HiTOP (Hierarchical Taxonomy of Psychopathology): una posible alternativa al DSM

Esta iniciativa ve los trastornos no como categorías cerradas, sino como un continuum de síntomas.

HiTOP
Una nueva manera de entender las categorías diagnósticas.

En la actualidad, la mayor parte de profesionales de psicología clínica y de la salud y de la psiquiatría emplean una serie de entidades clínicas y criterios para el diagnóstico proveniente de uno de los dos principales manuales diagnósticos que los reúnen. Se trata del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales o DSM de la American Psychological Association o bien el capítulo F de la Clasificación Internacional de Enfermedades o CIE de la Organización Mundial de la Salud (la cual recoge el conjunto de las enfermedades y trastornos clasificados, siendo el capítulo F el enfocado a los trastornos mentales), siendo el más utilizado el primero.

Sin embargo, muchos autores consideran que las taxonomías que ofrecen estos manuales son excesivamente rígidas y que en su mayoría es complicado encontrar un caso de un trastorno mental puro y completamente separado de otras complicaciones. Con el objetivo de sustituir al DSM, diferentes autores críticos con las clasificaciones hasta ahora existentes han generado diferentes alternativas, siendo una de las más conocidas la Hierarchical Taxonomy of Psychopathology (Taxonomía Jerárquica de Psicopatología) o HiTOP.

La HiTOP: qué es, y sus principales características

La Hierarchical Taxonomy of Psychopathology o HiTOP es un tipo de clasificación taxonómica alternativa a las clasificaciones tradicionales para las psicopatologías propuesta por una serie conocidos autores (entre ellos Kotov, Krueger, Watson, Achenbach, Clark, Caspi, Slade, Zimmerman, Rescorla o Goldberg). Esta clasificación taxonómica parte de la existencia de dificultades en las clasificaciones actuales para proponer un modelo distinto, basado en la covariación de síntomas y agrupando síntomas similares para reducir la heterogeneidad.

La HiTOP considera la psicopatología no como una entidad en sí sino como un espectro en el que pueden observarse síndromes concurrentes en el que los diferentes problemas psicológicos comparten características similares. Se tiene en cuenta la comorbilidad posible entre diferentes alteraciones, y de hecho pueden dejar de ser consideradas por separado, al observarse las diferentes problemáticas en una serie de dimensiones en forma de continuum.

Estas dimensiones pueden llegar a subdividirse en función de la necesidad con el fin de detectar si alguno de sus componentes es más prevalente que otros o se vincula más a un tipo de síntomas concreto, teniendo una estructura jerárquica pero amplia y permitiendo un trabajo flexible para el personal que la emplee.

Este modelo es considerado prometedor y puede proporcionar un gran nivel de información no solo en lo que respecta al diagnóstico, sino también a los factores de riesgo, posibles causas, cursos y respuesta al tratamiento, cubriendo además la mayor parte de psicopatologías anteriormente clasificadas. Además se trata de un modelo que no parte o actúa a través de la mera suposición, sino que actúa desde un análisis riguroso de la evidencia empírica. Sin embargo aún está en proceso de creación y refinamiento.

Sus espectros o dimensiones

La HiTOP establece una serie de dimensiones o espectros para categorizar los diferentes síntomas y alteraciones propias de las personas que padecen una psicopatología. Asimismo, hay que tener en cuenta que estamos en un continuum en el que no solo se sitúan personas con psicopatología sino que recogen algunos elementos que también pueden encontrarse en algún grado en la población no clínica.

Concretamente, en esta clasificación se establecen un total de seis espectros o dimensiones. Es necesario tener en cuenta que estas dimensiones no son categorías diagnósticas, sino que hacen referencia a continuos en los que una persona con psicopatología se sitúa, siendo todos ellos valorables en todas las situaciones. Los ejemplos que se ponen en cada uno son meramente (es decir, si en introspección se pone como ejemplo la depresión no implica que la depresión sea un trastorno de introspección sino que es uno de los casos en que mayor nivel puede darse).

1. Introspección/ Internalización

La introspección se entiende como la centración en los propios pensamientos y cualidades y la valoración tanto del presente como del futuro, generalmente experimentándose emociones negativas, en el caso de los trastornos mentales. Es algo típico de trastornos como la depresión y los trastornos de la ansiedad.

3. Desinhibición/ externalización desinhibida

Esta dimensión hace referencia a la propensión a la impulsividad o a la acción no razonada. Algunos de los antiguos trastornos que más puntuarían en este elemento serían los propios del abuso de sustancias.

4. Antagonismo/ externalización antagonista

Esta dimensión se refiere a la presencia de hostilidad y agresividad hacia los demás, pudiendo llegar a la agresión o a la autolesión. No es necesario sin embargo que existe violencia real, pudiendo ser una mera oposición o desagrado.

5. Aislamiento

Este concepto hace referencia a la ausencia o dificultad para establecer o mantener relaciones sociales, así como a la del interés por hacerlo. Un ejemplo en que esta dimensión se da en grado elevado lo podríamos encontrar en el autismo.

6. Desorden mental o Psicoticismo

Esta dimensión hace referencia al nivel en que se presentan alteraciones perceptivas o del contenido del pensamiento.

7. Somatización

Dimensión que se basa en la existencia de síntomas fisiológicos no explicables como trastorno médico o como consecuencia de una enfermedad física. También se incorpora la necesidad de atención médica constante, como ocurre en la hipocondría.

Una alternativa al DSM

Como hemos dicho, la creación de la HiTOP surge como una alternativa que busca sustituir al DSM y a las clasificaciones actuales de trastornos mentales, considerando la existencia de múltiples deficiencias o problemas a la hora de generar las entidades diagnósticas o en su aplicación práctica.

En primer lugar, uno de los motivos es la ya citada anteriormente poca flexibilidad de las etiquetas diagnósticas (si bien esta intenta ser suplida con la inclusión de especificadores), siendo frecuente la existencia de algún grado de comorbilidad entre dos o más trastornos (por ejemplo, es frecuente la existencia conjunta de ansiedad y depresión) y resultando más complicado encontrar casos de trastornos puros. También es frecuente encontrar un gran nivel de heterogeneidad entre las manifestaciones sintomatológicas de una misma entidad diagnóstica, pudiendo encontrar características atípicas.

Otra de las críticas se da a nivel de criterios: para el diagnóstico de muchos de la mayoría de trastornos mentales se requiere la presencia de un determinado número de síntomas. Si bien esto podría entenderse en el caso de los más identificativos del trastorno (por ejemplo en la depresión debe haber como mínimo estado de ánimo deprimido y/o anhedonia o en la esquizofrenia la presencia de alucinaciones, delirios o discurso desorganizado), en el caso de otros síntomas de carácter más secundario se sigue exigiendo una cantidad determinada en cuya ausencia técnicamente no podría identificarse el trastorno.

Otro aspecto a destacar es que su realización se lleva a cabo mediante un comité que decide qué clasificaciones incorporar y cuáles modificar o eliminar, a veces con criterios cuestionables para muchos profesionales del sector. Se incorporan patologías que muchos consideran poco útiles y dudosas y se aglutinan o eliminan etiquetas que podrían tener diferencias relevantes entre sí (por ejemplo, la eliminación de los subtipos de esquizofrenia o la aglutinación en una sola categoría de los trastornos del espectro autista). En ocasiones diferentes autores han especulado también que dichos comités pueden tener detrás intereses políticos y económicos que alterarían la creación de dichas etiquetas diagnósticas.

Referencias bibliográficas

  • Kotov, R.; Krueger, R.F.; Watson, D.; Achenbach, T.M.; Althoff, R.R.; Bagby, R.M.; Brown, T.A.; Carpenter, W.T.; Caspi, A.; Clark, L.A.; Eaton, N.R.; Forbes, M.K.; Forbush, K.T.; Goldberg, D.; Hasin, D.; Hyman, S.E.; Ivanova, M.Y.; Lynam, D.R.; Markon, K.; Miller, J.D.; Moffitt, T.E.; Morey, L.C.; Mullins-Sweatt, S.N.; Ormel, J.; Patrick, C.J.; Regier, D.A.; Rescorla, L.; Ruggero, C.J.; Samuel, D.B.; Sellbom, M.; Simms, L.J.; Skodol, A.E.; Slade, T.; South, S.C.; Tackett, J.L.; Waldman, I.D.; Waszczuk, M.A.; Wright, A.G.C. & Zimmerman, M. (2017). The Hierarchical Taxonomy of Psychopathology (HiTOP): A dimensional alternative to traditional nosologies. Journal of Abnormal Psychology, 126 (4): 454-477.

Psicólogo en Barcelona | Redactor especializado en Psicología Clínica

Barcelona

Graduado en Psicología con mención en Psicología Clínica por la Universidad de Barcelona. Máster en Psicopedagogía con especialización en Orientación en Educación Secundaria. Cursando el Máster en Psicología General Sanitaria por la UB.

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