deseo de ingerir líquido gobierna a la persona, que no puede llevar una vida normal.

En los casos más graves, se pueden llegar a ingerir entre 8 y 15 litros de agua al día. En el momento en que la persona consume más de 6 litros de agua al día, debe consultar con un médico inmediatamente, aunque aparentemente no se presenten otros síntomas.

Coexiste una elevada ansiedad cuando no tienen acceso al líquido que desean ingerir, problemas para dormir, ataques de pánico y dolores de cabeza.

Por otro lado, la potomanía se confunde en muchas ocasiones con la dipsomanía. Esta última es la tendencia irresistible al abuso de bebidas alcohólicas. Se refiere a una forma impulsiva de ingesta, relacionada con elementos externos estresantes, que genera conductas muy desadaptativas.

Consecuencias negativas en el organismo de la potomanía

¿Qué le puede suceder a nuestro organismo si sobrepasamos la ingesta de agua de forma sistemática y a lo largo del tiempo? Se sabe que beber más de 3 litros de agua al día deja de ser beneficioso para el organismo, porque puede alterar el equilibrio entre fluidos y electrolitos.

Algunos síntomas que nos indican que nuestro cuerpo está hiperhidratado son:

  • Calambres musculares, sensación de fatiga y cansancio (consecuencia de la dilución de potasio y sodio en sangre).
  • Náuseas y dolor de cabeza.
  • Reducción de la concentración y pérdida de agilidad mental (la baja concentración de sodio en la sangre afecta al funcionamiento del cerebro).
  • Somnolencia y parálisis corporal.
  • En casos muy extremos, coma y muerte.

Causas psicológicas y orgánicas

Debemos destacar el hipotálamo como causa orgánica principal. Una de las funciones de esta región del cerebro es advertir de la falta de líquido en el organismo a través de la señal de la sed. Una alteración en esta estructura cerebral podría generar episodios de potomanía. Otra posible causa orgánica que hay que tener en consideración es la diabetes mellitus.

Sin embargo, los expertos refieren que los orígenes de este síndrome se deben en su mayoría a ciertas enfermedades mentales, cuadros delirantes y trastornos de la alimentación. Entre las causas, destacan:

1. Trastornos psicóticos y demencias

Enfermedades como la esquizofrenia, los trastornos bipolares, o el alzheimer pueden influir en su aparición.

2. Anorexia

En estos casos la persona bebe grandes cantidades de líquidos con el objetivo de saciarse sin ingerir calorías, o para subir de peso antes de pasar una revisión médica.

3. Vigorexia y ortorexia

Sus motivaciones radicarían en creencias distorsionadas acerca de los beneficios de la ingesta de determinados líquidos.

4. Medicamentos

También hay que destacar como causas el uso de determinados medicamentos, como algunos antiinflamatorios, diuréticos y litio, los cuales interfieren con la función del riñón.

Tratamiento

En este apartado vamos a explicar el tratamiento psicológico de este síndrome. Cabe destacar que en casos graves el tratamiento psicológico debe ir acompañado del tratamiento médico y/o farmacológico para el control de la hipnoatremia (nivel bajo de sodio).

Uno de los grandes retos para los psicólogos a la hora de tratar este síndrome es que la persona no es capaz de controlar el intenso deseo por beber agua, por lo que difícilmente va a seguir las pautas y recomendaciones que se le indiquen para reducir la ingesta de líquido. En casos extremos, el clínico puede verse obligado a reducir la movilidad del paciente a un área concreta que carezca de fuentes de líquidos.

Fundamentalmente, el tratamiento de la polidipsia psicogénica se basará en la restricción de la ingesta de líquidos acompañada por el terapeuta (el paciente deberá ingerir entre 1L-1,5L de agua cada 24 horas) junto con técnicas cognitivo-conductuales. Algunas de ellas son:

  • Técnicas para reducir la ansiedad: relajación muscular, respiración controlada, respiración profunda, autoinstrucciones…
  • Técnicas para reducir la ingesta de agua de forma gradual: beber a pequeños sorbos una determinada cantidad limitada de agua al día, atención plena de cada sorbo de agua…
  • Técnicas encaminadas a redirigir la atención del paciente cuando sienta el deseo de beber agua.
  • Economía de fichas: en algunos casos se puede implementar este sistema para reforzar la conducta de autocontrol, como por ejemplo en personas con esquizofrenia.
  • Reestructuración cognitiva en los casos en que existan creencias distorsionadas en relación con la ingesta de agua (p. ej., mitos existentes sobre los beneficios de beber grandes cantidades de agua).

Psicóloga Forense y Sanitaria

Psicóloga graduada en Psicología por la Universitat de Barcelona. Ha realizado el Postgrado en Peritaje Forense y Asesoramiento Psicológico en Derecho Civil, Familiar y Laboral y el Postgrado en Peritaje Psicológico Penal Forense en la UAB.

Cuenta con el Máster Universitario en Psicología General Sanitaria (MUPGS) de la UB y dos años de formación intensiva cognitivo-conductual como psicoterapeuta en la Unidad de Terapia de Conducta de la UB.

Además de haber trabajado con personas que padecían trastorno mental severo, está especializada en terapia en depresión, ansiedad, relaciones tóxicas, baja autoestima, control de la ira, traumas, víctimas de violencia de género, etc. También realiza peritajes psicológicos en materia civil, familiar, laboral y penal.

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