Atrofia cortical: síntomas, causas y trastornos asociados

Esta afectación de la corteza cerebral puede tener efectos muy graves para la salud.

Atrofia cortical
Varias enfermedades pueden llevar a esta disminución de la masa cerebral.

Existen un gran número de afecciones y patologías que pueden provocar la degeneración y muerte de las neuronas que conforman las distintas estructuras cerebrales. Cuando esta degeneración afecta a la corteza cerebral es conocida como atrofia cortical.

A lo largo de este artículos revisaremos las principales características de la atrofia cortical. De la misma manera haremos un repaso de las causas y enfermedades que la provocan, sus síntomas y qué estructuras cerebrales se encuentran implicadas.

¿Qué es la atrofia cortical?

La atrofia cortical hace referencia al proceso de degeneración o degradación gradual de la corteza cerebral cuyo origen se encuentra en la merma o disminución de la población neuronal que lo conforma.

El concepto atrofia tiene su origen en el latín y su traducción hace referencia a una falta de nutrición. De la misma manera, el fundamento etimológico del vocablo cortical también procede del latín y se utiliza para hacer referencia a todo aquello relacionado con la corteza cerebral.

Si tenemos en cuenta los orígenes de ambos conceptos, es más fácil deducir que la atrofia cortical consiste en la destrucción gradual de las células neuronales que conforman las zonas superiores del cerebro, concretamente aquellas estructuras que se encuentran en la corteza cerebral, debido en gran parte a una mengua o pérdida de la administración de oxígeno y nutrientes a estas zonas.

¿Cuáles son las causas?

Debido al gran número de afecciones que pueden provocar la degeneración de las estructuras cerebrales superiores, la atrofia cortical es uno de los tipos de afecciones más investigadas. Entre estas causas se encuentran una gran variedad de enfermedades neurodegenerativas, como por ejemplo la enfermedad de Alzheimer, que tienen como principal efecto la destrucción de neuronas y, como consecuencia, la pérdida de masa cerebral.

No obstante, existen otras causas o factores de riesgo que pueden favorecer el desarrollo de una atrofia cortical. Entre ellas se encuentran el consumo de alcohol en grandes dosis cuya toxicidad provoca la muerte neuronal, así como algunas infecciones como el VIH o la falta de riego sanguíneo debido a accidentes cerebrovasculares o isquémicos.

¿Qué síntomas presenta?

La atrofia cortical, al igual que las enfermedades que la provocan, se caracteriza por ocasionar en la persona que la padece, un gran número de síntomas cognitivos. Estos cambios y alteraciones en las funciones cognitivas se deben a que estas son gestionadas por estas zonas cerebrales especializadas.

Las funciones cognitivas hacen referencia a todas aquellas actividades y procesos cerebrales que hacen posible que las personas puedan recibir, seleccionar, recopilar, guardar, transformar, elaborar y rescatar toda la información que nos llega del medio que no envuelve. Gracias a ellas, somos capaces de comprender nuestro medio e interaccionar con él.

Teniendo en cuenta que la degeneración neuronal implica una serie de alteraciones en estas funciones, los principales síntomas de esta incluyen:

  • Problemas en los procesos de memoria.
  • Alteración del lenguaje.
  • Pérdida de la capacidad de orientación.
  • Alteraciones en los procesos de atención y concentración.
  • Problemas en las funciones ejecutivas.
  • Cuando la neurodegeneración afecta al lóbulo frontal puede ocasionar desórdenes de la conducta y la personalidad.

No obstante, esta sintomatología puede variar según la enfermedad neurodegenerativa que la provoque; pudiendo variar tanto la intensidad como la cantidad de síntomas propios de cada cuadro clínico.

¿A qué regiones cerebrales afecta?

Tal y como ya se ha mencionado a lo largo del artículo, la atrofia cortical consiste en la degeneración de neuronas de la corteza cerebral. Por lo tanto ejercerá sus efectos en todas las estructuras que en ella se encuentren.

Estas estructuras se dividen en las diferentes grandes zonas que conforman los lóbulos cerebrales. Son las siguientes.

1. Lóbulo frontal

Localizado en la zona anterior del cerebro, el lóbulo es el más reciente de los lóbulos cerebrales a nivel filogenético. Esto significa que solamente se encuentra en especies vertebradas y especialmente más desarrollado en especies complejas como los homínidos.

Entre sus principales funciones se encuentran las de desarrollar y controlar la conducta, así como la producción lingüística y el pensamiento abstracto. Por lo tanto, todas aquellas enfermedades neurodegenerativas que afectan a esta zona pueden comprometer seriamente el correcto funcionamiento de estas tareas cerebrales.

2. Lóbulo parietal

Los lóbulos parietales se sitúan en la zona superior del cráneo. La atrofia neuronal de esta región ocasiona serias alteraciones en la capacidad para integrar la información sensorial, así como para comprenderla y darle un significado.

3. Lóbulo occipital

Este tercer lóbulo se ubica en la zona posterior del cerebro. Además, es el principal encargado de recibir y transmitir la información visual que llega del resto de estructuras visuales.

4. Lóbulo temporal

Finalmente, el lóbulo temporal se encuentra ubicado en la zona inferior del cerebro. Cualquier tipo de lesión o de atrofia en esta región suele causar los síntomas más característicos de las enfermedades neurodegenerativas, ya que son todos aquellos relacionados con los procesos de memoria y de pensamiento.

¿Con qué enfermedades se relaciona?

Aunque existen muchas otras causas, tales como el alcoholismo o los accidentes isquémicos, que pueden provocar la degeneración y destrucción de las neuronas de la corteza cerebral; las principales causantes de esta atrofia son las enfermedades neurodegenerativas tales como el Alzheimer, la enfermedad de Pick o la demencia por cuerpos de Lewy.

1. Enfermedad de Alzheimer

La demencia senil de tipo Alzheimer consiste en una afección de naturaleza neurodegenerativa en la que la persona experimenta una alteración de de los procesos de memoria, así como de otras capacidades mentales, que se manifiestan mediante síntomas cognitivos y conductuales.

2. Enfermedad de Pick

La enfermedad de Pick es una extraña demencia similar al Alzheimer ocasionada por una acumulación de los cuerpos de Pick en las neuronas cerebrales. Los principales síntomas se relacionan con alteraciones de la conducta tales como comportamientos compulsivos y repetitivos, o alteraciones emocionales como cambios súbitos del estado de ánimo y una pérdida en la expresión de las emociones.

3. Demencia por cuerpos de Lewy

Este último tipo de enfermedad neurodegenrativa comparte una gran cantidad de síntomas con otras afecciones como el Alzheimer y la enfermedad de Parkinson. No obstante, a pesar de presentar síntomas motores, conductuales y de memoria propios de estas demencias, en la demencia por cuerpos de Lewy el paciente experimenta una fluctuación en la intensidad de los síntomas acompañados de alucinaciones visuales sumamente realistas.

Diferencias con la atrofia cortical posterior

A diferencia de la atrofia cortical a la que se hace referencia en todo el artículo, la atrofia cortical posterior tiene una edad de inicio mucho anterior, pudiendo aparecer los primeros síntomas entre los 50 y los 60 años.

Además, esta afección neurodegenerativa se distingue por presentar especialmente síntomas visuales. Estos síntomas incluyen una alteración en la capacidad para comprender el entorno que rodea a la persona, así como problemas a la hora de percibir objetos precisos y específicos que encuentran en el campo visual del paciente. Por ejemplo, la persona es completamente incapaz de ver o encontrar las llaves que se encuentran delante de ella.

Con el desarrollo de la atrofia cortical posterior, la persona comienza a experimentar los síntomas conductuales y cognitivos propios del resto de atrofias, pero con el inconveniente añadido de que los sufren a edades mucho más tempranas.

Psicóloga Sanitaria y Sexóloga

Licenciada en Psicología por la Universitat de València. Especializada en Sexología Clínica y Terapia de Pareja por el Instituto Superior de Estudios Psicológicos (ISEP) donde, entre otras cosas, descubrió su pasión por la psicología de la infertilidad. Para completar su formación clínica, realizó el Máster de Psicología General Sanitaria en la Universitat de Valencia.

Ha desempeñado labores de psicóloga en diversos centros, entre ellos la Unidad de Salud Mental del Hospital Clínico Universitario de Valencia y el Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI) en Barcelona.

Actualmente, Isabel compatibiliza su trabajo con un blog divulgativo llamado “Sexplícitamente Hablando”. En el que reflexiona sobre aspectos psicológicos de las relaciones personales y sobre la sexualidad.

Psicólogo/a

¿Eres psicólogo?

Date de alta en nuestro directorio de profesionales

Artículos relacionados

Artículos nuevos

Quizás te interese