¿Qué es la intersexualidad? Definición, causas y tipos

No todas las personas intersexuales saben que lo son; ignoran que su sexo es biológicamente ambiguo.

Hasta hace pocos años se consideraba como un trastorno a la intersexualidad, es decir, el hecho de tener características sexuales intermedias entre las que son típicas en varones y las que lo son en mujeres.

Hoy en día la concepción sobre qué es la intersexualidad está cambiando a medida que se amplía el conocimiento de la biología humana y aumenta la concienciación sobre la diversidad del sexo y del género.

¿Qué es la intersexualidad?

El término “intersexualidad” hace referencia a una serie de variaciones en los órganos y las características sexuales, tanto a nivel anatómico como genético, que hacen que la persona tenga características femeninas y masculinas simultáneamente. Estas variaciones pueden afectar a los cromosomas, a las hormonas, a los genitales y/o a los rasgos sexuales secundarios, como la distribución de musculatura y de grasa. 

El resultado de las variaciones que producen la intersexualidad es la ambigüedad de la anatomía sexual o bien la discrepancia entre el genotipo y el fenotipo. De forma resumida, podemos decir que las personas intersexuales son quienes nacen sin todos los rasgos físicos típicamente femeninos ni masculinos. Además, dado que esto no tiene por qué manifestarse de forma externa sino que también puede darse sólo en los genes, no todas las personas intersexuales saben que lo son.

Desde las ciencias biológicas se concibe actualmente la intersexualidad como un conjunto de trastornos o bien de variaciones en el desarrollo sexual. Cada vez se generaliza más la segunda concepción, menos estigmatizante para las personas intersexuales.

Aunque en muchos casos se ha medicalizado, lo cierto es que la intersexualidad no suele ser un peligro para la supervivencia, si bien en algunos casos sí conlleva riesgo de dolor e infertilidad y puede provocar malestar con respecto a la identidad sexual.

¿Sinónimo de "hermafrodita"? 

Anteriormente se conocía a las personas intersexuales como “hermafroditas” pero hoy en día este término se considera despectivo: el hermafroditismo consiste en la presencia simultánea de órganos reproductivos masculinos y femeninos que se produce en algunas especies de animales y plantas.

En la Europa de la antigüedad y del Medievo se consideraba hermafroditas a las personas que tenían características sexuales ambiguas. La ley de estas sociedades afirmaba que debían ser consideradas hombres o mujeres en función de los rasgos externos predominantes. En gran medida, esta concepción se ha mantenido hasta la actualidad.

Durante el siglo XX el término “intersexualidad”, acuñado por el genetista Richard Golschmidt en 1917, sustituyó a “hermafroditismo” en este tipo de casos. Los avances médicos durante el pasado siglo permitieron que se popularizaran las intervenciones quirúrgicas y hormonales para alterar la anatomía de las personas intersexuales de modo que sus cuerpos fueran más parecidos al prototipo de varón o de mujer.

No obstante, la dudosa eficacia y los riesgos de estos tratamientos, que se suelen practicar de forma no consentida en menores, han contribuido a la aparición de movimientos que defienden los derechos de las personas intersexuales.

Causas y tipos de intersexualidad

Existen muchas posibles causas de intersexualidad que provocan diferentes variaciones en el genotipo y el fenotipo. Estas causas pueden dividirse en cuatro categorías principales en función de sus características más definitorias.

1. Intersexualidad 46, XX (con virilización)

En estos casos los cromosomas de la persona se corresponden con los que son típicos en mujeres, pero sus genitales externos son propios de un varón. Aunque en la intersexualidad 46, XX la persona tiene útero, la exposición a niveles elevados de hormonas masculinas durante el desarrollo fetal, producida por varias causas posibles, hacen que el clítoris y los labios vaginales se desarrollen como un pene.

La causa más común de este tipo de intersexualidad es la hiperplasia suprarrenal congénita, consistente en defectos en las glándulas suprarrenales que provocan la secreción excesiva de andrógenos, así como déficit de cortisol y otras hormonas. Esta alteración puede influir en la menstruación y en el crecimiento del vello, pero en casos graves también puede afectar al ritmo cardiaco o a los niveles sanguíneos de sodio y potasio.

La presencia de tumores ováricos y el consumo de hormonas masculinas durante el embarazo por parte de la madre también pueden causar intersexualidad con virilización.

2. Intersexualidad 46, XY (con subvirilización)

La intersexualidad 46, XY consiste en la presencia de cromosomas masculinos y genitales externos femeninos o ambiguos. En este tipo de intersexualidad el desarrollo normal del fenotipo masculino a partir de la inhibición de características femeninas no llega a completarse.

La causa más habitual de intersexualidad con subvirilización es el síndrome de insensibilidad a los andrógenos; en estos casos el organismo es resistente a las hormonas masculinas, necesarias para el desarrollo de las gónadas y el resto de caracteres sexuales del varón.

Las malformaciones en los testículos y la producción deficitaria de testosterona también son causas frecuentes de intersexualidad 46, XY.

3. Intersexualidad gonadal verdadera

Este tipo de intersexualidad se produce cuando la persona tiene simultáneamente ovarios y testículos, sea de forma completa o incompleta. Antiguamente se conocía a estas variaciones como “hermafroditismo verdadero”, frente a los términos “pseudohermafroditismo femenino” y “pseudohermafroditismo masculino” que se usaban para la intersexualidad XX y la XY, respectivamente.

En la intersexualidad gonadal verdadera los genitales externos pueden ser masculinos, femeninos o intermedios, y se pueden presentar cromosomas XX, XY o ambos a la vez. La causa de estas variaciones es desconocida.

4. Intersexualidad compleja o indeterminada

Hablamos de intersexualidad compleja o indeterminada cuando el desarrollo sexual se encuentra alterado sin que exista incongruencia entre el genotipo y el fenotipo. Entre otros aspectos pueden estar afectadas las hormonas sexuales o el número de cromosomas.

Por ejemplo, se incluirían en esta categoría los casos en que hay dos cromosomas X (47, XXY o 47, XXX) y en los que sólo hay un cromosoma X (45, XO).

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