Distimia, cuando la melancolía se apodera de tu mente

La distimia es parecida a la depresión, pero se caracteriza por largos períodos de tristeza.

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El Trastorno Distímico (distimia) es una variante leve de la Depresión. Se suele situar la distimia en un límite del espectro de la depresión. En el otro extremo, más grave, podríamos situar los trastornos depresivos más agudos.

¿Qué es la Distimia?

La palabra proviene del griego, "humor alterado". Los afectados por distimia suelen continuar con su rutina durante años sin recibir ningún tipo de tratamiento o asistencia. Se pueden reconocer por presentar signos de abatimiento, pero no hay nada en su conducta o actitudes que, a priori, pueda hacernos notar que esa persona tiene realmente un trastorno psicológico. La distimia es un trastorno afectivo, y la tasa de eficacia de los tratamientos es muy alta.

Personas afectadas

La distimia afecta a casi el 2% de la población, siendo un poco menos frecuente que la depresión mayor (la cual afecta a alrededor de un 4% de las personas) y del mismo modo que otros desórdenes de tipo emocional, suele haber mayor tasa de distimia entre las mujeres.

No debe confundirse un episodio de tristeza o pesadumbre puntual con el trastorno distímico. Toda persona es susceptible de poder sentirse triste en el transcurso de alguna etapa vital, y ello no sugiere ninguna anomalía. Para que el período de melancolía pueda considerarse como distimia, debe mostrarse todos los días durante por lo menos dos años.

Síntomas

Los síntomas más usuales en los pacientes afectados son la melancolía y la tristeza. Generalmente, consideran casi imposible encontrar la felicidad y la satisfacción en su rutina diaria. Presentan, además, baja autoconfianza y no son capaces de tomar decisiones.

El cansancio y la baja actividad también suelen ser signos de distimia. Frecuentemente, los patrones del sueño y la alimentación están alterados. En cuanto al descanso, los afectados por distimia pueden sufrir insomnio, o bien dormir más horas de las recomendadas. En relación a la nutrición, a veces presentan episodios de ingesta desmesurada, o bien una falta notoria de hambre.

La concentración y la memoria se ven afectadas. Es usual que los afectados empiecen a aislarse socialmente poco a poco, problema que a la larga puede acarrear incapacidad social, y hasta fobia social.

Por otro lado, a diferencia de lo que ocurre en algunos casos de la depresión mayor y el trastorno bipolar, en la distimia no aparecen síntomas de tipo psicótico como las alucinaciones o los delirios.

Causas

Existe cierta controversia sobre las causas del trastorno distímico. Algunas investigaciones apuntan a una prevalencia del factor hereditario, si bien nuevos estudios sugieren que las causas son ambientales: aislamiento social, reveses puntuales de la vida y situaciones de estrés prolongadas.

La peculiaridad única del trastorno distímico es que más del 75% de los afectados padecen alguna otra problemática crónica, tal como una dolencia física, drogadicción, u otro desórden psiquiátrico. El personal médico suele tener dificultades en establecer qué problema es anterior, ya que los tempos de inicio son frecuentemente dispersos.

Tratamiento y terapia

Lo distintos tratamientos requieren de un trabajo intenso con el afectado en aras de detectar las causas subyacentes. Las dos modalidades de tratamiento que han resultado más eficaces son la terapia cognitivo-conductual y la psicoterapia.

Además, los apoyos farmacéuticos pueden ayudar relevantemente a los pacientes afectados por distimia.

En cualquier caso, conversar con el paciente sobre sus inquietudes suele ayudar mucho a éste, y tiende a desvanecer sentimientos y pensamientos negativos tales como la culpa o la sensación de inutilidad. El tratamiento psicológico también persigue que la persona pueda lograr gestionar sus emociones.

Complementariamente a la terapia individual, la terapia grupal ayuda a regenerar la autoestima perdida del afectado y a mejorar las habilidades sociales.

¿En qué se diferencia la Distimia de la Depresión?

El afectado por distimia suele tener una vida bastante rutinaria y normal no obstante de su trastorno. Por contra, el paciente depresivo no es capaz de mantener esa rutina. Por tanto, la diferencia fundamental es el grado de incapacitación que el sujeto presenta.

  • En el trastorno distímico no se experimenta falta de interés. Pueden experimentar placer, también.
  • No se presenta agitación, ni tampoco lentitud motora.
  • No son usuales los arrebatos o pensamientos recurrentes sobre el suicidio o la muerte.
  • Un diagnóstico preciso ha de ser realizado por un psicólogo o psiquiatra especializado en este tipo de trastornos. Si crees que tú o algún allegado podéis padecer distimia, recomendamos asistir a tratamiento profesional, ya que es frecuente que los cuadros distímicos deriven en depresión si no son tratados adecuadamente.

Referencias bibliográficas:

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  • Blanco C.; Alegría, A.A.; Liu, S.M.; Secades-Villa, R.; Sugaya, L.; Davies, C.; Nunes, E.V. (2012). Differences among major depressive disorder with and without co-occurring substance use disorders and substance-induced depressive disorder: results from the National Epidemiologic Survey on Alcohol and Related Conditions. J Clin Psychiatry. 73(6): pp. 865 - 873.
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  • Harrington R. (2005). Affective disorders. Child and Adolescent Psychiatry. 4th ed. Oxford: Blackwel Publising.
  • World Health Organization. (2007). Depression. Geneva: World Health Organization.

Psicólogo | Fundador de Psicología y Mente

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Bertrand Regader (Barcelona, 1989) es Graduado en Psicología por la Universitat de Barcelona, con especialidad en Psicología Educativa. También cuenta con estudios de posgrado en Economía por la Facultad de Economía y Empresa de la Universitat de Barcelona.

Ha ejercido como psicólogo escolar y deportivo en distintas instituciones y como consultor de marketing digital para distintas empresas y start-ups, pero su verdadera vocación es la dirección de medios digitales y el desarrollo de proyectos empresariales vinculados a las nuevas tecnologías.

Ha sido Director Digital de las revistas Mente Sana y Tu Bebé en la editorial RBA, y como Coordinador Digital y SEO Manager en la versión digital de la revista Saber Vivir.

Es Fundador de Psicología y Mente, la mayor comunidad en el ámbito de la psicología y las neurociencias con más de 20 millones de lectores mensuales.

Es Director de I+D+I en Customer Experience en la cadena hotelera Iberostar, liderando un equipo de profesionales de la salud y del ocio con el objetivo de potenciar la experiencia de los clientes en más de 100 hoteles en Europa, Oriente Medio y América.

Autor de dos obras de divulgación científica:

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