Neuropatías diabéticas: tipos, síntomas, causas y tratamientos

La diabetes puede hacer que se destruyan tejidos nerviosos a causa de la mala regulación del azúcar.

Neuropatías diabéticas
La mala regulación de la insulina puede hacer que se destruyan nervios.Wikimedia Commons.

El azúcar. Una sustancia que se esconde prácticamente en cualquier alimento y que, con el tiempo, se ha visto incrementado su consumo hasta llegar a niveles altamente preocupantes. Esta preocupación tiene como base la gran cantidad de efectos sobre la salud que tiene esta dulce y adictiva sustancia.

Una de estas consecuencias es la diabetes. La que, si bien no tiene porqué resultar altamente perjudicial para la persona, puede llegar a complicarse. Es entonces cuando aparecen la llamadas neuropatías diabéticas, de las cuales hablaremos a lo largo de todo este artículo.

¿Qué es la neuropatía diabética?

La diabetes es un tipo de afección que se caracteriza por producir, en aquellas personas que la padecen, altos niveles de azúcar en sangre. Este exceso de glucosa causa el deterioro de los nervios, provocando cualquiera de los tipos de neuropatía diabética. Por lo tanto, las neuropatías diabéticas son descritas como un conjunto de alteraciones nerviosas causadas por un exceso de glucosa en sangre y que habitualmente causa el deterioro los nervios relacionados con las extremidades inferiores, aunque puede extenderse hacia otras zonas del cuerpo.

El cuadro clínico propio de la neuropatía diabética puede variar dependiendo de las agrupaciones de nervios dañados. Estos síntomas van desde sensación de dolor y entumecimiento de las piernas, alteraciones gástricas o problemas cardíacos. Además, la intensidad de los síntomas también puede diferir de una persona a otra, ya que mientras que en algunos casos los síntomas son muy débiles, en otros pueden ser altamente incapacitantes e, incluso mortales.

A pesar de que la neuropatía diabética se trata de una complicación seria de una enfermedad diabética, los síntomas de esta pueden evitarse o disminuir en intensidad si la persona se compromete a mantener un estilo de vida saludable y a realizarse controles periódicos de glucosa en sangre.

Este tipo de trastorno nervioso afecta a un 60-70% de la población que padece diabetes. Aunque cualquier persona con una enfermedad diabética es susceptible de desarrollar una neuropatía, el riesgo tiende a aumentar con la edad y con el paso de los años de la enfermedad. Es decir, cuánto más tiempo sufre la diabetes una persona, más probabilidades tiene de desarrollar una neuropatía.

No obstante, esta alteración nerviosa no afecta solamente a pacientes de diabetes, sino que también puede aparecer en personas que experimentan problemas para controlar los niveles de azúcar en sangre o en personas que padecen de hipertensión y que poseen una gran cantidad de masa grasa corporal, así como en personas con sobrepeso.

Tipos de neuropatía diabética y síntomas

Como se comenta en el apartado anterior, existen varios tipos de neuropatías diabéticas. Estas cuatro categorías se distinguen según los nervios dañados, así como por presentar una cuadro clínico o sintomatologías diferentes.

Es necesario especificar que los diferentes tipos de neuropatías no son excluyentes. Es decir, la persona puede llegar a desarrollar síntomas propios de los diferentes tipos de manera simultánea o que, por el contrario, su sintomatología solamente pertenezca a una de las neuropatías.

En gran parte de los casos, los síntomas aparecen y evolucionan de manera progresiva, con el peligro de que la persona no es consciente de ellos hasta que la neuropatía ya ha provocado un deterioro importante.

Estos cuatro tipos de neuropatía, son los siguientes.

1. Neuropatía periférica

La periférica es la más habitual de todas las neuropatías. En un inicio la persona experimenta una serie de síntomas en las extremidades superiores, los que con el tiempo se extienden hacia brazos y manos y, además tienden a agravarse al llegar la noche.

Estos síntomas son:

  • Entumecimiento disminución de la sensibilidad al dolor y la temperatura en las extremidades.
  • Picores, calambre o dolores penetrantes.
  • Aumento de la sensibilidad general al tacto.
  • Sensación de flojera.
  • Disminución de los reflejos.
  • Pérdida de la capacidad de equilibrio y coordinación.
  • Alteraciones en los pies como infecciones, malformaciones y dolor óseo.

2. Neuropatía autonómica

Tal y como su propio nombre indica, este segundo tipo de neuropatía afecta al sistema nervioso autónomo. Como consecuencia las células nerviosas que gobiernan el funcionamiento de órganos como pulmones, corazón, ojos u órganos sexuales, pueden ser altamente dañadas.

Entre los síntomas de la neuropatía autonómica podemos encontrar:

  • Alteraciones gástricas como estreñimiento o diarrea.
  • Infecciones en el tracto urinario e incontinencia.
  • Gastroparesia.
  • Problemas en la deglución.
  • Disfunción eréctil.
  • Sequedad vaginal.
  • Descenso de la presión arterial.
  • Aumento de la tasa cardíaca en estado de reposo.

3. Neuropatía radiculoplexopatía

También conocida como amiotrofia diabética, este tipo de alteración neuropática afecta sobre todo a extremidades inferiores; incluyendo las caderas y los glúteos. Habitualmente, lo síntomas solamente aparecen en uno de los lados del cuerpo, pero es posible que se dispersen hacia el otro.

Los principales síntomas son:

  • Sensación de dolor súbito y agudo.
  • Problemas para incorporarse.
  • Debilidad y atrofia muscular.
  • Pérdida de peso.

4. Mononeuropatía

Esta última clase de neuropatía suele aparecer súbitamente y es más propia de personas en edad más avanzada y se caracteriza por el deterioro de un nervio concreto. El más conocido de los síndromes causados por una mononeuropatía es el síndrome del túnel carpiano, cuyos síntomas se concentran en las manos de la persona.

A pesar de que lo síntomas pueden dependender de los nervios afectados, los síntomas de la mononeuropatía tienden a disminuir con el paso del tiempo. Estos síntomas incluyen:

  • Dolor intenso en pecho o abdomen.
  • Dolor en la zona baja de la espalda o en la pelvis.
  • Dolor en muslo.
  • Dolor en pantorrilla o pie.

Causas y factores de riesgo

Tal y como ya menciona a lo largo de articulo, el origen de las neuropatías se encuentra en un deterioro de las fibras nerviosas causado por unos niveles excesivos de azúcar en la sangre. Aunque todavía no se ha determinado con exactitud el porqué de esta asociación se hipotetiza que es debido a la compleja interacción entre nervios y vasos sanguíneos.

Unos niveles excesivos de glucosa en el torrente sanguíneo puede obstruir la función de los nervios, a los cuales se les dificulta la transmisión de señales. Además, la hiperglucemia puede provocar un desgaste de las paredes de los capilares, obstruyendo también la administración de nutrientes y oxígeno a los nervios.

Los condicionantes que pueden provocar este aumento de los niveles de azúcar son:

  • Una alteración de la respuesta autoinmune que provoca la inflamación de los nervios.
  • Factores genéticos.
  • Hábitos tóxicos como fumar y el consumo de bebidas alcohólicas.

Además, existen una serie de factores de riesgo que pueden facilitar la aparición de cualquier tipo de neuropatía:

  • Falta de control de los niveles de azúcar en sangre.
  • Duración de la enfermedad diabética.
  • Enfermedades renales.
  • Sobrepeso.

Tratamiento

Por el momento no se ha conseguido desarrollar un tratamiento que haga remitir por completo los síntomas de las neuropatías. No obstante se han desarrollado protocolos muy eficaces y con los siguientes objetivos:

  • Reducir el avance de la enfermedad mediante el mantenimiento un estilo de vida saludable, el cual permite a la persona mantener unos niveles adecuados de azúcar en la sangre.
  • Aliviar el dolor mediante medicación o fisioterapia.
  • Control de las posibles complicaciones y restablecimiento de las funciones mediante tratamiento sintomatológico.

Gracias a estas pautas de intervención, se consigue mejorar la calidad de vida de las personas que sufren una neuropatía, las cuales pueden llegar a llevar una vida completamente normal.

Psicóloga Sanitaria y Sexóloga

Licenciada en Psicología por la Universitat de València. Especializada en Sexología Clínica y Terapia de Pareja por el Instituto Superior de Estudios Psicológicos (ISEP) donde, entre otras cosas, descubrió su pasión por la psicología de la infertilidad. Para completar su formación clínica, realizó el Máster de Psicología General Sanitaria en la Universitat de Valencia.

Ha desempeñado labores de psicóloga en diversos centros, entre ellos la Unidad de Salud Mental del Hospital Clínico Universitario de Valencia y el Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI) en Barcelona.

Actualmente, Isabel compatibiliza su trabajo con un blog divulgativo llamado “Sexplícitamente Hablando”. En el que reflexiona sobre aspectos psicológicos de las relaciones personales y sobre la sexualidad.

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